La renovación del PP en Cataluña era la gran asignatura pendiente de Alberto Núñez Feijóo hasta este miércoles. Una X que no ha podido trazar en su cuaderno por la necesidad de ir atajando otras misiones que, mes a mes, han invadido su hoja de ruta. Confirmado el adelanto electoral, el PP encara las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo sin haber celebrado su congreso autonómico. Alejandro Fernández, por tanto, llegará como líder territorial a las urnas. El gran zepelín que sobrevuela el PP es si lo hará también como candidato.
Génova se resiste a confirmarlo. Ninguna de las fuentes de la dirección nacional del PP consultadas por Vozpópuli despeja la incógnita. Todo son silencios o expresiones ambiguas. La negociación paralela con Ciudadanos también centra esfuerzos. ¿En el aire? La posibilidad de un golpe de mano de Feijóo a días vista de la presentación de candidaturas y las reminiscencias de un nuevo 'caso Alfonso Alonso', descabalgado por Pablo Casado del mascarón de proa del PP vasco, en febrero de 2020, con un timing que sería idéntico.
"Dos candidatos muy enfrentados a la dirección nacional, con contestación interna, que han cogido poco el coche y que intentan marcar un perfil ideológico distinto al de los jefes", señala las similitudes entre Alonso y Fernández un exalto cargo de la anterior dirección. No obstante, las perspectivas son mucho más optimistas en esta ocasión y el PP, que sacó en 2021 tres diputados en el Parlament, podría cuadruplicar o incluso quintuplicar su resultado.
Tal es la importancia que Feijóo otorga a la cita electoral que se había arremangado personalmente para dar en la tecla. Como ha podido saber este periódico, el líder del PP había emprendido un auténtico casting, sondeando a sus activos catalanes con mejor reputación y citándolos, incluso, para entrevistarse cara a cara con ellos en Madrid. Feijóo ha recabado información de primera mano y ha podido confirmar sus sospechas: no hay un candidato de consenso, y es Alejandro Fernández lo más parecido, aunque con él no haya contado siquiera en la gira de contactos.
"Antes estaba sin consenso para cambiar a Alejandro, pero es que ahora también está sin margen de maniobra", ilustra la situación un dirigente del PP catalán que no es precisamente cercano al portavoz en el Parlament. Otras fuentes cercanas a Fernández indican una cierta "inquina personal" del líder del PP tras el pulso público que echó a la organización en verano. "Con Puigdemont y con Junts no se habla", subrayan meses después de la escaramuza tuitera. "Estos no tienen nada que ver con Convergència, eso ya murió, y Feijóo parece no enterarse", argumentan.
Dolors Montserrat y Manu Reyes
¿Dolors Montserrat? ¿Manu Reyes? ¿Dani Sirera? ¿Ignacio Martín Blanco? Hasta por Xavier García Albiol llegó a preguntar Feijóo a sus interlocutores, valorando todas las opciones. Todos eran sabedores de que la favorita del presidente del partido siempre ha sido Montserrat, exministra de Sanidad y portavoz del PP en el Parlamento Europeo. Además, todos ofrecen la misma explicación: las pocas ganas de Montserrat de ser candidata y se querencia por continuar en Bruselas. No en vano, ya rechazó ser candidata a la Alcaldía de Barcelona el pasado 28-M. No obstante, fuentes de Génova recuerdan que a un toque de corneta de Feijóo hay que acudir se quiera o no se quiera.
"No vas a venir aquí a no dar nombres", llegó a decir Feijóo durante sus averiguaciones, celebrados algunos encuentros hace menos un mes. Ha sido Carmen Fúnez, quien cogió las riendas del aparato de manos de Miguel Tellado hace cuatro meses, quien ha pilotado la operación. Lo primero que pudieron constatar el líder y la vicesecretaria de Organización del PP a través de dichas entrevistas es que los índices no sólo no iban a parar a ningún candidato; sino que, en ocasiones, no señalaban a ninguno.
¿Y Manu Reyes? Considerado por muchos el mirlo blanco del PP catalán, el alcalde de Castelldefels ocupa una plaza demasiado importante para los populares, casi una aldea gala junto a Badalona en un territorio muchas veces inhóspito para el PP. Conscientes del potencial de Reyes, algunas de las fuentes consultadas consideran demasiado "arriesgado" encomendarle una misión tan importante con tan poco margen de presentación.
Hay quien apunta, sin embargo, que "quien tira es la marca" y no el candidato en Cataluña. "Es Alejandro quien ha conseguido mejorar la imagen del PP en Cataluña", replican desde su entorno, "claro que tiene una marca, y que representa algo". ¿Y la cuestión ideológica? Adscrito a ese PP abonado a un mensaje más directo e ideológico, Feijóo es más proclive a un perfil más autonomista y catalanista que conjugue tanto sentimientos nacionales como regionales.
"El eje derecha/izquierda no funciona en Cataluña como en el resto de España, sino que aquí es un nacionalismo/españolismo", estiman desde la actual cúpula territorial. "Esto no es Málaga, ni La Rioja, aquí es muy jodido para el PP hacer política porque nos están escupiendo todo el día. Estamos a 600 kilómetros de Madrid", defienden una independencia de acción que, dejando un dardo a Feijóo, no se correspondería, siempre a ojos de la actual cúpula del PP catalán, con la "ausencia de tutelas" y la "autonomía de los territorios" que el líder del PP pregonaba a su llegada a Génova.
El plazo de presentación de candidaturas finaliza el próximo 1 de abril, habida cuenta de que el PP habrá de resolver su alianza con Ciudadanos y su candidato la próxima semana. La sala de máquinas, mientras, echa humo.
trshjpn
Cuando algo funciona no hay que tocarlo: Dolors Monserrat hace muy buen trabajo en el PE o al menos eso parece. Sabe moverse e esos ambientes y tiene carácter para responder cuando es necesario. Si Alejandro Fernández funciona también en Cataluña, ¿para qué andarse con experimentos? No hay tiempo. Sólo hay que convencerle de que hay que dar entrada a los que se lo han currado en C’s. Vazquez y Cañas son 2 buenas bazas. Maite parece que no quiere seguir
Juanmanuelito
Retirar a Alejandro es un inmenso error, en mi opinión.
Leonidas
El PP es parte del problema. Nada hicieron y nada harán. Son la agenda 2030, en versión menos sectaria, pero unos cobardes y no enteran que enfrente está la mafia.