Isabel Díaz Ayuso (Madrid, 1978) volvió a llorar hace unos días en público. Fue en un restaurante de la localidad de Leganés regentado por una familia que había perdido a un hijo apenas 10 días antes por culpa del coronavirus. "Cualquier fallecimiento ahora me pesa mucho más", afirma emocionada.
Ahora, su preocupación política está en el aeropuerto de Barajas ya que constata que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no tiene ninguna estrategia para evitar la entrada del virus. Y recela de la oferta de este último para que el PP apoye los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE): "La política española trabaja para Sánchez y no al revés”, advierte.
Empecemos por el decreto de disolución. ¿Cómo se gestó y hasta qué punto estuvo encima de su mesa?
Esto ha sido a raíz de unos meses muy convulsos, donde después de todo lo que se ha vivido en la Comunidad de Madrid y después de lo que este Gobierno autonómico ha tenido que hacer frente a un virus tan complejo, que se ha llevado tantas vidas por delante y que ahora ha puesto en jaque a nuestra economía. Veo que el Gobierno, y en concreto el PSOE, está más ocupado, en lugar de remar con nosotros, en hacer una campaña de desgaste constante. Hemos visto situaciones inéditas, como que el delegado del Gobierno en Madrid (José Manuel Franco) arremeta directamente contra la presidenta de la Comunidad y que diga, en un vídeo que se ha filtrado, que hay que retorcer el tema de las residencias, el dolor y que hay que provocar la división de mi Gobierno y buscar, incluso, mi imputación para destrozar esto.
Obedece a 25 años de intentos del PSOE por el botín que es Madrid. Entonces, si vemos que al final están siempre intentando partir el Gobierno, que están todo el rato con la amenaza de una moción, pues claro que yo me planteo todos los escenarios. Pienso qué opciones tengo como presidenta: está el escenario A, el del adelanto electoral; y el escenario B, que es en lo que estoy, en seguir trabajando con mi Gobierno.
¿Qué le dijo Pablo Casado cuando le habló del escenario A?
Bueno, yo he hablado con Génova en general y con dirigentes distintos del partido, y todos lo que queremos en el fondo es estabilidad, porque vienen tiempos muy difíciles donde los protagonistas no somos nosotros, donde la preocupación de los ciudadanos por el inicio de curso, por el empleo, por los ERTEs, por su tienda, es tan inmenso que el hecho de estar revolviendo todo y metiendo una crisis dentro de la otra puede provocar efectos que ni siquiera nosotros podemos prever.
Hemos pensado todos que, al final, si tenemos pactos con partidos (Cs y Vox) con los que, en teoría, nos vamos a llevar siempre bien porque somos próximos. Si lo más complicado es llegar a tener un pacto y existe, pues vamos a apostar por él.
¿Le consta que el delegado del Gobierno esté recabando pruebas contra usted?
Desde luego lo que está haciendo desde hace muchas semanas es arremetiendo contra el Gobierno de la Comunidad, contra mí, y también lo que hace es orquestar un descontento que fabrican los alcaldes socialistas, donde su mayor baza son las residencias. Es un tema que me parece especialmente doloroso y donde además, de manera insensata, se promueve esta sensación de que hemos abandonado a la gente a su suerte, cuando no es cierto. Lo que están haciendo desde luego, además de con vídeos, con campañas difamatorias y con ataques personales, es intentar partirme el Gobierno. Y a mí, personalmente, desgastarme.
Al hilo de esto, parece que están buscando una imputación.
Sí, por lo que decía (Franco) en ese vídeo y que se ha filtrado de esa manera.
Si a usted le imputan, ¿será el momento que aprovechará el PSOE para plantear que se sume Cs a una moción de censura?
Eso es lo que decía el delegado de Gobierno. A él le gustaría que esto sucediera, evidentemente. Ante ese escenario yo también planteo todos los míos. Pero es cierto que (el adelanto electoral) no me ocupa ni cinco minutos, porque a continuación estoy con el plan para reactivar Madrid.
Parece que solo hemos tenido un problema en las residencias de Madrid y que sólo ha muerto gente en Madrid cuando es un problema a nivel mundial
Tenemos tanto por delante, que a mí se me castigaría mucho más por descentrarme que por atender a esto. Es más, en muchos de estas ataques personales y de estas campañas me renta mucho más no hacerles caso, que hacerlo. Porque en el momento en el que entro en esto, pierdo tiempo en defenderme y en hablar de cuestiones que en realidad a nadie le importan. No nos han votado para esto, nos han votado para resolver y más en estos momentos, porque cuando además las cosas van relativamente bien y son fáciles, cualquier gobierno te vale. Pero cuando las cosas son realmente complicadas, solo valen los gobiernos que gestionan con un rumbo fijo. Y aquí, lo que hace falta es esto.
¿Le molestó a Ignacio Aguado (vicepresidente de Cs) el que valorase adelantar elecciones?
No lo hemos hablado. Leí a su portavoz (César Zafra) que decía que le parecía irresponsable. Yo creo que lo irresponsable es no plantearme qué amenazas tengo y cómo puedo proteger Madrid, porque yo estoy convencida de que ahora mismo políticas de la izquierda en Madrid sería ir contra la iniciativa público- privada, contra los impuestos, contra la creación de empleo y contra todos los planes que han hecho de Madrid ser un motor económico como el que es hoy. Ante cualquier amenaza, yo también planteo cómo proteger este proyecto. Pero insisto, tampoco me beneficiaría mucho perder el tiempo todo el rato en este asunto. Sí que estoy, sobre todo, en lo importante.
¿Cuánto de leal es Cs en estos momentos?
Tenemos una relación bastante mejor en lo personal que luego de cara a afuera y de hecho, muchas veces nos lo decimos. En la Moncloa, por ejemplo, cara al exterior, siempre muestran una supuesta unidad de bloque y entre ellos (los ministros del PSOE y de Podemos) están constantemente unos arremetiendo contra los otros. Nosotros, yo creo que es distinto, porque luego en los Consejos de Gobierno y cuando aplicamos medidas y planes, en realidad cada vez están más entrelazadas entre consejerías y la relación es muy buena. Muchas veces lo que nos une es tan natural que no se comenta y sí cuando entre nosotros hay discrepancias.
Eso es lo que más se nota respecto a otros gobiernos de coalición entre PP y Cs. Esta tensión entre consejeros no se ha dado en Andalucía, Murcia o Castilla y León durante la pandemia.
En realidad, durante la pandemia todo fue bien y luego es cierto que hemos recibido una presión inmensa en este Gobierno, porque hemos sido un Gobierno que hemos tenido constantemente el foco mediático. Cuando eran fallecidos, eran en Madrid. Cuando eran personas curadas, eran en España. Hemos sido una comunidad que, precisamente, por ser la puerta de entrada a través de uno de los aeropuertos más importantes del mundo, hemos sido los primeros contagiados. Por tanto, hemos sido los más afectados también por nuestra densidad de población.
Hemos tenido que soportar noches durísimas donde hemos gestionado mucho dolor y muchos fallecidos, donde hemos tenido que improvisar morgues en pistas de patinaje de hielo, cosas que si te las cuentan hace seis meses no te las creerías. Hemos vivido como en una guerra, en una lucha sin cuartel por la vida. Es un Gobierno que ha sufrido muchísimo, que tiene que gestionar todo esto con muy poca ayuda, sin medios materiales ni económicos para afrontarlo y con mucha presión mediática, porque parece que solo hemos tenido un problema en las residencias de Madrid y que sólo ha muerto gente en Madrid cuando es un problema a nivel mundial. Este Gobierno ha sufrido tanto que también entre mis consejeros, evidentemente, esto se ha resentido. Pero lo que les he pedido, y es en lo que estamos ahora, es que cada uno hable de la gestión que ha realizado. De hecho, ahora mismo estamos haciendo una auditoría de la gestión que se han realizado en todas las consejerías y, en concreto, las más relacionadas con el covid.
¿Y cómo está yendo esa auditoría?
He preguntado a mis directores generales qué han hecho durante estos meses y estamos haciendo un informe muy exhaustivo para ello, porque quiero conocer todos aquellos detalles de muchas noches donde no hemos podido estar nosotros. Evidentemente, hemos tenido que gestionar en muy poco tiempo un hospital como el de Ifema, medicalizar los hoteles, tener que gestionar el cierre de los colegios, el programa de las becas comedor que también hubo, el problema de los centros de salud, el problema de los mayores en general. En fin, hemos tenido que gestionar un dolor inmenso a contrarreloj y además sin el tiempo, que es lo único que te puede prevenir del covid. Lo que quiero conocer ahora son muchos detalles de una historia que tiene muchas aristas y conocer con exactitud cada dirección general qué ha ido haciendo y cómo ha ido trabajando.
Esto también nos va ayudar a mirar atrás y darnos cuenta de que es mucho más de lo que muchas veces recordamos. De hecho, yo me hacía un diario durante todos los días de la epidemia donde contaba un avance. Hoy hemos anunciado tal cosa, hoy hemos conseguido tal otra. Y me salen, no sé, 20 o 30 hojas de mucha gestión que olvidamos.
¿En ese diario también apuntaba retrocesos?
Sobre todo, apuntaba cosas hacia futuro que no nos tendría que volver a ocurrir. Por ejemplo, yo ya pensé en el hospital de Valdebebas porque me dije que Ifema no es un hospital eternamente, sino un motor económico para la Comunidad de Madrid. Sólo el año pasado aportó a nuestro PIB casi 5.000 millones de euros. Ifema necesita recuperar su pulso. Luego dije, la salud siempre va a tener que ser una inversión. Se tiene que convertir también en industria porque tenemos grandes universidades, los mejores profesionales sanitarios y el sistema sanitario más generoso del mundo.
El virus, sobre todo, me ha demostrado que nos faltó tiempo y que hay que invertir también en sanidad, pero también en salud
No quiero volver a verme en estas noches de infierno comprando en mercados internacionales, donde además muchas CCAA, a nosotros no nos ha pasado afortunadamente, han sido estafadas porque te pones a comprar material en mercados internacionales, en manos desconocidas, a miles de kilómetros. Hemos visto que la falta de tiempo es lo único que se podía haber puesto sobre la mesa para prever todo lo que ha sucedido con el covid. De hecho, ha habido muchas residencias donde no han tenido ni un solo contagio porque cerraron a finales de febrero y principios de marzo. El virus, sobre todo, me ha demostrado que nos faltó tiempo y que hay que invertir también en sanidad, pero también en salud.
En las semanas más críticas, ahora ya con la perspectiva del tiempo y cómo ha pasado todo, ¿no se pudo hacer más para aliviar un poco la cifra de muertos?
Yo creo que solamente existe el tiempo y la distancia, porque el virus es el que viaja de cuerpo a cuerpo. Si nos hubiéramos confinado antes no hubiera tenido hacia dónde propagarse y entonces, evidentemente, las cifras de contagios hubieran sido mucho menores. Solo había tiempo. Eso lo tengo claro.
¿Y en cuanto a la distancia?
Que los confinamientos los hubiéramos aplicado antes, que hubiéramos cerrado todo antes, que nos hubiéramos encerrado antes.
Cuando reaccionan el 9 de marzo y le dicen al Gobierno central que había que hacer esto, lo ven muy claro. Sin embargo, Moncloa no tanto. ¿A qué cree que se debió?
Semanas antes, mi consejero de Sanidad (Enrique Ruiz Escudero), en las reuniones con el ministro (Salvador Illa) ya se lo trasladó, que estábamos preocupados. De hecho, nosotros ya a principios finales de febrero, principios de marzo, empezamos a comprar material por si acaso, porque notábamos que sí, que había más contagio. Nosotros teníamos por ese momento la estrategia de cuarentena a la persona contagiada y a su familia, pero la cifra seguía creciendo y no sólo en Madrid, en toda España, y nosotros decidimos cerrar los centros de día de mayores y prohibir la rotación de estudiantes de Medicina por los distintos hospitales universitarios, porque habíamos visto que había habido brotes en hospitales en el País Vasco.
Eran muchas medidas hasta que el lunes (9-M) por las cifras de contagios decimos que ya, que se acabó, y que tenemos que parar de alguna manera. Porque si no, esto no tiene fin. Me quedo con que ahí se salvaron muchas vidas. Y sí que es verdad que esa reacción activó a España. Si la Comunidad de Madrid no decide cerrar los colegios ese lunes, las medidas hubieran llegado a lo mejor una semana más tarde. Tal y como estaba el pico de contagios en la ola, probablemente el número de fallecidos y de contagiados se hubiera multiplicado por tres y hubiéramos visto las imágenes de otros países como Estados Unidos o Italia. No me satisface pensar que ha muerto una sola persona, pero también creo que siendo un Gobierno autonómico se hace lo que se puede. Cuando veo, por ejemplo, cómo se ha comportado el covid en otros países, veo que se habla de la gestión de los gobiernos, no de las autonomías, de las regiones. Y a nosotros, a Madrid, se nos ha exigido como país.
El Gobierno central asumió un rol de mando único en las primeras semanas de marzo pero luego se desprendió de ello. ¿La inacción del Ejecutivo les perjudicó en aquellas semanas de marzo?
En las primeras, cuando íbamos gestionando según nuestro criterio, iba todo mucho más rápido. Eso es verdad, hicimos nuestros cierres de colegios, nuestras cosas. Todo funcionó mejor. Entra el decreto del estado de alarma y ya empezamos a tener problemas porque queríamos cerrar las peluquerías y no nos dejaban. Queríamos hacer tal cosa y no nos dejaban. Ya empezaron a entorpecer, ya estábamos con el tema de las compras y tuvimos un problema: al ser fuera de España y teniendo un mando único sanitario, todo tenía que pasar por el Ministerio (de Sanidad), por una entidad que se llama INGESA para la compra de material.
Tuvimos un problema tremendo de abastecimiento en ese sentido, hasta que ya pusimos el grito en el cielo y nos dejaron a cada comunidad autónoma buscarnos la vida en ese sentido. Es verdad que al final sí que en muchos casos supuso un freno, porque lejos de ser una estrategia nacional para caminar todos juntos, a veces había una disparidad de criterios a la hora de actuar que nos frenaba. Yo creo que no ha servido para gran cosa al final. Y mira que yo fui la primera, que en la primera Conferencia de Presidentes, vi con buenos ojos que hubiera un estado de alarma porque entendía que frente a los nacionalistas vascos y catalanes tenemos que actuar como país, que un virus de estas características no entiende de fronteras.
¿Qué le pareció la afirmación de su asesor Antonio Burgueño de que los ancianos quedaron abandonados a su suerte en las residencias?
Yo, desde luego, no me puedo responsabilizar de las opiniones de cada persona que me ha asesorado por WhatsApp o por email, porque han sido decenas, centenares a lo largo de estos meses. He hablado con muchísima gente y cada uno me ha dado sus opiniones y además siempre están encontradas en la sanidad. Hay muchos expertos, eminencias y cada uno haría las cosas de una manera. Yo no puedo más que agradecerles todo el trabajo que nos han dedicado. Y en el caso de personas como Burgueño, que nos ha asesorado de manera voluntaria, también. Ahora bien, la Consejería (de Sanidad) es la que lleva la estrategia. No él.
¿Cómo está actuando Madrid en los últimos días con los rebrotes en residencias?, ¿se ha aprendido de la experiencia para ir de otra manera?
Sí, primero los trabajadores porque ya tienen material, porque han llegado los aviones. Al principio además había un colapso inmenso y ahora, por lo menos, ya hemos conseguido que lleguen a residencias de mayores. También hemos aprendido ahora de los circuitos de lavandería, de cómo tienen que trabajar porque ¿quién iba a saber que eso era un problema para el virus? Igualmente, las personas que visitan a familiares ya tienen unos protocolos distintos. Las cosas van de otra manera. Las residencias son hogares y en todos los hogares en un momento dado puede entrar el virus. Lo que hay que saber es actuar y hacerlo con gran velocidad. Y creo que ahora, aunque pueda haber rebrotes en cualquier punto de España o en residencias, nunca será lo de antes porque ahora ya sabemos a lo que nos enfrentamos.
¿Se plantea fusionar consejerías ahora que se habla de reducir la Administración regional tras el verano?
El plan de choque (en residencias) nos ha funcionado, con lo cual ese plan lo activaremos en cualquier momento de nuevo. Sí que creo que en las residencias tiene que haber ahora ya un modelo diferente, porque vamos a vivir más años, porque cada vez vamos a ser más personas mayores y porque ahora es este virus y en poco tiempo hay otro. Este es un proyecto que, de hecho, ya el PP tenía la pasada legislatura para ésta y es un debate en el que tenemos que volver. A lo mejor sí que tendremos que hablar dentro del seno del Consejo de Gobierno para ver cómo lo reforzamos.
Y sobre el refuerzo o no de la Administración, sobre todo lo que ha habido es una reorganización de la misma. Aunque ahora tengamos más consejerías, sobre todo lo que se ha hecho ha sido despejar y ganar espacio entre nosotros. Creo que los gobiernos de coalición necesitan espacios si no se duplica todo. De hecho, somos una comunidad de las más austeras, donde íbamos con los sueldos congelados más de 10-15 años y donde apenas ya hay organismos si no tienen una función muy clara y de grandes competencias.
En esta etapa, lo más chirriante y lo que peor ha sonado ha sido el debate sobre las residencias y de quién dependían. Y luego, cuando sale el vicepresidente del Gobierno (Pablo Iglesias) llamándola "criminal". ¿Ese choque evidencia que había un sentimiento de culpabilidad o de amago de colaboración en él?
No, además el mando que crearon en el estado de alarma, los mandos únicos en Políticas Sociales y en Sanidad, ahí la gestión de la responsabilidad de las mismas a nivel nacional te compete a tí. Otra cosa es que las CCAA no nos desatendamos. Claro que yo tengo una responsabilidad, lo ponga donde lo ponga, porque están en la Comunidad de Madrid y porque nosotros debemos procurar protegerlas todas. Pero política y orgánicamente, en un momento con ese mando único, el vicepresidente de Gobierno claro que tiene que ocuparse de ello. Y lejos de hacerlo, es que ni siquiera ha visitado una. No ha dado una idea. No ha propuesto nada. No tenía ni siquiera la empatía para ponerse en el lugar de este Gobierno y decir que lamenta lo que nos está pasando a todos, porque además, lo que pasa en Madrid pasa en toda España y en todo el mundo.
Las cifras lo demuestran, que la mayoría de las personas mayores que han fallecido a nivel europeo han sido en residencias, que el covid ha sido especialmente virulento con los mayores, que el porcentaje de fallecidos en otras CCAA residentes incluso ha sido mayor. Ni siquiera les quiero poner nombre y apellidos, porque lo lamento profundamente y me imagino lo que esos presidentes están sintiendo. Pero lo que pasa en Madrid pasa en todas partes. Ha habido consejeros en otras CCAA que incluso han sido condenados porque no han comprado material sanitario para proteger a los médicos. Es decir, que en todas las CCAA ha habido problemas, pero solamente los problemas se focalizan en Madrid. Y cuando algo es bueno, es gracias a España. A mí eso me parece injusto.
Hace unos días se conoció el acta de la reunión que tuvieron Pedro Simón y Salvador Illa para decidir si Madrid pasaba de fase 0 a 1. ¿Cómo se sintió al leer que Simón decía que Madrid tenía unas cifras espectaculares mientras el el ministro dijo que debía seguir en fase 0?
Pues he sentido mucha rabia porque en todo momento teníamos razón y de hecho, por eso fui a los tribunales. Lo llevamos al contencioso en el Supremo, no por no dejarnos pasar de fase, sino porque nadie nos explicó por qué no lo hacíamos. En el momento en el que yo pierdo mi autonomía y hay una persona que está decidiendo en cuestiones sanitarias o económicas por la Comunidad de Madrid, la ley de Salud Pública te obliga a que tú expliques quiénes son esos expertos. Yo quiero saber también en base a qué criterios y dónde están los detalles de otras CCAA. Para comparar y saber por qué se ha forjado todo esto.
Al final, yo me veo en la obligación de tener que pedir amparo al Supremo y pedir transparencia y explicaciones, porque quienes han retrasado la fase cada semana, de la 0 a la 1, han sido 18.000 empleos que se perdían. No es lo mismo pasar de la 0 a la 1 y de la 1 a la 2, que de ahí a la siguiente porque ya se estaba en fases de relajar. Del nada a salir, ha significado estrangular económicamente a Madrid.
¿Van a ir hasta el final en el Supremo?
Eso ya está en marcha, ya lleva sus pasos allí. Quiero conocer qué motivos había detrás. Si luego hay empresarios o autónomos que deciden que se les ha causado un perjuicio y ellos, a su vez, quieren denunciarlo, lo tienen ahí.
El 1 de julio van a poder venir turistas de buena parte del mundo aquí a Madrid. La preocupación del Gobierno madrileño está en Barajas. ¿Cómo está viendo la actitud del Gobierno de Sánchez a la hora de abordar este asunto?
Pues le veo como en las épocas pretéritas de la pandemia, porque vuelven a confiar en que esto a nosotros no nos va a ocurrir. Esta situación ya la he vivido antes. Estoy convencida y todos lo creemos así, que el virus llegó a España precisamente por los aeropuertos. Por eso también hubo el primer caso en Canarias y nosotros tenemos un aeropuerto internacional como es el de Barajas, que además es la puerta de entrada y la conexión entre el continente americano y Europa, y tiene muchísimas conexiones a su vez con toda la red ferroviaria y las carreteras españolas.
El Gobierno (de Sánchez) debería haber sido más ambicioso y haber pedido semanas atrás a la OMS un carnet internacional como el que existe de vacunaciones para PCR constantes
Personalmente, llevo más de un mes diciéndolo, que esta situación se iba a producir, que iba a venir el verano, que iba a venir la entrada masiva de turistas. Y hemos pasado de un estado de alarma donde hasta para sacar a pasear al perro uno tenía que ir con el DNI, a no tener ningún tipo de estrategia en este sentido. Me preocupa porque si hay países que están ahora mismo en los picos más altos del virus y vienen sin ningún control o con muy pocos controles, porque el de la temperatura es poco para prever esto, pues todo nos indica que podemos volver a empezar.
Así que les he pedido que nos sentemos porque ellos tienen la política migratoria, fronteriza, las embajadas y la política aeroportuaria. Nosotros tenemos también el sistema sanitario aquí, con el que podemos trabajar y juntos buscar muchas más medidas. El Gobierno (de Sánchez) debería haber sido más ambicioso y haber pedido semanas atrás a la OMS un carnet internacional como el que existe de vacunaciones para PCR constantes.
¿Está de acuerdo con que, al final, Pablo Casado apoye los PGE de Sánchez e Iglesias?
Bueno, eso es una decisión que tiene que tomar el presidente y que yo siempre voy a respetar. Lo que está claro es que Pedro Sánchez pretende derogar la reforma laboral de todos los españoles con Bildu, con el entorno político de ETA, luego prorrogar el estado de alarma con ERC y con Ciudadanos y que el PP les saque los PGE adelante. Es decir, la política española trabaja para Pedro Sánchez y no al revés.
El volantazo de Ciudadanos, ¿cree que le beneficia políticamente al PP en el tablero nacional?
Creo que eso nos lo dirá el tiempo, el si es acertado o no. Genera mucha inestabilidad a los demás y a lo mejor a Ciudadanos le viene bien. Yo no puedo más que respetarlo porque es un partido con el que tengo un gobierno de coalición. Es verdad que genera inquietud pero yo, por lo menos, he decidido optar por ir siempre por la misma línea y que todo el mundo sepa lo que puede esperar de mí. Son tiempos de certidumbre.
¿Se va a intentar pactar unos Presupuestos de reconstrucción aquí en Madrid con la oposición?
Sobre todo, van a ser unos Presupuestos que van a tener que pensar en un escenario económico distinto, pero dudo yo que la izquierda en Madrid quiera apoyarme en una bajada de impuestos, en la colaboración público privada, en la libertad de las familias. De hecho, en mitad de la epidemia han intentado por la puerta de atrás, con la ley Celáa, atacar a la concertada y a la educación especial. Como somos proyectos tan diferentes va a ser difícil que nos apoyen, pero he sido la primera en apoyar una comisión de reactivación y reconstrucción de Madrid para que busquemos puntos en común en la Asamblea. No todo el mundo tiene la verdad absoluta en todo y probablemente en muchos temas digitales podamos encontrar cosas que nos unan y que veamos parecidas. Ojalá que el entendimiento sea una realidad, pero creo que en materia económica, en materia de empleo, ahí lo voy a ver francamente difícil.
¿Ha vuelto a llorar desde la Almudena?
Sí, he vuelto a llorar el otro día, en el momento más inoportuno creo. En una terraza de un bar con mi familia. El camarero, y luego el dueño del bar en Leganés, me estaba comentando que acababa de perder a un hijo y me presentaron a toda la familia. He visto tanto dolor y tantos fallecidos en estos meses, que cualquier fallecimiento ahora me pesa mucho más, aunque sea de una persona que no he conocido.
¿Fue en la terraza?
A lo tonto, a las cinco de la tarde. Ya me contarás, después de comer. Una familia de Leganés con su restaurante, trabajando todos ahí sin parar. Y cuando para un momento uno de los camareros, me cuenta que acaba de perder a su hermano hacía diez días. Y sale el padre a saludar y me cuentan que al hermano todavía no lo han podido enterrar, que va la madre a velarlo todos los días a una iglesia que está enfrente. Me cuentan la historia de la familia y les ves trabajando con tanto empuje, con tanto ímpetu, tan unidos que sentí... me puse en su lugar y me dio mucha pena, la verdad.