La autoridad bancaria europea (EBA, por sus siglas en inglés) ha retrasado la publicación definitiva de los test de resistencia de la banca europea, que incluye a las cinco entidades sistémicas de España (Santander, BBVA, Caixa, Bankia y Popular) hasta el lunes 5 al cierre de mercado o el día siguiente. Se esperaba la publicación mañana, después de haberse comunicado un retraso anteriormente, pero este nuevo aplazamiento no ha gustado en los bancos españoles.
El retraso “obedece a cuestiones políticas”, no técnicas, señalan en una de estas firmas. En días precedentes, la EBA recabó algo más de información a las entidades sistémicas, pero de un carácter tan técnico y secundario que dejaba claro que el organismo intentaba ganar tiempo más que otra cosa. Así lo expresan en las firmas domésticas.
Este decalaje tan inoportuno, con una enorme crisis en ciernes, no parece tener justificación, ya que arreglar el sistema financiero es una cuestión urgente. Los afectados comentan que la lentitud parece obedecer a que la publicación de los datos llegue inmediatamente antes de las reuniones del próximo 8 y 9 de diciembre, del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) y del Eurogrupo, tras las que presentará una reforma del Pacto de Estabilidad que dejará en mal lugar a España como estado miembro de la Europa de la primera velocidad, según todos los indicios.
Con las necesidades de recapitalización calientes sobre la mesa, será más sencillo suavizar posibles presiones políticas o lobbistas. Tal vez, además, la EBA presente cifras todavía peores de las presentadas el mes pasado. Nadie quiere pronunciarse, pero en nuestros bancos sistémicos coinciden en señalar que el retraso ya no se debe a motivos técnicos, sino políticos. No es el estilo chapucero de todo lo que emana de la UE, como denunciaba Jean-Claude Juncker, sino algún motivo que no alcanzan a entender en España.