Hasta hace muy poco, las carreteras, la alta velocidad y otras obras públicas de postín hacían de Fomento el rey de los ministerios. Llegado el otoño, cada vez que se redactaban unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) las infraestructuras recibían una generosa dotación. Pero esa fábula acaba de terminar. Concretamente, terminó el viernes: por primera vez desde que el euro sustituyó a la peseta en España (2001), el gasto del Ministerio de Fomento se ve superado por el de Defensa.
Ataviado de un powerpoint, el pasado viernes 30 de marzo el responsable de Hacienda, Cristóbal Montoro, adelantó los recortes que desgranará hoy en el Congreso de los Diputados. Por lo pronto, las partidas destinadas a Fomento caen un 35%, pasando de 8.937 en 2011 a 5.843 millones de euros este año. Y las dirigidas al Ministerio de Defensa también bajan, pero de forma mucho más liviana: el presupuesto de la armada perdió entre 2011 y 2012 cerca de un 9% (8,8%), pasando de 6.929 a 6.316 millones.
500 millones más para Defensa
El departamento que dirige Pedro Morenés recibirá, así pues, 500 millones de euros más que el que tutela Ana Pastor. Algunos economistas consultados comentan que Fomento ha ido por delante de Defensa casi siempre en democracia; al menos, desde que España empezó a recibir subvenciones comunitarias.
Según el economista Alejandro Inurrieta, el tijeretazo en Infraestructuras “se nota especialmente en ferrocarril y carreteras, particularmente en inversión y mantenimiento. Sin duda, esto generará más desempleo y deslocalización de una buena parte del capital humano, como ingenieros o arquitectos”. En espera de la comparecencia de Montoro de hoy, se sabe que el capítulo de inversiones perderá 144 millones, las autopistas de primera generación 360 millones, Adif 287 millones, los convenios en carreteras de competencia autonómica 211… y resta y sigue.
Inurrieta también alude a la colaboración público-privada de Fomento, basada en contratas y subcontratas. Una colaboración que va en aumento.
20.000 millones hace tres años
La situación en Defensa es distinta. La enorme deuda (26.000 millones) que este ministerio se ve incapaz de pagar impide un ajuste tan doloroso como el de Fomento en las partidas. Esta mora debería abonarse por completo en el año 2025, pero en el ministerio saben que eso resulta imposible sin un drástico aumento del presupuesto, una idea inviable en los tiempos que corren. Bastante tiene Defensa con su tibio tijeretazo.
Aun así, Defensa puede presumir de obtener más que un ministerio que hace muy poco era imbatible. Cuando se elaboraron los PGE de 2004 (guerras de Afganistán e Irak), solo Renfe obtenía la misma cuantía que el Ejército (unos 6.500 millones). El cénit de Fomento llegó en los PGE de 2009, cuando recibió cerca de 20.000 millones de euros.