Luis del Rivero acaba de denunciar en los juzgados de Plaza Castilla que ha sido víctima de ataques informáticos en pleno caso Villarejo. El empresario murciano solicita a la Justicia que investigue la infección de sus ordenadores con virus troyanos a comienzos de 2020, momento en que arrancaba en la Audiencia Nacional la investigación a Repsol y Caixa por contratar los servicios del comisario jubilado y en la que Del Rivero figura como perjudicado.
El expresidente de Sacyr abre una nueva vía en los tribunales para que se investiguen estos espionajes por delito de descubrimiento de secretos e intrusismo informático, tal y como desvela Vozpópuli. El constructor sostiene que sufrió ataques informáticos en dos de sus ordenadores. Las fechas son claves en tanto los dos hackeos se produjeron en plena preparación de estrategia procesal para actuar en el caso Villarejo.
Así, el primero de ellos tuvo lugar el 20 de enero de 2020, un día después de que Del Rivero y su letrado Jaime Campaner mantuvieran la primera comunicación en relación a la pieza 21 del caso Villarejo. En concreto, abogado y cliente intercambiaron un borrador del primer escrito procesal para personarse en esta investigación, relativa a un presunto encargo de Repsol y Caixa para espiar al entonces presidente de Sacyr.
En el foco de Villarejo
El empresario -que ya litiga como perjudicado en la pieza por los encargos del BBVA- tuvo conocimiento a través de la prensa de la existencia de esta línea de investigación, así como de que el comisario jubilado habría espiado sus comunicaciones y la de sus familiares para frenar el intento de asalto de la constructora (en alianza con Pemex) a Repsol. Por ese motivo el 9 de enero de ese año solicitó su personación en las diligencias siendo admitida por el magistrado instructor en el mes de junio.
El segundo ataque se remonta ya el 24 de septiembre. La fecha de nuevo es clave porque se produjo apenas después de que Del Rivero presentara ante el juzgado que investiga el caso Villarejo su primer escrito de trascendencia. En el mismo se recogían datos de calado suyos y de sus familiares y se relataba también los seguimientos y espionajes a los que fueron sometidos por el entramado del agente encubierto.
Su defensa considera que hay conexión directa entre su actuación como perjudicado en la causa contra el comisario jubilado y el hackeo de su cuenta de correo electrónico. Por ese motivo, antes de actuar en los juzgados de Plaza Castilla, Del Rivero acudió a un laboratorio experto en informes forenses para que procediera al examen de sus ordenadores. El primero de ellos es uno de mesa, del que es usuario junto con su secretaria, mientras que el segundo es un portátil que también usa su hijo.
Troyanos en el correo
Tras emplear diferentes técnicas de recuperación de documentos borrados, los expertos localizaron al menos 16 archivos con capacidad de infección y que habrían conseguido extraer información confidencial de su ordenador. Uno de estos archivos entró a través de un correo electrónico recibido el 20 de enero a primera hora de la tarde. La comunicación se envió a la dirección de la secretaria de Del Rivero y adjuntaba un malware que hizo pasar como si fuera una factura.
Lo mismo ocurrió con el ordenador portátil. En este caso los expertos detectaron dos troyanos con los que le habrían extraído información confidencial. De nuevo los 'piratas' informáticos le introdujeron el fichero a través de un mail remitido a su propia dirección de correo.
Por todo ello pide ahora al juzgado que rastree las dos direcciones desde las que le enviaron las comunicaciones y que se oficie a la Policía Judicial para que investigue estos hechos. Además, también se ofrece aportar los trabajos periciales y el volcado efectuado de los discos duros contratados al juzgado en el que recaiga esta denuncia.
Del Rivero, doble víctima de Villarejo
Los ataques con troyanos se produjeron en paralelo a dos investigaciones cruciales del caso Villarejo, en las que figura como víctima. El empresario es el único de todos los personadosque litiga por partida doble en esta macrocausa debido a los trabajos que Villarejo acometió para BBVA y también para Repsol y Caixa. En ambos habría sido objetivo prioritario del comisario debido a los intentos de la constructora de asaltar tanto el capital del banco que presidía Francisco González como la petrolera española.
El primero de los encargos se produjo en el marco de lo que Villarejo denominó proyecto Trampa. En el año 2004, el policía ya retirado impulsó un espionaje a gran escala para el banco contra todos los que formaban parte de la operación sobre el BBVA, a quienes integró en el 'Grupo Hostil'. Entre sus 'víctimas' se encontraban, además de Del Rivero, importantes banqueros, empresarios y hasta políticos del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que respaldarían la actuación de Sacyr.
Villarejo interceptó llamadas y filtró información de sumarios que afectaban a Del Rivero en su encargo para el BBVA. En el proyecto Wine, diseñado años después, espió también a su familia y sus propiedades
La actuación conllevó el análisis de cerca de 16.500 comunicaciones además de 70 reuniones con miembros del Servicio de Inteligencia del Gobierno. Además, Villarejo intentó sin éxito infiltrarse en el servicio de escoltas de Del Rivero llegando a enviar a prensa información de un sumario que le afectaba directamente. También se interceptaron sus comunicaciones junto con las de otros protagonistas de este encargo, como el fallecido Emilio Botín, el exministro Miguel Sebastián o el empresario Juan Abelló.
Cuando las diligencia del BBVA sumaban meses de recorrido la Audiencia Nacional abrió una nueva pieza, la número 21, para estudiar un posible encargo del que tuvieron conocimiento a través de las famosas escuchas. En el marco de estas diligencias se puso el foco en el proyecto Wine. Se trata de una operación diseñada por el comisario ante el intento de Del Rivero para hacerse con un tercio de las acciones de Repsol en un actuación conjunta con la mexicana Pemex. El mismo terminó con el empresario fuera de la presidencia de Sacyr.
El sumario de esta pieza desvela que en esta ocasión se controlaron las llamadas telefónicas de su mujer y su hijo así como a uno de sus colaboradores clave y jefe de seguridad de la constructora, Rodrigo Álvarez Vázquez, apodado 'Cid'. Además, también investigó las mercantiles de las que es propietario en busca de datos negativos que pudiera utilizar en su contra. Un extremo, este último, que también aparece reflejado en las famosas agendas de Villarejo.