La muerte del joven español Ángel Adrover en Ucrania pone de relieve una realidad que hasta ahora permanecía soterrada: en el país en guerra permanecen ciudadanos de nuestro país, alistados en las filas militares, cuyos movimientos se escapan a las autoridades nacionales. Actualmente no hay una cifra exacta de españoles que se desempeñan ante Rusia, confirman fuentes de seguridad a Vozpópuli. La proximidad geográfica y la disposición de medios de transporte asequibles facilitan el traslado a las trincheras de Europa.
Como contó este diario, el Ministerio de Asuntos Exteriores trabaja en la repatriación de los restos mortales de Ángel Adrover, un joven mallorquín que se había desplazado hasta Ucrania para integrarse en las filas militares ante la invasión de Rusia. Era un ingeniero de telecomunicaciones que compartió imágenes a través de YouTube sobre el uso de las armas en primera línea de fuego, si bien los primeros indicios sugieren que su muerte se produjo en circunstancias ajenas a los enfrentamientos.
La presencia de Adrover en Ucrania no estaba registrada por las autoridades nacionales, apuntan fuentes diplomáticas. Su familia también se sorprendió al enterarse de su desplazamiento hasta las trincheras, según apunta la madre del joven en una entrevista concedida al diario mallorquín Última Hora. ¿Cómo es posible que un ciudadano español se encuentre en una de las regiones más inestables del mundo, vestido de uniforme y con un arma en la mano, sin que las autoridades tengan conocimiento de ello?
“La globalización también es eso, la proximidad de las distancias físicas y la posibilidad de trasladarse a prácticamente cualquier parte del mundo con recursos propios”, señalan fuentes de seguridad a este diario. El traslado hasta países fronterizos con Ucrania es asequible, en términos materiales y económicos. Después es fácil atravesar la divisoria y adentrarse hasta las mismas entrañas de la guerra.
El estallido del conflicto trajo consigo la constitución de unas brigadas internacionales que engloban a ciudadanos de diversas partes del mundo y que se integran en los trabajos del ejército ucraniano. “Existe una red de apoyo a las personas que viajan a Ucrania a combatir -inciden las mismas fuentes de seguridad-. Hay muchos jóvenes que por ideología o por el romanticismo de algunos reportajes se enrolan en estas filas. Es muy difícil saber con nombre y apellidos quiénes las integran”.
Españoles en Ucrania
El Gobierno español trata de esclarecer las causas del fallecimiento de Ángel Adrover y las circunstancias de su estancia en Ucrania. Mantenía un perfil bajo y apenas facilitó información sobre sus desplazamientos. Lo que sí es seguro es que otros españoles han viajado a la guerra y, algunos, ya han regresado a territorio nacional. Los hay que incluso han ido narrando su periplo a través de redes sociales, facilitando la labor de seguimiento a los servicios de información.
El desplazamiento a estas áreas puede guardar ciertos paralelismos con la presencia de combatientes españoles que combatieron contra el Estado Islámico en Siria o Irak: individuos que por su cuenta y riesgo viajan a una zona de conflicto sin avisar a las autoridades nacionales, lo que dificulta sobremanera cualquier gestión relacionada con su situación.
Fuentes jurídicas, no obstante, señalan diferencias entre lo que ocurrió en la guerra contra el Estado Islámico y la actual contra Rusia: “Hubo combatientes extranjeros que en Irak y Siria se alistaron en filas de organizaciones que eran también consideradas como grupos terroristas, por lo que se les podía imputar un delito relacionado con el terrorismo. En Ucrania es más complicado investigar cualquier actuación ilícita”. Asimismo, es “complejo” evitar que algunos de los españoles que ya han estado en Ucrania regresen a primera línea de combate.
Españoles que se quedaron en la guerra
Mientras que el seguimiento de los desplazados es complejo, sí que existe un control más estrecho sobre los españoles que decidieron permanecer en Ucrania a pesar del estallido de la guerra. Los ministerios de Interior y Exteriores activaron un complejo operativo de evacuación de los nacionales que residían en el país o que se encontraban allí por diversos motivos, que culminó con el cierre de la embajada -posteriormente reabierta- y el traslado por medios terrestres hasta la frontera con Polonia.
Sin embargo hubo un puñado de ciudadanos españoles que decidieron permanecer en Ucrania, a pesar de las invitaciones a abandonar la región. La mayor parte alegaron motivos familiares, al llevar años o décadas asentados allí. “Existe un contacto fluido con ellos”, apuntan las fuentes diplomáticas. No así con los ciudadanos que deciden saltar a las trincheras ucranianas por sus propios medios, como ha puesto de manifiesto el caso del joven mallorquín Ángel Adrover.
Exteriores aconseja no viajar a Ucrania “bajo ninguna circunstancia” e insta a los españoles que permanecen en el país a que lo abandonen a la mayor premura posible: “En caso contrario, se recomienda que permanezcan en lugar seguro e informen periódicamente de su situación”.