El Gobierno ha decidido saltarse la consigna de no pronunciarse, al menos públicamente, sobre operaciones entre empresas privadas. El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, valoró este martes el acuerdo alcanzado por ACS y Atlantia para comprar Abertis de forma conjunta y evitar así un proceso que hubiera encarecido la operación, toda vez que ambos oferentes estaban condenados a una puja al mejor postor. "El acuerdo que han alcanzado siempre será mejor la guerra que mantenían", apuntó el ministro.
En realidad, la novedad no radica tanto en el mensaje como en el hecho de que se haya hecho en público. El mercado da por descontado que el pacto entre ACS y Atlantia fue auspiciado por el Ejecutivo, que vio en la fórmula una solución para evitar el desenlace más probable de la puja por Abertis, esto es, que acabara exclusivamente en manos del grupo italiano, lo cual no era ni mucho menos del agrado de Moncloa.
De esta forma, del Gobierno se aseguraba que Abertis seguiría teniendo un componente español y, al mismo tiempo, permitía que ACS pudiera garantizar a su nuevo socio una tranquilidad política que, en solitario, no iba a tener. Hasta ahora, la postura del Ejecutivo, de puertas hacia afuera, había sido la de no hacer comentarios sobre la operación.
En su participación en un desayuno informativo organizado por Europa Press, De la Serna decidió "mojarse" sobre el final del proceso de compra de Abertis. Una opinión que, probablemente, no será compartida por la mayoría de los accionistas de Abertis, que vieron diluirse de golpe la posibilidad de que una guerra de ofertas disparara el precio de la concesionaria y les permitiera obtener mayores plusvalías.
Entre los socios de Abertis, muchos minoritarios, algunos fondos, y el accionista de referencia: Criteria, el brazo inversor de La Caixa, donde las palabras de De la Serna no habrán sentado especialmente bien.
Casi 2.000 millones para el AVE
El ministro confirmó que la sociedad instrumental, participada por ACS y Atlantia, que tomará el control de Abertis deberá solicitar a su departamento una autorización para asumir las concesiones del Estado actualmente en manos de la compañía que aún preside Salvador Alemany, aunque indicó que se trata de un trámite reglado y sencillo.
"Simplemente, se trata de constatar la solvencia de la sociedad que pasa a tener el control sobre la concesionaria. Sin prejuzgar el trabajo de los técnicos, deduzco que la solvencia de la nueva sociedad está más que probada".
En otro orden de cosas, De la Serna anunció licitaciones en alta velocidad por valor de 1.850 millones de euros este año. La mayoría de ellas estarán relacionadas con la línea entre Murcia y Almería, aunque también habrá avances en otros tramos como el de Extremadura.
El ministro también reiteró que pronto estarán listas dos nuevas licitaciones del Plan de Inversión en Carreteras (PIC) y recordó los planes directores en los aeropuertos de Barajas y El Prat. En relación con el primero, en los próximos días se conocerá el detalle del desarrollo inmobiliario en torno a sus instalaciones, un suelo por el que ya se han interesado numerosas empresas y que atraerá inversiones superiores a los 1.000 millones de euros.