Le Figaro - La historia de la deuda griega es la de un derroche. Varios economistas han analizado los préstamos y gastos de Grecia durante los últimos 30 años y han llegado a la conclusión de que Grecia no ha sabido usar ese dinero de forma razonable.
Un ejemplo: en los últimos 20 años, Grecia ha acumulado 2.585 millones de euros de deuda. 2.250 millones sirvieron para pagar la acumulación de intereses y 33.000 para el déficit presupuestario primario, es decir el déficit calculado sin los intereses de la deuda. Por lo que, según el economista Jesús Castillo, "sirvió ante todo para financiar un desequilibrio estructural entre gastos e ingresos. Y los gastos que hubieran podido tener un efecto a medio plazo sobre el crecimiento han sido insuficientes."
Explosión de gastos
Thibault Mercier, economista de BNP Paribas, resume "los griegos no han preparado el futuro: su deuda no ha sido productiva. Por ejemplo, su sistema de protección social es muy generoso, sin embargo, el país no tiene los recursos para financiarlo". Pero el aumento de gastos públicos tiene otro origen, según los economistas griegos Thomas Moutos y Christos Tsitsikas. "El incremento de los déficits resulta de la explosión de los gastos públicos, alimentada por el aumento del número de funcionarios y de sus salarios". Analizan que, entre 1976 y 2009, el número de funcionarios ha incrementado un 150%, mientras los empleos privados sólo aumentaban del 34%. En cuanto a los salarios, el fenómeno es similar: entre 1995 y 2006, los sueldos de los funcionarios dan un salto del 118% y hasta el 157% en las empresas públicas, frente al 82% en el sector privado.
Ganar votos
Los mismos especialistas explican esos derroches en una razón sencilla: ganar votos. Los dos partidos en el Gobierno, los socialistas del Pasok y los conservadores de Nueva Democracia, usaban las nominaciones de funcionarios para ganar votos. Además, el empleo público siempre fue el medio más eficaz para luchar contra el paro.
Con un sector público tan importante, tampoco Grecia ha podido mejorar la calidad de los servicios estatales, que siempre fueron criticados por los ciudadanos. Esos mismos ciudadanos que han visto aumentar considerablemente sus impuestos (que pasaron de representar un 13% del PIB en 1976 al 23% en 2009), lo que legitimó, en cierta manera, la evasión fiscal, según la conclusión de los expertos, "los griegos consideran que el Estado ha roto su parte del contrato social".