María Pombo, una de las influencers más conocidas de España, está tramitando el registro de su nombre como marca tras dar el salto a la televisión, según ha podido saber Vozpópuli. La joven empresaria, que cuenta con más de dos millones de seguidores en la red social Instagram, ha presentado la solicitud a la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) después de participar en varios programas de Antena 3.
Su primera colaboración televisiva se produjo el pasado mes de octubre en 'El Hormiguero', con una entrevista en el programa presentado por Pablo Motos. Más tarde, en abril, María Pombo confirmó su participación en la próxima temporada de otro de los formatos de la cadena, 'El Desafío'. Además, hace unas semanas sorprendió a todos sus seguidores con su concurso secreto en 'Mask Singer'.
En este contexto, la influencer solicitó el pasado mes de mayo el registro de "María Pombo" a nivel nacional como marca denominativa para varias clases: la de productos cosméticos (clase 03), la de metales preciosos y artículos de joyería (14), la de cuero y bolsos (18), la de prendas de vestir y calzado (25), la de servicios publicitarios (35), y la de servicios de telecomunicaciones y divulgación de programas de televisión (38).
Cristina Gilabert, abogada de PONS IP especializada en marcas, explica que esta maniobra es "una manera de poder rentabilizar su nombre mediante el lanzamiento de un producto propio o la firma de un contrato de licencia con otras empresas interesadas en comercializar productos con su nombre e imagen"; pero también "es una forma de protegerse jurídicamente de posibles usurpadores".
Si quiere dar permiso a una tercera empresa para explotar el nombre de María Pombo con todas las garantías legales, es conveniente que esté registrado como marca
"Si demuestras que eres titular de la marca y que está registrada, es más sencillo bloquear un perfil abierto con tu nombre en una red social como Facebook, Instagram o TikTok", explica la experta en marcas. Además, en el caso de que quiera dar permiso a una tercera empresa para explotar su nombre en un producto concreto (ya sea de moda o audiovisual) con todas las garantías legales, "es conveniente que esté registrado como marca", añade Gilabert.
Los influencers pueden tener problemas a la hora de explotar su nombre si otra persona ha solicitado el registro de la marca. "La ley de marcas dice que cualquier denominación puede registrarse siempre que no incurra en prohibiciones de registro, y una prohibición de registro es que ya exista otra marca igual o parecida. Con lo cual, asegurarse la exclusividad es importante", advierte la abogada.
Desde el despacho especializado en propiedad industrial e intelectual reconocen que cada vez hay "más gente con una presencia muy fuerte en redes, con un importante número de seguidores, y, como cualquier empresa, tienen que proteger no sólo sus tangibles sino también sus intangibles (los nombres, los contenidos que publican, los contratos que firman para los patrocinios y colaboraciones, etc.)".
Otras marcas de María Pombo
Gracias a la comunidad generada en las redes sociales, en 2020 María Pombo se convirtió en una de las 100 mejores influencers del año según la revista Forbes. A sus 26 años, cuenta ya con dos marcas de ropa (Name the Brand y Tipi Tent) y un festival de música (Suave Fest).
Ha fundado sus negocios mientras trabajaba como modelo para distintas firmas de moda -como Bobbi Brown, Mango, Springfield o Agatha Paris- y creaba contenido diario para su perfil de Instagram. Detrás de María Pombo está la agencia de representación Soy Olivia, encargada de desarrollar estrategias de marketing y contenidos personalizados para las marcas.
Ahora, después de dar el salto a la televisión, la influencer ultima la creación de su marca más personal y con un valor que respaldan millones de personas, 'María Pombo'. No obstante, todavía no cuenta con el certificado de propiedad de la marca, según ha podido constatar este periódico.
La abogada de PONS IP explica que, tras la publicación de la solicitud el pasado 21 de junio, arranca un plazo de dos meses (hasta el 21 de agosto) de exposición pública en el que cualquier persona puede presentar alegaciones si se considera perjudicado. En ese caso, "la administración decidiría si los productos o servicios son semejantes y valoraría el riesgo de confusión que puede haber para los consumidores al conceder dos marcas iguales o parecidas", sentencia.