Italia no es sólo el país que más puede beneficiarse de los fondos europeos Next Generation EU, también el más adelantado en su consecución. Acaba de lograr el sexto desembolso por 8.500 millones de euros, acumulando ya un total de 123 millones recibidos de los 194 milones asignados en inicio. Es decir, ya ha captado el 63% del total, con una agilidad evidente en el cumplimiento de los compromisos que se fijó ante la Comisión Europea para desbloquear los desembolsos.
España, pese a ser el otro Estado miembro que más fondos UE puede percibir al haberse visto más golpeado por la pandemia desde el punto de vista económico, avanza a un paso significativamente más lento. Sólo ha recibido un 30% del total: 48.000 millones de los 163.000 millones asignados en inicio. El Gobierno se retrasó en la petición del cuarto pago, el último recibido, por las dificultades que enfrentó para aprobar la reforma del subsidio por desempleo.
La fecha límite y, según Bruselas, inamovible, para cumplir todos los hitos recogidos en el Plan de Recuperación y recibir así hasta el último euro es el 31 de agosto de 2026. Que España capte los 115 millones restantes depende de que cumpla las reformas e inversiones prometidas en dicho plan, siendo las primeras las más problemáticas ahora al no tener el Gobierno garantizado el apoyo parlamentario necesario. La reforma fiscal que al fin ha logrado aprobar es una condición para el quinto pago, que aún no ha solicitado.
También los compromisos de inversiones está retrasando el proceso, pues las administraciones deben haber asignado todo el dinero a proyectos concretos para dar por cumplidos algunos hitos que figuran en el documento, muchos de ellos cuantificados en beneficiarios o incluso resultados. En el cuarto pago España sufrió el primer bloqueo de fondos UE al no haber sido capaz de asignar todo el dinero comprometido en un programa de digitalización de pymes, y que debía haber completado para solicitar el pago.
Dinero pendiente y con tiempo limitado
Al margen de lo que ha solicitado y trasferido ya desde Bruselas, las administraciones públicas avanzan en el compromiso y la asignación de fondos a proyectos para poder cumplir las metas de inversiones marcadas en el Plan de Recuperación. Del total de subvenciones que concede Europa a España (80.661 millones, que se completan con otros 83.000 millones que Bruselas presta en condiciones ventajosas) faltan 4.840 millones por comprometer, según los datos de la consultora Llorente y Cuenca (LLYC).
Sin embargo, los expertos recuerdan que "los fondos comprometidos no se pueden considerar como efectivamente gastados, ya que el pago del importe previsto en las convocatorias depende de que exista la suficiente concurrencia, de que los proyectos se ajusten a los requisitos establecidos en las convocatorias abiertas y de que se ejecuten correctamente". De ese total, el Estado ha adjudicado 29.384 millones, a lo que habría que sumar la parte de las CCAA.
Al Estado le faltarían 17.300 millones a fondo perdido por adjudicar, en los que se incluyen los 7.076 millones en remanentes que han quedado desiertos en anteriores convocatorias. A esto hay que añadir lo que está pendiente de convocar, resolver o adjudicar por parte de las CCAA, que no se rastrea por parte de LLYC, así como todos los fondos vía préstamos, cuyo compromiso y ejecución avanza a paso más lento (sólo se han comprometido 32.674 millones).
Desde LLYC advierten que la inmensa mayoría de los fondos asignados a España en forma de préstamos están pendientes de adjudicar y si no se acelera, no dará tiempo a que se distribuyan completamente. "El plazo para conceder esos préstamos a empresas llega hasta agosto de 2026, con cuatro años más para ejecutar los proyectos, pero el tiempo para asignarlos ya empieza a ser escaso, dado el gran volumen de fondos de que se trata", advierten fuentes de la consultora a Vozpópuli.
El Gobierno negocia ahora con la Comisión una nueva Adenda para destinar fondos del Plan de Recuperación (sean de subvenciones o de préstamos) a la reconstrucción de las zonas afectadas por la DANA, rediriéngolos “hacia proyectos estratégicos que vayan más allá de la reacción inmediata”. Sin embargo, las mismas fuentes consultadas por este periódico advierten de que "es complicado modificar los hitos y objetivos y los tendría que aprobar el conjunto de los otros 26 países de la UE".