Unas horas después de la Reserva Federal (FED), el Banco Central Europeo (BCE) cumple el guión y también levanta el pie del acelerador en las subidas de los tipos de interés. El organismo presidido por Christine Lagarde ha decidido elevar el precio del dinero otro medio punto porcentual y lo llevará al 2,5%, en máximos de finales de 2008. Se trata de un aumento por debajo de los dos anteriores: de 75 puntos básicos tanto en septiembre como en octubre. Aunque deja claro el mensaje de que seguirá aumentado los tipos de forma "significativa" tras revisar al alza las estimaciones de inflación.
"El Consejo de Gobierno estima que los tipos de interés tendrán que incrementarse aún significativamente a un ritmo sostenido hasta alcanzar niveles suficientemente restrictivos para asegurar que vuelvan a situarse de forma oportuna en el objetivo del 2% a medio plazo", explica el banco central. Los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito aumentarán hasta el el 2,75% y el 2%, respectivamente. Estas medidas se aplicarán con efectos desde el 21 de diciembre.
La última reunión de política monetaria del año de la zona euro ha cumplido con las expectativas del mercado, que descontaba una ralentización en las subidas de tipos. Aunque en su cruzada contra la crisis de precios el BCE ha acometido cuatro alzas en apenas medio año, un ritmo récord en la historia de la institución del euro.
Lagarde lanza un mensaje contundente en la lucha contra la inflación. "No son suficientes", afirma sin ambages tras aplicar un récord de cuatro subidas de tipos en menos de seis meses.
De momento, el IPC se mantiene en nivel altos, con un crecimiento interanual del 10% en noviembre, aunque parece que empieza a tocar techo. El índice de precios en la región había cerrado con un aumento del 10,6% en octubre. Sin embargo, el BCE ha incidido en que la inflación continúa siendo "excesivamente elevada" y se proyecta que se mantenga por encima de su objetivo "durante demasiado tiempo".
La inflación tardará en corregirse
Sin ir más lejos, el banco central ha revisado de forma abrupta su previsión de IPC. Ahora estima que crecerá al 6,3% en 2023, frente al 5,5% previsto en septiembre. Para 2024 considera que los precios subirán de promedio un 3,4%, cuando hace tres meses preveía un aumento del 2,3%.
El freno en el ritmo de subidas, al igual que en Estados Unidos, persigue no hundir a la economía de la zona euro en una recesión profunda. Las previsiones de la mayoría de los organismos oficiales apuntan a una contracción leve del PIB de la zona del euro en el último trimestre de este año y el primero de 2023.
"La economía de la zona del euro podría experimentar una contracción en este trimestre así como en el siguiente, debido a la crisis de la energía, a la elevada incertidumbre, al debilitamiento de la actividad económica mundial y al endurecimiento de las condiciones de financiación", comparten los expertos del organismo con sede en Francfort, que han corregido a la baja las estimaciones de crecimiento de la zona euro. Para 2023, estiman que el PIB mejore un 0,5%, cuatro décimas menos que en sus previsiones de septiembre, y consideran que el crecimiento rozará el 2% en 2024.
Recorte en la cartera de deuda pública
El organismo también ha anunciado el inicio de la reducción de su balance, que comenzará en marzo y que se hará a un ritmo mensual de 15.000 millones de euros cada mes. Así será al menos hasta junio, cuando el banco central evaluará cómo seguir rebajando su cartera de deuda pública.
Los inversores han puesto el foco en las palabras de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, tras comunicar esta decisión. La presidenta del banco central ha lanzado un mensaje contundente para refrendar su lucha por atajar la inflación y se ha querido desmarcar de la FED. Lagarde ha afirmado con rotundidad que las cuatro subidas de tipos en medio año, algo nunca visto en la zona euro, "no son suficientes".
En este sentido, ha apuntado a que el ritmo de los nuevos aumentos del precio del dinero podría ser ahora de medio punto y no de 75 puntos básicos. "La depreciación del euro ha contribuido a la inflación", ha explicado la presidenta del BCE.
Alexander
El aumento del tipo de interés en la zona euro puede producir una reducción en la petición de préstamos a las entidades bancarias pero no está teniendo ningún impacto en el precio de la cesta de la compra, que no para de subir. Hasta que no se ponga fin al conflicto en Ucrania no empezarán a bajar los precios de los alimentos, por mucho que se suba el tipo de interés.