¿A quién no le ha coincidido una reunión de trabajo con la junta de vecinos? Para la mayoría, eso suele traducirse en faltar a las citas domésticas. Pero cuando uno es Presidente del Grupo Prisa y ha hecho de la conciliación de las vidas laboral y personal una cuestión editorial, siempre caben soluciones creativas.
Ésa parece ser la explicación a que el último Consejo de Administración del Grupo Prisa se haya celebrado en Nueva York, casualmente a la vez que quien lo convoca, Juan Luis Cebrián, resuelvía los problemas domésticos de su apartamento de Brookiyn Heighs, la joya de la corona de Brooklyn y el barrio más elegante de la capital neoyorkina. Cebrián tenía que estar presente en la Gran Manzana esta semana porque allí se celebra un juicio por problemas en su comunidad de vecinos, un club que exige la presencia de los propietarios.
El País SL gastó 2,6 millones de euros en viajes, de los cuales sólo la mitad corresponden a desplazamientos por coberturas informativas
Esa coincidencia de fechas ha hecho que Cebrián se desplace allí haciendo uso del jet privado de la compañía, mientras que el resto del Consejo de Administración también volaba a la capital neoyorkina con el argumento de "estrechar lazos" con Nicolas Berggruen y Martin Franklin, accionistas de referencia de Prisa a través Liberty Acquisition Holding.
Es, también casualmente, el mismo argumento que se usó en la convocatoria anterior. Sin embargo, entonces ninguno de los dos acudió a la reunión porque ambos tenían otras citas previstas. En aquella ocasión, se trató de una fatal coincidencia.
2,6 millones en gastos de viajes
Tantas casualidades explican la partida de viajes de la compañía editorial: Ediciones El País SL gastó 2,6 millones de euros en viajes, de los cuales sólo la mitad corresponden a desplazamientos por coberturas informativas. Según fuentes del grupo, cada uno de los desplazamientos del jet suma la redonda cifra de 100.000 euros por desplazamiento.
Tanta coincidencia permite conciliar la vida laboral y personal de los ejecutivos... a costa de hundir la empresa.