Un desplome sin precedentes. El aceite de oliva, producto estrella de la dieta mediterránea y motor económico de numerosas regiones españolas, atraviesa una situación convulsa. Los precios en origen han experimentado una caída vertiginosa en las últimas semanas, sembrando la incertidumbre entre los productores y abriendo interrogantes sobre el futuro del sector, como ha adelantado El Economista.
Según el sistema de referencia de precios Poolred, la cotización del aceite de oliva se sitúa por debajo de la línea roja de los 5 euros por kilo, un umbral que el sector consideraba esencial para la viabilidad de la cadena de valor. Esta caída, que ha llevado al precio a menos de la mitad de lo que se pagaba a principios de año, ha generado una gran preocupación entre los olivareros.
Factores que pueden explicar la crisis
Diversos factores confluyen en este escenario de crisis, entre los que destacan:
- Sobreoferta en el mercado: la decisión de muchos agricultores de vender su aceite de forma individual, buscando aprovechar la estela de precios altos de la campaña anterior, ha inundado el mercado, provocando que los compradores retrasen sus compras y presionen a la baja los precios.
- Competencia del aceite portugués: la entrada de 200.000 toneladas de aceite portugués, en su mayoría procedente de cultivos superintensivos, está ejerciendo una fuerte presión sobre el mercado español.
- Bajos rendimientos de la aceituna: los rendimientos industriales de la aceituna recolectada hasta la fecha se sitúan entre el 15% y el 17%, muy por debajo de la media, lo que hace prever una producción final menor a la inicialmente estimada.
- Sequía: la falta de lluvias en las últimas semanas y la ausencia de precipitaciones en las previsiones meteorológicas a corto plazo amenazan con agravar la situación, afectando negativamente a la próxima campaña.
Organizaciones como Cooperativas Agro-alimentarias de España consideran que esta caída drástica del precio carece de justificación objetiva, argumentando que las existencias actuales de aceite son inferiores a las del año pasado y que países tradicionalmente compradores, como Italia, presentan cosechas cortas este año.
Ante este panorama, se ha hecho un llamamiento a la responsabilidad de todos los actores del sector para evitar la difusión de mensajes alarmistas o interesados que puedan contribuir a desestabilizar aún más el mercado. Se subraya la importancia de la integración de los agricultores en cooperativas como mecanismo para ordenar la oferta y garantizar un precio justo que asegure la rentabilidad de las explotaciones olivareras.
