La secretaria general de ERC, Marta Rovira, se ha revuelto al conocer la difusión de sus mensajes privado acusando a Oriol Junqueras de haberlos filtrado. La secretaria general republicana ha sostenido que la candidatura de Oriol Junqueras se ha servido de la polémica de los carteles "para afirmar que ellos no tienen nada que ver y señalar a otros culpables de la dirección", lo que "resulta contradictorio con la responsabilidad orgánica que ostentaban algunos de ellos". Y ha proseguido: "Se puede ver perfectamente quién utiliza estos métodos, a quién atacan, a quién favorecen y a quién". Finalmente, ha lanzado una advertencia a sus rivales de filas: "Yo también tengo capturas, comentarios y conversaciones privadas que comprometerían a más de un compañero, pero me he conjurado para no caer en la tentación de hacer lo mismo".
Y es que la la controversia sobre los carteles 'fake' contra los Maragall ha adquirido nuevo vuelo. Tal y como ha avanzado hoy Catalunya Ràdio, la secretaria general de ERC, en plena batalla contra Junqueras y otras corrientes para hacerse con el liderazgo de los republicanos, trató de sacar rédito del escándalo tras conocerse que éste había sido orquestado desde sus propias filas.
Así aparece en chats internos del partido, en los que a Rovira se le ocurre que se trata de “una campaña tan agresiva que si la denunciamos públicamente quizás arrancamos unos cuantos votos de solidaridad”. Los carteles, urdidos dentro de ERC como un ataque de “falsa bandera”, denunciaban que Ernest Maragall padecía Alzheimer como su hermano para minar así sus posibilidades electorales. “Fuera alzheimer de Barcelona”, rezaba un texto junto a imágenes de ambos hermanos.
Por otra parte, las capturas de pantalla de las conversaciones entre Rovira y otros miembros del partido en Signal confirma la existencia de la “B”, una estructura en la sombra para realizar acciones de contracampaña —cuya existencia la dirigente republicana siempre había negado—. “¿Cómo estamos de campaña B?”, preguntó Rovira en uno de estos grupos, evidenciando la realidad de dicha estructura. Asimismo, las conversaciones delatan que Rovira reclamó activar acciones de este tipo una vez supo que el ataque contra Maragall procedía de la misma ERC.
Esquerra trató de mitigar el escándalo mediático atribuyéndolo a un militante raso. Pero las sucesivas informaciones que fueron apareciendo, que incluían audios privados, desvelaron que entre los implicados se hallaban cargos relevantes de la formación. Entre ellos, figuraban el exdirector de Comunicación de ERC Tolo Moya, que fue despedido; y el exviceconseller de Estrategia y Comunicación de la Generalitat, Sergi Sabrià, que presentó su dimisión.
