Desde la presidencia de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo maneja un presupuesto anual que roza los 9.000 millones de euros, nada que ver con los 25 de la Fundación del dueño de Inditex. Sin embargo, su sueldo al frente del Gobierno gallego no sobrepasa los 68.000 euros y como responsable de la Fundación desde la que el empresario Amancio Ortega promueve todo tipo de proyectos sociales podría duplicar sin problemas sus ingresos. Pero lo que tiene el presidente de la Xunta, aseguran fuentes muy cercanas, no es un problema de dinero, sino de desafección política: sabe que Mariano Rajoy no le quiere en Madrid y es consciente también de que su mandato en la Xunta caduca en octubre, mes en el que toca celebrar unas elecciones autonómicas que el PP regional da por perdidas.
Feijóo ve la posibilidad de entrar en la Fundación de Inditex como un aterrizaje suave en el sector privado
Fuentes muy cercanas al presidente gallego aseguran que éste no se ve sentado en el banco de la oposición del Parlamento autonómico durante cuatro años, observando desde la barrera como desde Madrid se recompone el mapa del centro derecha y del centro izquierda. Esta desazón le ha llevado a ser permeable a algunas de las ofertas que ha recibido en el sector privado. La más atractiva es la de convertirse en responsable de la prestigiosa Fundación que Amancio Ortega creó en 2001, que desarrolla todo tipo de proyectos sociales, de formación e institucionales en medio mundo. Ser una especie de embajador de la Fundación que depende de la multinacional textil española es algo que le agradaría, según ha comentado el presidente de la Xunta a personas de su máxima confianza. El propio Gobierno gallego forma parte de su protectorado a través de varias consejerías mientras que en su patronato están el propio Amancio Ortega, su esposa Flora Pérez, su hija Marta y el presidente y consejero delegado del grupo, Pablo Isla. Fuentes de la Fundación dijeron este martes a Vozpópuli que el fichaje de Feijóo “es un rumor carente de fundamento”.
Varios años cultivando relaciones en Madrid
Núñez Feijóo lleva dos años mimando sus relaciones en Madrid a todos los niveles, las financieras, las empresariales así como las que necesita con los medios que pueden fabricarle el perfil adecuado para sustituir a Mariano Rajoy. El pasado domingo, según fuentes del PP, pilló un gran disgusto cuando su periódico de referencia, La Voz de Galicia, certificaba que él no era el elegido. Entre la lista de posibles sucesores de Rajoy, el diario solo citaba cuatro nombres: los de Soraya Sáenz de Santamaría, Cristina Cifuentes, Alfonso Alonso y Pablo Casado.
Fue un disgusto, señalan las fuentes, pero para nada una sorpresa. Todas las señales que hasta ahora le ha emitido el presidente en funciones tanto en la intimidad como en el ruedo público apuntan a que no ve llegado el momento de que aterrice en Madrid. Rajoy tiene claro que él debe ser el candidato del PP a las próximas elecciones generales, si éstas llegan finalmente a celebrarse el 26 de junio, y que lo que suceda después debe administrarse sin precipitaciones. En otras palabras, que le coloca a su amigo en una situación imposible ya que no puede jugar hasta el verano en la ambigüedad como candidato virtual a las gallegas para, después, si las circunstancias encajaran, pegar la espantada y viajar a la capital del reino.
Rajoy le ha colocado a su amigo en una situación imposible: si no renuncia ahora tendrá que repetir como candidato a la Presidencia de la Xunta
Al presidente gallego le ha quedado claro que Rajoy no le necesita y que él desearía que aguantara en Galicia, donde es altamente probable que las Mareas, segunda fuerza política en la comunidad en las legislativas del pasado diciembre, acaben gobernando la Xunta con la ayuda de un PSOE renovado que deje a José Ramón Gómez Besteiro fuera del mapa. Con Feijóo, aseguran fuentes del PP, podría salvarse la papeleta sin una voladura del partido en esta región. Con otros carteles electorales, como el del actual vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, el daño podría alcanzar mayores proporciones. Pero en la cabeza de Feijóo, según personas cercanas, ya no predomina el interés por su carrera política sino la forma de rehacer su vida en el sector privado, objetivo en el que la Fundación del dueño de Inditex podría servirle como una plataforma de aterrizaje lento y suave. Como le gusta a él y a su amigo Mariano.