Llega una nueva subida del salario mínimo interprofesional (SMI), que permitirá que muchos trabajadores -unos dos millones, según la vicepresidenta Yolanda Díaz- tengan de forma automática una subida de sueldo, que llegará ahora a los 1.000 euros brutos mensuales. De esta medida se beneficiarán especialmente los más jóvenes, aquellos empleados con trabajos de baja cualificación y, según Comisiones Obreras (CC.OO), las mujeres entre 16 y 34 años con contrato temporal y que trabajan en la agricultura o el sector servicios.
Lo que es visto como una buena noticia por un amplio porcentaje de los trabajadores afectados, tiene una perspectiva distinta desde el prisma de los empresarios. De hecho, el Ministerio de Trabajo aprobará esta medida sin el beneplácito de los empleadores, que han rechazado de manera frontal la medida. Desde la Confederación General de las Pequeñas y Medianas Empresas (Copyme) señalan que el Gobierno "solo se queda con una parte", la de los beneficios, pero "ignora las consecuencias negativas". Consideran que "es muy peligroso querer diseñar la economía y los salarios sin tener en cuanta a la empresa".
En esta línea también se posiciona Hostelería de España, que representa a los bares, restaurantes y pubs de nuestro país: "Gobierno y sindicatos se han puesto de acuerdo en que paguemos las empresas". Vozpópuli ha hablado con Emilio Gallego, secretario general de esta patronal. "La subida del SMI impacta directamente contra la autonomía de la negociación colectiva".
Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España: "La subida del SMI impacta directamente contra la autonomía de la negociación colectiva".
Sin entrar a hacer previsiones, Copyme interpreta que esta subida del SMI puede suponer destrucción de empleo, algo que "pagan los trabajadores menos cualificados". Los precedentes existen: la subida de 2019, según el Banco de España, se tradujo en 180.000 empleos menos. Precisamente, aquellos que CC.OO. señala como grandes beneficiados serían, según Copyme, los perjudicados por la medida: "Agricultura, empleados de hogar y jóvenes en su acceso al mercado laboral son los más afectados". Sectores, también como la hostelería de ciertas zonas de España, más frágiles por no tener tanta capacidad para asumir el sobrecoste.
En esta línea, Emilio Gallego señala que "aunque no hay cifras" del sector, sí es previsible que "hay muchos pequeños negocios que con el aumento de costes, impuestos y salarios estarán tentadas a colgar los trastos".
Desde Copyme creen que las subidas del SMI son positivas siempre y cuando se hagan con moderación, ya que esto permite aumentar el consumo y hacerlo más accesible, dada la brusca subida del IPC. Pero consideran que estos crecimientos bruscos, sin tener en cuenta la evolución de la economía, son perjudiciales para la empresa.
Las subidas deben ser siempre moderadas y asumibles porque si no es así los más perjudicados siempre son los más vulnerables", cuenta Copyme a Vozpópuli"
"Las subidas deben ser siempre moderadas y asumibles porque si no es así los más perjudicados siempre son los más vulnerables", cuenta Copyme a Vozpópuli. Desde Hostelería de España no quieren que su negativa a subir el SMI se interprete como una negativa a mejores sueldos: al igual que Copyme, creen que este se debe lograr mediante una mayor productividad y no mediante imposición gubernamental.
Es decir, que el problema está en que las pymes, ya ahogadas por la subida de los costes, ahora verán cómo crece también el gasto en mano de obra, lo que se traduce en endeudamiento. Esto implicará, de forma lateral, el crecimiento de la economía sumergida para tratar de mantener al trabajador sin asumir tanta deuda y coste.
¿La solución que proponen desde Copyme y Hostelería de España? No aumentar el SMI, sino fomentar la productividad de las empresas, que es "negativa desde 2018". De hacerlo, se podrá "aumentar el nivel salarial en general, como está pasando en sectores muy productivos como el tecnológico", señalan fuentes de Copyme.
La productividad de las pymes, un gran problema
La subida del SMI contrasta con la productividad del tejido empresarial español. España vende un 32% menos que la media de la Unión Europea, según Eurostat: 1 millón frente a 1,4 millones de euros de media por empresa. Esto se debe a la gran presencia de micropymes en nuestro país: la subida del IPC afecta a los trabajadores pero también a las pymes por el encarecimiento de los suministros y proveedores. Esto lo está notando la empresa y cuanto más pequeña es, menos músculo tiene para afrontar gastos extra, como lo es esta subida.
Debido a esa baja productividad, las pymes son quienes ofrecen salarios más bajos. Su presencia coincide precisamente con los sectores que registran salarios más bajos, como son Agricultura y Hostelería. Esto implica, según la interpretación de Copyme, que la subida del SMI impacte de una forma más directa en ellas, haciéndolas más vulnerables y dificultando su viabilidad.
"La forma de pagar más es aumentar la productividad y los ingresos", señala Emilio Gallego, cuyo sector, tras el covid, se encuentra en una profunda crisis por las restricciones y el temor al contagio. Por ello, el próximo miércoles se reunirán con la ministra de industria, comercio y turismo.
La hostelería, al igual que el resto de sectores más vulnerables, buscan "políticas de incentivo". La subida del salario mínimo les resulta un freno a la reactivación del sector. "Deberíamos dedicar más esfuerzos a reactivar la demanda y mejorar los niveles de consumo", señala Emilio Gallego. Recordemos que tal y como señala Copyme, en el sector hostelero el 99,8% son pymes, 169.216 frente a 251 grandes empresas.
El crecimiento del salario mínimo llevará aún más al límite a las empresas vulnerables, lo que incentivará la economía sumergida para reducir costes y endeudamiento. "Es de libro", señala Emilio Gallego. Considera que el alto aumento a nivel impuestos, salarios y proveedores de los costes provoca que "les pueda tentar a pasarse al lado oscuro, es un riesgo que se puede producir".