El Gobierno ha decidido mantener congelada la partida presupuestaria de 298.320 euros a repartir entre los cuatro expresidentes vivos, con lo que cada uno de ellos (Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy) volverá a recibir en 2023 una asignación anual de unos 75.000 euros.
Esta partida, que figura en el Presupuesto del Ministerio de la Presidencia para 2023 y que recoge Europa Press, es la misma que ya figuraba en los Presupuestos de 2019 que no llegaron a ver la luz, así como en los dos siguientes. Esta cuantía representa un incremento del 33% con respecto a las últimas cuentas del Gobierno Rajoy de 2018, cuando había 223.740 euros disponibles, ya que entonces sólo había que repartir entre Zapatero, Aznar y González.
Oficina con dos personas, chofer, escolta y free card
Esta dotación presupuestaria se refiere al decreto que desde 1992 regula el Estatuto de los expresidentes del Gobierno y tiene por objeto que, cada uno de ellos, pueda organizar una especie de oficina de representación a cuyo servicio se adscriben dos puestos de trabajo, uno de nivel 30 y otro de nivel 18, que son cubiertos, a su propuesta, mediante el sistema de libre designación.
Este personal, que se incluirá en la relación de puestos de trabajo correspondientes a la Presidencia del Gobierno, tendrá la consideración de 'personal eventual de gabinete' y, si fuesen funcionarios, pasarán a la situación de servicios especiales. Igualmente, se pone a disposición de cada uno un automóvil de representación con conductores de la Administración del Estado, los servicios de seguridad que el Ministerio del Interior estimen necesarios, y se les otorga "libre pase" en las compañías de transportes terrestres, marítimos y aéreos regulares del Estado.
Además, se les facilita una dotación para gastos de oficina, atenciones de carácter social y, en su caso, alquileres de inmuebles, en la cuantía que se consigne en los Presupuestos Generales del Estado.
Trato protocolario especial
Asimismo, y según el estatuto de los expresidentes, estos gozarán siempre "de la consideración, atención y apoyo debidos a quienes han desempeñado este cargo". Por eso deben ser tratados como 'presidente', ocuparán un lugar protocolario especial en los actos institucionales y cuando viajen al extranjero podrán contar con apoyo diplomático de las embajadas.
Al margen de estas cuestiones, los presidentes, como cualquier otro cargo alto cargo, tienen derecho a percibir una 'pensión' o indemnización por cese que asciende al 80 por ciento del sueldo y durante un tiempo máximo de dos años desde el cese. Esa indemnización es incompatible con cualquier otro ingreso público y Rajoy, el último que podía pedirla y cobrarla, renunció a ella al volver a su condición de registrador de la propiedad.