Ni la banca ni tanto PP como PSOE quieren que España siga perdiendo representación en los órganos de decisión del sistema financiero mundial. Para ello, España está recabando en Bruselas los apoyos necesarios para conseguir que José María Roldán, actual director general de regulación del Banco de España, sustituya a José Manuel González Páramo, uno de los posibles recambios de Miguel Ángel Fernández Ordóñez como gobernador, en el Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE).
"Si no se logra la vía Roldán, el sistema financiero español, a pesar de tener dos bancos con un gran peso mundial, perdará la escasa influencia que le queda. Eso no se puede permitir", aseguraba, el pasado viernes, uno de los eurodiputados del PP que está promoviendo la candidatura de Roldán. "La presencia de Roldán en el BCE es capital para la banca española", explican desde uno de los cinco grandes bancos que se queja de la falta de voz del sector español en la Autoridad Bancaria Europea (EBA).
Los continuos vaivenes de esta institución a la hora de contabilizar el capital en los últimos test de estrés, la falta de autoridad del Banco de España para que computen como capital las provisiones genéricas y la desprotección que han sentido las entidades sistémicas nacionales en las pruebas de esfuerzo provocadas por la crisis de deuda soberana, en la que las entidades españoles sólo quedan por detrás de las griegas en cuanto a necesidades de capital, están forzando la presencia de Roldán en el BCE ante la indignación de la banca española.
"No podemos vivir otro episodio como el de los últimos test de estrés de la EBA, que nos dejan muy mal parados en la foto cuando las entidades francesas o alemanas están mucho peor que nosotros por su exposición a la deuda griega. Necesitamos un representante de peso en el BCE porque si no, todos los esfuerzos internos para reestructurar el sector perderán potencia en los órganos internacionales", se quejan desde un banco de cajas.
"Roldán no puede volver a decir que no a una propuesta para salir de la entidad a un organismo internacional", aseveran en los pasillos del Banco de España, donde no entienden que el actual director de regulación de la entidad desestimara, hace algo más de un año, su presencia en el órgano de Gobierno de la EBA. "No quería abandonar España e irse a vivir al extranjero", confirman estas mismas fuentes.
Incluso el propio Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, comenta en privado que no logró convencer a dos de sus colaboradores (Roldán, es uno de ellos) para que España tuviese representación en la EBA. "Uno no quiso irse por dinero", comentó la pasada semana MAFO.
