Mientras Pedro Sánchez apalabraba el 24 de julio con Pere Aragonés la soberanía fiscal, lingüística y ‘deportiva’ de Cataluña, el presidente azulgrana, Joan Laporta, y el consejero de Empresa de la Generalitat, Roger Torrent, rubricaban un convenio asociando la marca Barça a la imagen de Cataluña. Salvador Illa ha asumido con su investidura el compromiso de vender los atractivos catalanes de la mano del club empañado por el caso Negreira y enredado en las `palancas´ de Laporta. Todo ello en virtud de un convenio con la Agència Catalana de Turisme bajo el eslogan patriótico `Feel the Colors´ y cuyos términos permanecen ocultos. “El Barça y Catalunya forman un binomio imparable”, sentenció el entonces conseller Torrent, de ERC, tras firmar el acuerdo
La víspera del amistoso Real Madrid-F.C. Barcelona jugado el 5 de agosto en el MetLife Stadium, en New Jersey, la entidad blaugrana estuvo presente en dos presentaciones a operadores turísticos estadounidenses de las oportunidades de negocio que ofrece Cataluña. “El Govern i el FC Barcelona estan promocionant Catalunya al mercat nord-americà en el marc de la gira de pretemporada del primer equip masculí de futbol”, informó el Departament d’Empresa i Treball. De esos actos y de la gira veraniega del equipo de fútbol ha dado cuenta la Agencia Catalana de Turismo (ACT) mediante imágenes de los futbolistas de la plantilla con un equipamiento que exhibe el logotipo de esa agencia de la Generalitat.
La simbiosis azulgrana con el Govern se ha forjado por la vía política y por la económica. Sobre la vertiente económica de ese apareamiento pesa un tupido velo aunque la colaboración con la Agència Catalana de Turisme date de hace más de diez años. La transparencia de la que presumen el que es `Més que un club´ y la Generalitat no enseña los términos y compromisos del convenio renovado el 24 de julio, vigente hasta 2028. El Departamento de Empresa del nuevo Govern, del que depende la ACT, no ha hecho público el contenido del pacto turístico-económico con una contraprestación para la entidad deportiva lejos del montante de las `palancas´ con las que Laporta tapa agujeros en las cuentas.
Cabría suponer que lo que obtenga el Barça como partner destacado de la agencia turística de la Generalitat, en dinero o en especie, corra a cargo de los 7 millones que ésta tiene presupuestados para actos institucionales, pero sorprende que el Programa Presupuestario de esa Agencia incluya entre sus objetivos relacionados con el deporte la venta de 90.000 entradas para la F1 y de 60.000 entradas para el Gran Premio MotoGP más otras iniciativas respecto a la Copa América, pero ninguna referencia a la alianza con los gestores del espectáculo futbolístico.
La identificación política del titular del Nou Camp antaño con el franquismo, posteriormente con el nacionalismo clásico y ahora con el independentismo, sí es de conocimiento público. Así lo acreditan las palabras que se cruzaron Torrent y Laporta en la firma del acuerdo de julio, que sonaron a los `buenos tiempos´ del procés y del otoño de 2017 con la entidad deportiva entregada a la causa del referéndum.
“Es un club que nos ayuda a proyectar la identidad catalana en el mundo”, dijo el consejero en funciones de Empresa y Trabajo a la vez que elogiaba “los valores y sentimientos que transmite”. Todo ello semanas antes de que el Juzgado de Instrucción nº 1 de la Ciudad Condal haya añadido más imputados al caso Negreira, un sumario por corrupción deportiva y blanqueo de capitales en el que están implicados el club y el propio Laporta, quien respondió a las alabanzas de Torrent: “Sabemos que el Barça es una de las instituciones catalanas más apreciadas a nivel global (…) es un polo de atracción para la economía del país y este entendimiento permitirá reforzar las sinergias que ya existen”.
La dimensión política de la entidad blaugrana -“auténtica estructura de estado” según Pilar Rahola, por ello víctima de persecución con el caso Negreira- está presente en el gobierno sanchista-republicano-secesionista que ahora manda en Cataluña. Lo sabe Salvador Illa desde el momento que un oráculo culé y neosocialista, el periodista anglo español John Carlin, vinculó en las páginas de `La Vanguardia´ las figuras de Pedro Sánchez y el ídolo azulgrana-separatista Pep Guardiola, como símbolos del éxito arrollador y el prestigio internacional que despiertan envidia y odio en los españoles.
“Pedro Sánchez, el presidente del gobierno español más guapo, más cosmopolita y más respetado en el extranjero desde quién sabe cuándo”, dejó escrito sin ironía John Carlin antes de señalar: “La desproporción entre lo que es y lo que ha hecho Sánchez comparado con la rabia que despierta me deja perplejo (…). Sánchez y Guardiola despiertan emociones muy similares (…) el problema es que los dos son demasiado guapos y listos para el españolito medio acomplejado”. Esa fue la aportación de Carlin a la campaña de las últimas generales.
La misma Agencia de Turismo de la Generalitat que invita a visitar l’Espai Barça y las obras del futuro Spotify Camp Nou, “un estadi cinc estrelles”, tiene abierta una convocatoria de siete becas para formación en marketing turístico en sus seis oficinas en el exterior: París, Frankfurt, Nueva York, Londres, Madrid o Bruselas. Para todos esos destinos se exige estar en posesión del certificado de nivel de catalán C1 y el dominio del idioma del lugar, francés, alemán o inglés. La excepción es para la beca de marketing turístico en Madrid donde, además del C1, se requiere dominar el idioma inglés y no el natural y oficial de la capital de España, como aparece en la resolución oficial reproducida junto a estas líneas
“La lengua propia del FC Barcelona es el catalán y, como tal, será la de utilización normal y preferente en todas las actividades”, reza el artículo 6º de sus estatutos. Esa y otras proclamaciones identitarias de la entidad presidida por Joan Laporta i Estruch discurren en paralelo a las subvenciones que recibe del español Consejo Superior de Deportes para sus equipos de fútbol y hockey, 777.559 euros, que representan mucho más del doble de las que le aporta el Consell Català de l’Esport, 283.048 €. Aparte de esas ayudas, la Generalitat tiene otras vías de subvenciones socioculturales, como la promoción del catalán, que llegan a las arcas de la sociedad deportiva.
Llamativamente, en el capítulo de Transparencia y Compliance del club, que incluye 21 convenios y contratos con entidades públicas, muchas del sector sanitario, tampoco aparece el que viene firmando con la Agència Catalana de Turisme desde 2012, renovado hace seis semanas. Del texto de ese acuerdo nada han revelado sus firmantes pese a que uno de ellos sea una institución pública, aunque los efectos del mismo sí son notorios, como ha ocurrido en el Catalunya Meeting Sports organizado por el Govern en marzo de este año, con máxima relevancia para el F.C. Barcelona.
Un protagonismo que asimismo le ha otorgado la Generalitat a través de @turismecat con ocasión de la gira del equipo de fútbol por tierras americanas: “Nos reunimos con operadores turísticos estadounidenses en Nueva Jersey / En el marco de la gira del @FCBarcelona_cat generamos interés por la oferta #turismepremium catalana. Damos visibilidad al destino con el club azulgrana bajo el lema Feel the Colors”. E insistiendo en que potenciales visitantes estadounidenses de Cataluña verán esa marca “en el polo de paseo de los jugadores, las vallas de entrenamiento y los fondos publicitarios de la gira del @FCBarcelona_cat”.
gwy
No es nada nuevo. El término "nazional-barcelonismo" está bien documentado desde hace muchos años.