El magistrado Joaquín Gadea ha acordado prisión provisional sin fianza para el presunto yihadista de Algeciras detenido el miércoles por asesinar a una persona y herir a cuatro más. El juez de la Audiencia Nacional accede a la petición del fiscal, que ha pedido cárcel para Yassin Kankaa, por tres delitos.
El juez que asumió la causa por encontrase de guardia en el momento de los hechos ordena su ingreso en prisión al considerar que existe un evidente riesgo de fuga (es de nacionalidad marroquí) y también de que pueda perpetrar otro ataque con el del pasado miércoles. Por estos hechos se le atribuye delito de asesinato y lesiones con fines terroristas que podrían conllevar la prisión permanente revisable.
De las declaraciones practicadas al acusado, testigos, así como de las pesquisas policiales el juez entiende que lo ocurrido el miércoles en Algeciras se puede calificar como un "ataque yihadista dirigido tanto a sacerdotes que profesan la fe de la Iglesia católica como para los musulmanes" que para el acusado no seguían los preceptos del Corán.
Terrorista autoadoctrinado
El juez también precisa que Yassin K. no había aparecido como peligroso en los ficheros policiales. Más bien lo contrario, era desconocido para la Policía. Ello no impide que el magistrado Gadea aprecie, por el momento, "un proceso de radicalización religiosa". Eso sí, se descarta por el momento que actuase con la ayuda de terceros. Él mismo ha reconocido en su declaración policial y ante el juez este mismo lunes que no ha jurado lealtad a ninguna organización terrorista.
En el marco de la causa, que sigue bajo secreto de sumario, la Policía ha tomado declaración a diversos testigos. Estas confesiones, que serán ratificadas en sede judicial, demostrarían que el cambio en el acusado tuvo lugar en el último mes y medio. "De hecho, sus compañeros de piso señalaron que un tiempo atrás bebía alcohol y fumaba hachís y que cambió de hábitos de manera radical escuchando el Corán a través de audios desde su teléfono móvil", explican fuentes jurídicas.
"Plenamente radicalizado"
Así pues, del análisis de sus redes sociales, el volcado de su teléfono y de las declaraciones de los testigos se puede inferir que el presunto yihadista de Algeciras "mantiene un compromiso implícito con su visión del islam". El magistrado del Juzgado Central de Instrucción número 6 entiende que el acusado estaba "plenamente radicalizado en el terrorismo yihadista" y que su proceso de adoctrinamiento ha sido rápido y lo ha culminado con los ataques del pasado miércoles en Algeciras.
No obstante, no descarta que su objetivo fuera incluso causar daños mayores. De hecho, su declaración ante la Policía el miércoles y lo confesado este lunes en sede judicial demostraría que su conducta fue "consciente" y que tenía "definidos sus objetivos". Su intención era matar a todos los sacerdotes que se encontraban en la Iglesia San Isidro y la de Nuestra Señora de la Palma.
Además, en su foco estaba también un marroquí que se encontraba en uno de estos centros, por considerar que era un infiel. A este le agredió con la intención de matarle pero finalmente no pudo. Lo mismo ocurrió con el párroco de la primera iglesia de Algeciras en la que entró. Según el relato de los hechos del juez, Yassan irrumpió en el centro pasadas las 19.30 horas del miércoles. El acusado ya había estado allí antes profiriendo insultos a feligreses por su religión, pero a esa hora volvió con un machete de grandes dimensiones y con el fin de matar al sacerdote.
Éste logró zafarse pero llegó a herirle con el arma. Acto seguido se fue a la iglesia de la Palma, a unos 200 metros y allí encontró a Diego Valencia, el sacristán, saliendo por un lateral. Le atacó pero éste consiguió zafarse hasta llegar a una céntrica plaza de Algeciras donde el presunto yihadista le clavó el machete al grito de Alá. La víctima falleció en el acto y él se paseó por la plaza para terror de los ciudadanos que presenciaron la escena.