En Vallfogona de Balaguer, en Lérida, hay una granja que aprovecha los excrementos de sus más de 2.000 vacas para producir biometano, un gas renovable que luego se inyecta en la red de gas natural. Europa considera esta alternativa como prioritaria en pleno reajuste de su estrategia para 'escapar' del yugo ruso en los próximos años. Y España, según un informe realizado por la consultora PwC para la Fundación Naturgy, no está aprovechando todo su potencial.
Bruselas ya tenía planes para convertir en los próximos años a este gas en uno recurso energético prioritario en la Eurozona. Históricamente, el precio del gas natural, la materia fósil importada de países como Argelia o Rusia, ha sido mucho más competitivo que la alternativa de origen renovable. La invasión rusa en Ucrania ha acelerado la apuesta por el biometano. Tras el estallido de la guerra, la Comisión Europea ha fijado como objetivo impulsar la producción de biometano hasta los 35.000 millones de m3 en 2030, elevando así los objetivos que ya se había marcado.
El biogás se obtiene de los desechos orgánicos, como los lodos de depuración de aguas residuales, los residuos domésticos y agrícolas o aquellos que genera la industria alimentaria. Gracias a un conjunto de reacciones microbiológicas, se descompone esta materia orgánica biodegradable para generar biogás. Este, después, se puede 'purificar'. Es decir, someter a otro proceso para obtener el biometano.
"El biometano es similar al gas natural de origen fósil, pero con origen renovable. Eso permite su inyección a la red existente de gas natural, contribuye a la independencia energética, y tiene importantes beneficios medioambientales al ser neutro en emisiones de CO2 y fomentando la economía circular" gracias a la optimización de la gestión de residuos orgánicos, explica el informe 'El biogás y el biometano como palanca clave en la descarbonización de la economía española', elaborado por la consultora PwC para la Fundación Naturgy.
En una granja porcina de unas 1.000 madres, por ejemplo, se necesitan entre 400.000 y 500.000 euros para construir las dos plantas digestoras donde se genera el biogás, detalla Jaume Bernis, responsable de producción ganadera de COAG. Pero para poder transformar ese biogás en biometano hace falta conectar estas plantas a otras de biometano, que pueden estar a kilómetros de distancia, lo que complica este tipo de iniciativas, según Bernis.
El documento, elaborado con la colaboración del Ciemat, un organismo dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, es muy crítico con la estrategia marcada por el Ejecutivo para esta alternativa energética. Básicamente, concluye que "aunque la producción y el consumo de biogás y biometano están ampliamente desarrollados e implantados en varios países europeos de nuestro entorno, España se muestra todavía poco avanzada en este aspecto al no aprovechar e integrar todo su potencial".
Un 1% de peso en España en 2030
En concreto, el informe realizado para la Fundación Naturgy afea que en la 'Hoja de Ruta del Biogás' publicada por el Gobierno "el biometano simbolice solamente el 1% del gas consumido por la red de gas natural" en 2030. Una ambición que, a juicio de la consultora, queda "muy lejos" de los objetivos de algunos países europeos, que fijan en un 10% sus futuras cuotas de biometano.
Sedigas, la patronal del gas en España, también reclamó en mayo a las autoridades nacionales que se marcasen como objetivo que el 10% de toda la demanda gasista se cubriera con esta fuente renovable en los próximos ocho años. "Debemos ser más ambiciosos: el potencial de generación es de más de 120 teravatios hora (TWh), lo que quiere decir que un tercio de la demanda total y cerca del 60% de la demanda industrial podría ser sustituida", insistió.
Los planes del Ejecutivo con el biometano también han generado suspicacias dentro de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el máximo organismo energético a nivel mundial. Tal y como adelantó El Independiente, la AIE mantuvo varias reuniones tanto con el Ejecutivo como con las principales compañías del sector y lamentó la falta de inversiones realizadas por el Gobierno. De hecho, achacó al Ejecutivo de Sánchez su previsión sobre el consumo de biometano a través de la red de gas natural.
12 plantas de biometano en explotación este año
Pese a las críticas del informe, cabe destacar que en España sí que se han promovido proyectos de biogás en los últimos años. A finales de 2020 existían 210 plantas de biogás activas en España. La mayoría de ellas corresponden a depuradoras de aguas residuales, instalaciones agrícolas y vertederos, entre otros. También han surgido plantas de biogás para lodos y vertederos. Pero el informe destaca que el sector del biogás agrícola "sigue subdesarrollado en 2020".
En cuanto al biometano, ahora mismo hay en España seis plantas operativas, además de otros proyectos experimentales. Las previsiones son más alentadoras. Según Gasnam, la asociación ibérica que fomenta el uso del gas natural y el gas renovable, antes de que termine el año España tendrá 12 plantas de biometano en explotación, 64 en 2024. Unas cifras que, nuevamente, no convencen en el informe de PwC: "Siguen siendo números muy por debajo de países como Francia o Alemania".
Jaume Bernis, que también es ganadero porcino, recuerda que en España se comenzaron a instalar plantas de biogás en las granjas hace años. Entonces, la idea era utilizarlas para la gestión de los purines y aprovechar el agua caliente que se generaba en las digestoras. El objetivo no era su 'purificación' en biometano. Según Bernis, estas iniciativas no terminaron de cuajar. Pero reconoce que este tipo de instalaciones sí que son útiles para el sector porcino, como se demuestra en granjas alemanas y danesas.
El análisis de PwC apunta, precisamente, a la España rural. Nuestro país, añade, "dispone de un alto y desaprovechado potencial" en biogás y, por tanto, en biometano, sobre todo, "gracias a su actividad ganadera y en la ganadería". Su aprovechamiento podría cubrir una parte importante del consumo doméstico-comercial e industrial actual de gas natural", insiste.