¡Cuánto vamos a echar de menos a José Bono! ¡Qué gran decorador de interiores va a perder el Congreso de los Diputados! Le quedan poco más de dos telediarios en la presidencia de la Cámara, pero el inefable dirigente socialista no se va a marchar discretamente y en silencio.
Pues bien, el señor Bono planea despedirse del Congreso dejando un regalo muy especial en el Vestíbulo de Isabel II: un busto de Manuel Azaña donado por Izquierda Republicana. Así, la efigie del presidente de la II República compartirá sala con la puerta de los leones y un busto de la reina que da nombre a la sala.
Seguro que Azaña e Isabel II tendrán no pocos chascarrillos que intercambiar, especialmente cuando miles de ciudadanos visiten el Congreso de los Diputados con motivo de las Jornadas de Puertas Abiertas que este año se celebrarán los días 2 y 3 de diciembre. O en la próxima apertura de la nueva legislatura, cuando vengan los Reyes y sus nuevas señorías tomen posesión de sus escaños. ¡Para que luego digan que republicanos y monárquicos no pueden convivir en paz!
El vestíbulo no es la única ubicación que baraja el decorador de la Carrera de San Jerónimo para Azaña; también podría colocar al republicano con su coetáneo socialista Julián Besteiro o con Agustín Argüelles en otra sala. Sea como fuere, Bono podrá marcharse tranquilo sabiendo que ha dejado en la casa su toque personal: que si la vestimenta, que si el cambio en el nombre de alguna estancias, que si un retrato de Suárez… Vamos, que cualquiera diría que el futuro del dirigente socialista podría estar en el mundo de la decoración. Ahora, personalmente, no veo a Bono en plan Ikea dándole a nadie la bienvenida a la república de su casa.
