Los choques de la vicepresidenta primera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, con los ministros económicos más vinculados al ala socialista del Gobierno de coalición, especialmente con Nadia Calviño, han sido frecuentes durante la legislatura, pero en este último tramo, con las elecciones autonómicas encima y las generales a la vuelta de la esquina, se han acentuado.
Esta semana la negociación con los inspectores de Trabajo ha saltado por los aires después de que el equipo de Díaz acusara ante los sindicatos al Ministerio de Hacienda, encargado de dar 'luz verde' a las mejoras laborales previstas en el organismo, de torpedear la resolución de un conflicto que lleva meses vivo.
Tras esta acusación lanzada en la tarde del miércoles, los representantes de los trabajadores, que a principios de semana pedían la dimisión de Díaz, se manifestaron el jueves ante Hacienda pidiendo el cese de Montero. Un nuevo episodio que prácticamente todos los agentes implicados tildan de "político" ante la proximidad de las elecciones.
En los últimos días, desde el equipo Díaz también han hecho saber que no comparten la última política del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, sobre regularizar inmigrantes que se formen para cubrir vacantes de empleos en España, un problema que los empresarios han manifestado.
El Ministerio de Trabajo, sin embargo, trasladó a la prensa este mismo miércoles que los datos de vacantes son "irrelevantes", con 140.000 (la mayoría son en el sector público y sólo 69.000 en empresas privadas) sobre un total de 20 millones de ocupados.
"Se está construyendo un relato falso sobre el problema de las vacantes en España. No existe ningún problema y no es cierto estadísticamente que las empresas del sector privado tengan dificultades para cubrir sus necesidades de empleo", aseguraron.
Además, desde el Ministerio recalcaron que el porcentaje de empresas que tiene falta de trabajadores con formación adecuada "es tan pequeño que el INE lo incluye en una categoría denominada 'otros'". En este sentido, Díaz considera que si se quieren cubrir las "reducidas" vacantes que hay, la solución pasa por mejorar las condiciones de trabajo y atraer así a los parados que hay en el país.
Con el tercer Ministerio económico del ala socialista, el que dirige Nadia Calviño, los choques son más frecuentes. Sin embargo, lo que últimamente se avistaba como una especie de 'tregua' por parte de Yolanda Díaz, se agrieta por momentos al airear nuevas diferencias.
El Ministerio de Asuntos Económicos ha reavivado la idea de crear un observatorio de márgenes empresariales, recopilando toda la información a través del INE, Banco de España y Agencia Tributaria y publicando información por sectores (no por empresas concretas).
La idea de vigilar los beneficios de las empresas la abanderan Díaz y los sindicatos desde hace meses. Sin embargo, la ministra de Trabajo ha expresado abiertamente su rechazo al observatorio que ha anunciado Calviño, pues operará sobre la competencia mientras que ella defiende que se vincule a los salarios de los trabajadores. "No lo compartimos", recalcó Yolanda Díaz el pasado 17 de mayo.
Además, este periódico ya informó de que en el equipo de Díaz sentó mal la forma en la que se vendió el pasado 11 de mayo el paquete de Trabajo para impedir mantener la actividad con temperaturas extremas, y lo achacaban a la campaña electoral. En un momento de máxima tensión y donde cada gesto cuenta, Díaz 'abre fuego' y defiende posiciones en la coalición.
