A principios del mes de abril, la cadena de supermercados Supersol anunciaba un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaría a 404 trabajadores y provocaría el cierre de 21 tiendas. Esta decisión, que finalmente se limitó con los sindicatos en 294 despidos y 18 cierres, llegaba por un nuevo año de pérdidas en la compañía. Su dueño desde 2012, el holding lituano Maxima Group, ha compensado este escenario con una nueva inyección de capital de 17 millones de capital.
Según detalla las cuentas publicadas en el Registro Mercantil, esta aportación del socio único de Supersol se produjo después de cerrar el ejercicio en pérdidas y la puesta en marcha de los ajustes. La cadena de supermercados perdió en el último ejercicio completo 15 millones de euros y encadena los seis años consecutivos de propiedad lituana en números rojos.
En 2017, Supersol registraba unas pérdidas de 1,3 millones, desde los 6,5 millones que perdió en 2016. Estos números rojos de la cadena de supermercados se han moderado en los últimos años. Los tres primeros años completos con Máxima Group al frente de Supersol perdió 25 millones en 2013, 41,6 millones en 2014 y 13 millones en 2015.
Una 'sangría' que los dueños lituanos ha compensado inyectando 123 millones de euros que, sumados a la última aportación de capital, se eleva hasta los 140 millones de euros. Fuentes cercanas a la compañía explican a este medio que desde Máxima Group mantiene su intención de respaldar con su capital la compañía, pero que, como le sucede cualquier inversor, no está preparado para perder dinero eternamente.
Un cambio de rumbo
Los ajustes de tiendas y de plantilla busca reconducir el camino de Supersol. Maxima Group decidió hace seis meses relevar al consejero delegado de CEO de Supersol y poner al frente a Vygintas Šapokas, antiguo miembro del consejo de administración de Maxima Group, para intentar encontrar un camino hacia la rentabilidad e iniciar un plan de renovación.
Con más de 3.500 trabajadores y 180 tiendas, los nuevos jefes lituanos buscan que su ajuste de costes y reorganización profunda del actual modelo de Supersol pueda 'por fin' acercar a su inversión española a los números negros. Su red está concentrada en Madrid y Andalucía. Según explican en sus cuentas, su enseña logra en territorio andaluz una cuota de mercado cercana al 5%.
La empresa expone en sus resultados que su negocio se fundamenta en tiendas de proximidad de menos de 1.000 metros cuadrados. En su hoja de ruta, los nuevos responsables de Supersol planean suprimir de este espacio sus oferta de pescadería, porque consideran que no ha logrado atraer el interés de sus clientes.
¿Cambio de mentalidad?
Desde el sector apuntan que Supersol necesita "muchos más argumentos" para dar la vuelta a su situación. Fuentes conocedoras de la cadena detallan que los inversores lituanos han intentado introducir sus productos y sus métodos de gestión en la compañía sin tener en cuenta las particularidades del mercado español y, en concreto, el andaluz.
Una de los ejemplos de estos 'descuidos' ha sido el trato con los proveedores y una mala praxis en la gestión de los inventarios de la compañía. "La cadena tiene una situación complicada, pero un cambio de gestión podría mantener el negocio a flote, porque Supersol cuenta con negocio", concluyen.