El dispositivo de búsqueda del cuerpo del trabajador Joaquín Beltrán, sepultado bajo los escombros tras el colapso del vertedero de Zaldibar en febrero de 2020, rastrillará a mediados de mayo la última 'zona caliente', en la que se encontraba el vehículo del operario cuando se produjo el derrumbe, según las previsiones del Gobierno vasco. Fuentes del Ejecutivo han precisado que, en caso de no localizarse en esa zona, cesarían las labores de localización del operario.
El Lehendakari, Iñigo Urkullu, acompañado por al vicelehendakari primero y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, y la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha supervisado este miércoles los trabajos de emergencia que el Gobierno Vasco viene desarrollando desde febrero del 2020, tras el derrumbe del vertedero de Zaldibar, en el que quedaron sepultados dos trabajadores, Alberto Sololuze, cuyos restos se localizaron el pasado mes de agosto, y Joaquín Beltrán.
Según ha informado el Gobierno vasco en un comunicado, en lo que respecta a la búsqueda de Joaquín Beltrán, en obra se trabaja con la previsión de que a mediados de mayo el dispositivo de búsqueda pueda estar rastrillando la última zona caliente: la fase 4 del desmonte 4, zona en la que se encontraba el vehículo de Beltrán con las llaves puestas y el motor en marcha cuando fue arrastrado en el derrumbe a una distancia de unos 100 metros ladera abajo.
Fuentes del Ejecutivo han precisado que se trata de la última zona en la que considera que puede aparecer, por lo que, si no se localiza, cesarán las labores de búsqueda del trabajador.
Por lo tanto, ha indicado el Ejecutivo, todas las expectativas están puestas en este último espacio en el que se rastrillarán 15.000 metros cúbicos de residuos. Se trata del área más geotécnicamente comprometida de todo el vertedero por encontrarse a pie del dique y ser el lugar con mayor cota de material desprendido sin una mínima compactación.
Dificultad de acceso
La dificultad para acceder al área objetivo radica en que no resulta posible realizar un corte directo en la masa de residuo desprendida y se debe retirar el material partiendo desde zonas superiores a una distancia considerable y construyendo pistas manteniendo las pendientes máximas que evitan posibles desprendimientos, han precisado desde el Gobierno Vasco.
Otra incertidumbre es la de las condiciones específicas de la zona, especialmente en lo referido a la temperatura alcanzada, tanto en el momento del desprendimiento como posteriormente por la posible presencia de lixiviados cuya medición en otras áreas ha reflejado registros de aproximadamente 70 grados.
En las tareas llevadas a cabo recientemente en la zona del lavarruedas los técnicos del operativo "comprobaron asombrados el desgaste en las estructuras de hormigón como consecuencia de la fricción y las altas temperaturas alcanzadas en el momento del accidente", han precisado.
Además de en acercarse al área objetivo, los esfuerzos se centran actualmente en estabilizar, compactar y conformar el depósito de residuos DS1 para que, una vez sellado, la forma del vertedero derive las aguas pluviales limpias que caigan encima a las cuentas perimetrales evitando la contaminación de agua y la generación de lixiviado.
Operativo de búsqueda
Hasta el día de hoy se han movilizado más de 700.000 m3 de residuos y rastrillado más de 400.000 m3, precisamente los referidos a las zonas prioritarias de búsqueda, en función de la última localización de Joaquín Beltrán segundos antes del derrumbe.
Efectivos de Emergencias del 112-Sos Deiak y de la Ertzaintza se han encargado de extraer y analizar "minuciosamente" cada metro cúbico de material de búsqueda desalojado. Según ha indicado el Gobierno Vasco, es un trabajo "muy complejo y que entraña mucha dificultad", que está requiriendo el apoyo de la Unidad de Policía Científica y la sección de caninos de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza.