Transporte

Puente negocia con Cataluña transferir sólo una parte de los Rodalies

El área de trenes y servicios es en la que más se está avanzando en el marco de las conversaciones

  • El ministro de Transportes, Óscar Puente -

Las negociaciones por la transferencia de los Rodalies (los Cercanías catalanes) a Cataluña continúan entre Moncloa y la Generalitat. Óscar Puente, el titular de la cartera de Transportes y Movilidad Sostenible, explicaba ayer tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros que el Ministerio estudia ya qué partes de la infraestructura podrían cederse para contar con la Generalitat como socio estable de Gobierno.

Es algo complejo porque, tal y como ha confirmado este diario con fuentes oficiales de esta cartera, por ley solo es posible transferir aquella infraestrucutura "que sea intercomunitaria, con tráficos dentro de la propia región". Es decir, el hecho de que por el trazado de los Rodalies pasen trenes de mercancías y medias distancias que atraviesan la región, pero que tienen destino o salida fuera de Cataluña, impide una transferencia total.

Por este motivo, aseguran que el Ejecutivo está estudiando qué infraestructuras pueden y no pueden ser transferidas. "Es un proceso que durará años", reconocen las mismas fuentes consultadas por Vozpópuli.

Óscar Puente ha confirmado que la trasferencia de trenes (que pasarán de Renfe a Cataluña) y servicios ya está en marcha, si bien de momento, por el estado (prácticamente inicial) de las negociaciones, desde la cartera de Transportes y Movilidad urbana no pueden facilitar más detalles. En la mesa está el Ejecutivo, la Generalitat y también los sindicatos (CCOO, UGT, etcétera). Desde el Ministerio manifiestan que es precisamente en la parte de trenes y servicios donde más se está avanzando en las negociaciones, y en lo que más claras están las cosas.

Sin embargo, está por ver el ámbito que abarcan los servicios, tal y como declaran fuentes del sector a Vozpópuli. "Hay que ver qué se entiende por servicio, si se trata de la explotación pura y dura de las frecuencias, horarios, etcétera, o también del personal que trabaja en los mismos", concluyen.

Impacto de la transferencia de los Rodalies en los billetes

La cesión de los Rodalies a Cataluña lleva implícita la pérdida de poder de negociación en el ámbito ferroviario, según otras fuentes vinculadas al sector del Transporte consultadas por este diario, pero que reconocen también que la transferencia es beneficiosa porque se trata de que "quienes mejor conocen los Rodalies sean quienes los gestionen".

Cataluña perderá, eso sí, fuerza a la hora de comprar trenes y realizar el mantenimiento o reparación de las infraestructuras. El plan de renovación de trenes de la flota de Renfe (empresa del Estado) superó los 5.400 millones de euros a principios del año pasado, un proyecto que supondrá la llegada de 519 trenes nuevos de todo tipo: Alta Velocidad, Cercanías, Media Distancia y Ancho Métrico, así como locomotoras de Alta Velocidad y Mercancías... Con cifras tan grandes es más sencillo negociar precios a la baja, cifras que Cataluña no manejará por sí sola.

"No es lo mismo comprar centenares de trenes que solo unas decenas. Y eso es lo que le va a pasar a Cataluña. Al final perderán poder de negociación y tendrán que pagar más. También por el mantenimiento de las infraestructuras o todo aquello que se necesite subcontratar, como el tendido de vías, dado que el volumen siempre será menor que en el caso de que los productos y servicios se negocien para una empresa pública con muchos más kilómetros de vía y necesidades", explicaban hace unos días a Vozpópuli estas fuentes.

También aseguran que la fuerza negociadora de Adif y Renfe se verá reducida, pero menos.

"Es cierto que España perderá también fuerza a la hora de negociar porque no contará con Cataluña, pero le afectará mucho menos que a esa región. Perdemos todos, pero ellos un poquito más por los volúmenes de trenes e infraestructuras que se mueven en uno y otro lugar", aseguraban.

Una circunstancia que tendrá incidencia en el coste de los billetes para los catalanes. "Al final, el contribuyente sale perdiendo porque es de quien sale el dinero para pagar las infraestructuras. Si al final todo sale más caro, ya sabemos quién pagará el pato, y eso tendrá su reflejo en los billetes".

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