El presidente electo de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha considerado este lunes que el jefe del Gobierno central, Mariano Rajoy, ostenta su cargo "en funciones y hace declaraciones en funciones" y, asimismo, representa un "proyecto que se acaba", según recoge Efe.
A su salida del pleno en el que ha oficializado su renuncia a la alcaldía de Girona antes de tomar posesión mañana como president, Puigdemont ha atendido a lo medios de comunicación y, preguntado sobre las afirmaciones de ayer de Rajoy, ha insistido en que no le interesa "lo que diga un proyecto que se acaba". "Me interesa lo que diga el proyecto que tenga que venir si es que tiene que venir alguno, porque de momento los deberes que hemos hecho en Cataluña en España aún no los han hecho", ha señalado el nuevo presidente de la Generalitat.
Rajoy garantizó ayer que velará por el cumplimiento de la ley y que, tras escuchar el discurso de Carles Puigdemont "basado en una ilegalidad", el Ejecutivo "no dejará pasar ni una" contra la unidad de España ni permitirá que nadie "se arrogue poderes ilimitados"
"Si dejamos que el miedo nos paralice, nunca progresaremos", afirma el presidente catalán electo
Sobre las presiones que pueda recibir desde el Estado, Carles Puigdemont ha indicado que "nunca" ha tenido miedo y que las conoce a raíz de la investigación de la Audiencia Nacional al Ayuntamiento de Girona por apoyar la declaración rupturista del Parlament. "Si dejamos que el miedo nos paralice, nunca progresaremos", ha puntualizado Puigdemont, que ha detallado sobre el proceso que le llevó a la presidencia que fue "el sábado cuando se desencadenó el acuerdo".
El exalcalde de Girona ha recordado que había participado en las conversaciones previas como máximo responsable de la Asociación de Municipios por la Independencia y que, "sobre todo en la última", había "una voluntad de las dos partes negociadoras (Junts pel Sí y la CUP) de no dejar perder la oportunidad de llegar a un acuerdo". "Se veía voluntad de entendimiento", ha explicado el nuevo presidente catalán, quien ha reiterado que el sábado, ya sin presencia en la reunión de las entidades soberanistas, se produjo el pacto que otorgaba a su antecesor, Artur Mas, la designación de su relevo.
Mas le pidió que aceptase el cargo y, tras plantearle algunos interrogantes, Carles Puigdemont aceptó, porque, "cuando el presidente que acaba de decir que dará un paso al lado y hace un gran sacrificio te pide que hagas uno, no le puedes decir que no".
Puigdemont ha insistido en que el municipalismo será clave de su mandato y en la importancia de su pasado como alcalde y de haber gobernado siempre en minoría, algo que le ha obligado a apostar por el diálogo, una cualidad que considera "imprescindible en la presidencia de la Generalitat".