Las rentas medias y bajas cargarán con la mayor parte de la subida del IRPF por la inflación, en concreto, con 2.600 millones de euros de un total de 4.110 millones que va a suponer y con hasta 253 euros más de media por declaración. Así lo muestra el desglose por rentas del impacto de esta subida, al que ha tenido acceso Vozpópuli, que va afectar a todos los españoles en la próxima Campaña de la Renta, que empieza el 6 de abril.
Si se tiene en cuenta a los contribuyentes con rentas medias-altas, el montante total de rentas bajas, medias y medias-altas es de más de 3.500 millones que deberán pagar de más, mientras que las rentas altas sólo soportarán un alza de poco más de 500 millones, por sólo 20 millones en el caso de las muy altas. Es el desglose por tramos del impacto de la inflación para todos los españoles en su declaración de la Renta esta primavera que ha elaborado José Félix Sanz, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid.
Otro de los cálculos de Sanz muestra que los hogares uniparentales y familias monoparentales cargarán con 742 millones de la subida, con una media de 169 euros más por declaración, por 840 millones de los hogares con dos personas, con 199 euros más de media por declaración. Estos dos grupos pagarán más de la mitad de la subida, 1.410 millones.
Estos 4.110 millones de pago extra en esta Campaña de la Renta es una cifra cercana a la que estimó el Gobierno de Mariano Rajoy que recaudaría la subida del IRPF que lanzó nada más llegar al poder en 2012, de siete puntos, la mayor de la historia. Y más del doble de lo que finalmente consiguió ingresar: apenas 800 millones, en plena recesión.
Se trata de la progresividad en frío fenómeno muy conocido por los economistas, que tiene la peculiaridad de pasar relativamente desapercibido ya que supone una subida de impuestos encubierta que no necesita de anuncios ni iniciativas legislativas por parte del Gobierno y que no tiene coste político. Es decir, la inflación incrementa la factura fiscal de los contribuyentes sin que explícitamente se tengan que subir los tipos impositivos u otros elementos estructurales del impuesto.
Tramos BLG Tarifa Estatal by Vozpópuli
Supone, por tanto, una subida de impuestos poco visible y sobre la que cuando ha sido preguntado el Ministerio de Hacienda ha dicho que no va a tomar medidas.
De los 4.110 millones de euros a que asciende el coste total de la subida, 1.693 millones tienen su origen en la no deflactación de las tarifas y 2.417 millones a la no indexación del resto de elementos, según el trabajo de José Félix Sanz para la Fundación Disenso. El último ejercicio en el que se deflactaron las tarifas fue 2008.
Impacto por CCAA
Dada la naturaleza progresiva del impuesto, las comunidades con renta per cápita más alta soportarán un mayor sobreimpuesto medio. En este sentido, es informe ha calculado que los madrileños sufren el impacto mayor y pagarán de media 240 euros más, seguidos de los catalanes y baleares, que lo harán por 224 y 215 euros, respectivamente. Sufrirán el impacto menor Ceuta y Melilla (80 euros más), La Rioja (99), Extremadura (156) y Andalucía (172 euros).
El efecto total será superior en Cataluña que en la Comunidad de Madrid. Con un millón más de habitantes, la subida será de 817 millones de euros para los catalanes, seguidos de los madrileños, que tendrán que aportar 810 millones más. A continuación aparecen los andaluces, con 603 millones, y los valencianos, con 431 millones, autonomías que aparecen en este ránking por su número de habitantes. En el lado de los menos afectados, ceutíes y melillenses pagarán casi cinco millones más, por 16 millones los riojanos y 58 millones los cántabros.
Esta investigación también ha calculado el impacto por provincias, siendo el mayor en Madrid, los 240 millones citados, de Barcelona, con 231, Baleares (215), Gerona (209), Cantabria (206), Guadalajara (204) y Tarragona (200). Las que menos pagarán, Ceuta y Melilla (80 euros más), La Rioja, con 99 euros, Jaén (141) y Almería (152).
El año pasado cerró con un incremento del IPC del 6,5%, el dato más alto de los últimos 30 años. La sobrecarga fiscal que supone es especialmente evidente en figuras impositivas que, como el IRPF, presentan estructuras progresivas, subraya Sanz. Entre las distorsiones más relevantes generadas por la inflación sobre el IRPF, destacan sus efectos sobre la base del impuesto, sobre la progresividad real de la tarifa y sobre el conjunto de desgravaciones y exenciones que éste aplica.