España lleva años experimentando crecidas constantes en el número de extranjeros que pueblan el país. Bien sean nacionalizados o no, el número de personas que han nacido fuera de nuestra nación es enorme. Para entender mejor los cambios sociales que estamos viviendo, hay que acudir al INE para analizar las cifras que desglosan estos incrementos.
El pasado mes de diciembre conocimos que el saldo migratorio de España con el exterior (la diferencia entre inmigraciones y emigraciones exteriores) fue positivo en 727.005 personas en 2022, por lo que se convierte en el mayor saldo en los 10 últimos años, según se desprende de la Estadística de Migraciones y Cambios de Residencia (EMCR) correspondiente al 2022 y publicada en el INE.
Comparando con años anteriores, la subida es descomunal. En 2021, la cifra se situó en 191.094; en 2020, a 219.357; en 2019, a 454.232; en 2018, a 334.158; en 2017, a 163.272; y en 2016, a 87.422. Hay que acudir a 2015, 2014 y 2013 para encontrar dígitos negativos de 1.761, 94.976 y 251.531, respectivamente.
En cuanto al saldo migratorio de los extranjeros con el exterior, ascendió a 729.709 personas en 2022, resultado de los 740.701 nacidos en el extranjero, a los que hay que restar 10.992 nacidos en España. Por nacionalidades, destacan la colombiana (con 152.634), la ucraniana (85.978) y la venezolana (72.086). Por el contrario, el saldo migratorio de los españoles con el exterior fue ligeramente negativo, con 2.704 menos entradas netas procedentes del exterior.
El dato relevante es que, a fecha de 1 de abril de 2023, tal y como refleja la captura del INE que se adjunta tras estas líneas, la población residente en España es de 48.196.693 personas, de los cuales 8.307.497 han nacido en el extranjero. Es decir, un 17,23% de las personas que viven en nuestro país han nacido fuera de él. Dicho en voz alta es impresionante.
La población de España aumentó en 598.634 habitantes en 2022, superando la histórica barrera de los 48 millones en enero de 2023, a tenor de los resultados del Censo de Población publicados por el Instituto Nacional de Estadística. Este incremento, evidente, se debe única y exclusivamente a la masiva llegada de extranjeros. Esto supone un incremento del 1,26% respecto a enero de 2022, cuando nos situamos en 47.486.727 habitantes.
En el caso de los extranjeros, la cifra en España ha ido aumentando progresivamente en los últimos años. El 1 de enero de 2001, había 1.572.013. En 2011, 5.252.473. En 2021, 5.402.702 en 2021. El 1 de abril del pasado curso, los citados 8.307.497 extranjeros.
España supera en extranjeros a Francia
Ahondando en la dimensión que supone tener un 17% de extranjeros, si acudimos al país vecino la cifra cobra mayor significado. Los españoles siempre hemos tenido, por norma general, la percepción de que Francia es una nación con mucha más población foránea que nosotros, especialmente por su conexión histórica con antiguas colonias del norte de África como Túnez, Argelia o Marruecos, por ejemplo.
Sin embargo, el dato siempre se va a anteponer a la fuerza del relato. Del total de 67,8 millones de personas que habitan Francia, únicamente 7 millones son extranjeros. Desglosando los dígitos, Francia cuenta con 2,5 millones de extranjeros nacionalizados, 4,5 de extranjeros de otras nacionalidades y apenas 800.000 extranjeros nacidos en Francia. En total, un 10% de la población francesa ha nacido fuera de las fronteras galas.
España tiene un 7% más de forasteros que Francia, algo a priori sorprendente. En términos sociológicos, la llegada masiva de inmigrantes al país vecino fue en las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta, principalmente. Por lo que hay una importante cantidad de personas que ya pertenecen a segunda y tercera generación. En España, el boom de los extranjeros, aparte del último lustro, fue en los primeros compases del siglo XXI.
Sea como fuere, la realidad es que España es, en pleno inicio de 2024, una de las naciones con más extranjeros de toda la Unión Europea. Y, viendo la tendencia de llegada y nacionalizaciones masivas a las que el Gobierno no sólo no pone freno, sino que las facilita, en los años venideros estas cifras serán mucho mayores. Tiempo al tiempo.
Pontevedresa
Mi agradecimiento a inmigrantes legales que trabajan en España, pero un no rotundo a la entrada diaria de miles de inmigrantes ilegales que llegan sin mujeres , sin trabajo, sin dinero, sin casa, ¡vaya favor que les hacemos¡ y están entrando por tierra, mar y aire, no podemos ser el nuevo Lampedusa, producen inseguridad, mientras que son miles los jóvenes preparados españoles que se marchan a otros países. El truquito de llamar xenófobos a los que decimos que esto no puede seguir así, se ha acabado. Esto está resultando ya demasiado peligroso, véase Barcelona y sus estadísticas de delincuencia.
Leonidas
Seremos absorbidos por el Islam y contribuimos como imbéciles a ello. Entre bandas latinas, bandas del este, bandas marroquíes y delincuentes en el gobierno. Será mejor emigrar como español a otro país
Alexander
La llegada de inmigrantes procedentes de Iberoamérica no es un problema para la convivencia con la sociedad española porque la inmensa mayoría de ellos vienen con la intención de encontrar un trabajo y vivir honradamente; por el contrario, la inmigración procedente de los paises del Magreb va a crear graves problemas de convivencia. Por otra parte, el aumento continuado de la población que vive en España va a producir problemas medioambientales, sobre todo por la escasez de agua potable. El territorio de España ha superado con creces el límite de sostenibilidad ecológica y necesitaríamos el triple de superficie que tenemos para poder mantener a una población cercana a los 50 millones de habitantes. Me gustaría ver qué soluciones tiene el Sr. Macarrón, director de la Fundación Renacimiento Demográfico, para el problema de la superpoblación en España.