El parto del acuerdo entre el Gobierno y el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) está siendo doloroso. La reforma del delito de sedición que negocia Moncloa para amarrar el 'sí' de ERC a los presupuestos enturbian las negociaciones con Génova que las suspendió este jueves hasta que los socialistas decidan, en el ámbito institucional, si quieren caminar con el PP o con los independentistas.
Pero el otro gran problema está ahora en Unidas Podemos, porque los de Ione Belarra amagan con votar en contra del acuerdo en el Congreso y 'vender' a la líder de la confluencia, Yolanda Díaz, según reconocen fuentes de la formación consultadas por este diario. Eso sí, todo el grupo confederal en el Congreso trabaja para evitar discrepancias de voto pese a que destacados miembros de Unidas Podemos zanjan que no supondría ningún problema que los morados votaran diferente al resto de aliados de Unidas Podemos, es decir, Izquierda Unida, 'comunes' y Galicia En Común.
Podemos se niega a aceptar que el PP vete a su candidata, la juez Victoria Rosell. Lo considera una humillación intolerable. La cosa va de máximos. Entre los morados cunde la rabia porque el PSOE pueda aceptar el veto y Yolanda Díaz se pliegue para no abrir una crisis con los socialistas que enturbie su despegue electoral. Y todo porque, según las fuentes consultadas en Unidas Podemos, la vicepresidenta segunda del Gobierno opera políticamente en el campo socialdemócrata. Y es que cuando presentó al elenco de cerebros que trabaja para Sumar inició una OPA a los socialistas que no puede torpedear votando en contra del acuerdo del CGPJ.
Díaz 'pasa' de Rosell
La vicepresidenta segunda, no obstante, guarda silencio a la espera del devenir de los acontecimientos. Eso sí, Yolanda Díaz antepone, en calidad de jurista (es abogada), que haya un acuerdo y se renueve el Poder Judicial a que sí o sí tenga asiento en el Consejo la candidata que quiere situar Podemos. Su obsesión es cumplir con una de las recomendaciones que el comisario europeo de Justicia dejó por escrito: despolitizar la Justicia española.
La guerra morada no es la guerra de Díaz, que se ha reunido en al menos dos ocasiones con los líderes de los partidos que forman Unidas Podemos para mantenerles puntualmente informados de las negociaciones del Ejecutivo con el PSOE, aunque como contó este diario, desde el primer momento la 'dama roja' dejó caer a Podemos que tocaría tragar con el acuerdo entre Ferraz y Génova.
Las fuentes consultadas recuerdan que no sería la primera vez que Podemos vota diferente al resto de aliados del grupo confederal en el Congreso. Pasó, sin ir más lejos, cuando se votó en la Cámara sobre el proxenetismo y la tercería locativa. Por eso, estas mismas fuentes señalan que dado que aún no hay acuerdo, es difícil aventurar una postura. Eso sí, todo parece indicar que Podemos no está dispuesto a tragarse el sapo de permitir que los populares impidan la llegada de su candidata al órgano de Gobierno de los jueces. Si el partido atisba rédito electoral en ir a la contra, lo hará. Y lo reconoce sin tapujos una fuente morada de peso.
La competición
Casi todas las fuentes consultadas, tanto en Moncloa, como en Ferraz, apuntan a la competición entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su némesis popular, Alberto Núñez Feijóo, por erigirse como estrellas del pacto de Estado. Sánchez y Feijóo tienen a sus partidos batallando por los votos de la moderación. Ambas centrales saben que no pueden llegar a las elecciones atrincheradas en posturas inamovibles, porque el gran centro electoral aplaude, según casi todas las encuestas, los acuerdos de país.
Pero la entrada en escena de la reforma del delito de sedición lo ha complicado todo. El PP, en principio, desvinculó los planes del Ejecutivo con el Código Penal del acuerdo para el Poder Judicial. Pero en 48 horas, Génova ha pasado a advertir que, si llega al poder, derogará el cambio y endurecerá las penas y, finalmente, a romper las negociaciones con el PSOE. Los socialistas, sin embargo, tuvieron que enmendarse este mismo jueves después de que la ministra de Hacienda y vicesecretaria general socialista, María Jesús Montero, diera a entender que el Ejecutivo llevaría al Congreso la reforma de la sedición en su réplica a ERC.
Aunque todo fue, aparentemente, un malentendido. María Jesús Montero se retractó y achacó a un error de interpretación sus palabras sobre la reforma del delito de sedición. Al terminar su intervención, la titular de Hacienda se echó para atrás justo en pleno cierre del pacto con el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial. Todo apunta a que pacto dolerá. Si lo hay.
valdeves
El pacto esta creado para modificar el código penal, lo que ocurre es que los socialistas lo sabían perfectamente y pretendían acordar el CGPJ antes del anuncio del cambio del código penal, pero la bocazas de la médica, que no sabe ni llevar las cuentas de su casa, lo soltó antes de tiempo de ahí la rectificación. EL PACTO ESTÁ ACORDADO Y COMO SIEMPRE ESTE SÁTRAPA LO CONCEDE AL SER UN PARTIDO SEPARATISTA Y TERRORISTA Y MANTENERSE EN LA POLTRONA