El paisaje de Linares parecía oxidado. Lo dicen los ecos de su pasado minero del siglo XIX, pero también el vacío industrial que dejó Santana Motor, uno de los impulsores de la industria andaluza durante décadas. La crisis industrial está dando paso a otro tiempo, lo dicen las cifras de inversión de la Junta de Andalucía y la atracción de empresas internacionales.
La Junta de Andalucía ha aprobado en el Consejo de gobierno una inyección adicional de 9,02 millones de euros para revitalizar el Parque Empresarial Santana, lo que eleva el presupuesto total del proyecto a 15,4 millones de euros. Esta intervención se enmarca dentro del Plan de Reacción de Linares, una estrategia impulsada desde enero de 2021 para reindustrializar la ciudad y atraer inversiones.
“Linares deja de ser símbolo de dejadez”, comunica la portavoz de la Junta, Carolina España, que presume de haber atraído la participación de grandes actores internacionales con alto componente tecnológico. La mayoría de las buenas noticias que, desde el plano internacional llegan al interior industrial provienen de China.
El Proyecto de Intervención del Parque Empresarial Santana proyecta obras que deben abrir nuevas oportunidades empresariales y facilitar el asentamiento de empresas tecnológicas e industriales. Actualmente, el parque alberga 16 empresas que emplean a 388 trabajadores. Se espera que con las nuevas inversiones esta cifra aumente significativamente.
Milagro linarense Made in China
El renacer económico de Linares no se limita a la inversión pública. Empresas chinas líderes en la industria del automóvil están aparcando en el Parque de Santana. Durante un reciente viaje del presidente de la Junta de Andalucía, a China, se consolidaron acuerdos con multinacionales como Coronet y HRC Group, ambas del sector de la automoción.
Previamente ya estaba pactado, como detalla Carolina España, el asentamiento de Desay SV, una empresa líder en la fabricación de sistemas de visualización inteligentes para vehículos. Los plasmas de los vehículos de su próximo coche probablemente hayan sido manufacturados en Linares.
La multinacional Desay prevé estar operativa ya en 2026 y en 2028 planea producir 1,5 millones de displays para automóviles. Para ello, los planes de la empresa psan por la creación en la localidad de 200 nuevos empleos directos en Linares.
Por otro lado, HRC Group, uno de los mayores proveedores de componentes de fibra de carbono para la automoción en China, también selló con Moreno Bonilla su intención de asentarse en el renacido polo automovilístico andaluz. Representantes de la empresa visitaron el parque en mayo y mantuvieron reuniones con representantes municipales. En caso de materializarse, HRC sería la tercera empresa china en apostar por Linares.
Coronet, otra firma automovilística china, está en conversaciones avanzadas para establecer una planta de fabricación de vehículos eléctricos en el parque. Este proyecto se está negociando en colaboración con la Asociación China de Fabricantes de Automóviles (CAAM) y Great Wall Motors, una de las marcas más importantes del sector en el gigante asiático.
El dinamismo actual contrasta fuertemente con la situación de crisis que Linares ha vivido en las últimas décadas. Tras el cierre de Santana Motor, una emblemática fábrica de automóviles, la ciudad sufrió un profundo declive económico. El paisaje que describíamos al inicio evoca a escala andaluza y local, al Detroit postindustrial.
Este evento no solo destruyó miles de empleos, provocando un paro estructural que se asentó en el 30%, en una población que hoy supera los 55.000 habitantes. En 2011, la Junta inyectó millones con un Plan Linares Futuro que no trajo más que nostalgia pasada.
Con la muerte de Santana Motor tras más de cinco décadas como único fabricante de automoción netamente español, Santana inició su desmantelamiento. Desde 2010 la ciudad perdió más de 6.000 habitantes. Santana Motor dependía de la Junta de Andalucía desde 1995. Así, Linares se convirtió en una región dependiente de ayudas sociales y con un tejido empresarial debilitado. Linares ha sido durante años sinónimo de desindustrialización y vaciamiento, hasta ahora.
Además de las inversiones en infraestructuras, destaca también impulsos estratégicos con proyectos complementarios, como la rehabilitación del ramal ferroviario de Vadollano, con una inversión de 22 millones de euros, que trata de facilitar el transporte de mercancías y mejorar la conectividad de la región y la llegada de multinacionales.
Otro paso que ayuda al dinamismo es que Linares ha anunciado la transformación del Parque Empresarial Santana en un Parque Científico y Tecnológico. No sólo acogerá el nuevo espacio a entes automovilísticos. En abril se confirmó el aterrizaje en Santana de Compin Fainsa, compañía líder en vehículos de transporte público por carretera y ferroviario, interurbano y de largo recorrido. Linares ha quitado el freno.
