El tono optimista, la fina ironía y la eficacia comunicativa del doctor Cabanela se han ganado a la Familia Real y al equipo de La Zarzuela. En uno de los momentos más delicados de los que ha vivido tanto el Monarca como la Institución, el "fichaje" del famoso cirujano gallego de la Clínica Mayo se ha revelado un acierto providencial.
Nadie tenía dudas sobre el nivel profesional de este facultativo, instalado desde hace cuarenta años en los Estados Unidos y considerado uno de los cinco mejores especialistas en cadera de todo el mundo. Pero lo que ha soprendido gratamente es su afable accesibilidad, su capacidad para transmitir confianza y la tranquilidad con que ha impregnado en el entorno del Monarca, desde la Familia, al cuadro médico pasando por directivos y funcionarios de la Zarzuela.
"Ha ido como la seda", fueron las palabras del Príncipe, a medianoche de ayer tras ser informado por Cabanela sobre el resultado de la operación. El semblante de Don Felipe aparecía relajado y muy sonriente, al igual que el del resto de la Familia desplazada al Hospital Quirón. La Reina, la princesa de Asturias y la Infanta Elena posaron ante los fotógrafos con los nervios tan templados como la temperatura de la suave noche madrileña.
La intervención se prolongó por espacio de algo más de dos horas, menos de lo esperado ya que había trascendido que en el caso de que tuviera que optarse por la operación en dos fases, la permanencia en el quirófano podría extenderse por espacio de unas cuatro horas.
"Lo que hace un Rey"
Pese a lo avanzado de la hora, pasada ya la medianoche, el doctor Cabanela cumplió su compromiso y compareció ante los periodistas exudando confianza y rebosando seguridad. El cirujano incurrió en algunas muletillas irónicas ("no sé exactamente lo que hace el Rey" al referirse al protocolo de las audiencias), dejó caer algunos chascarrillos ("lo que he visto por televisión", al hablar del desfile de la Fiesta Nacional, vedado este año para el Monarca) y alguna broma ("no me gustaría que se fuera a Talavera de la Reina", al mencionar detalles de la rehabilitación) radicalmente alejadas de la circunspección y la seriedad del entorno habitual en la Casa del Rey.
Pero lo más sorprendente fue cuando anunció que el Rey, una vez superada la segunda intervención, en la que se procederá a implantar la prótesis definitiva, no tendrá ninguna dificultad de recurrir ni a muleta ni a bastón. Esto es, dentro de tres meses y medio. Algunos especialistas consultados por este diario calculaban un periodo de unos seis meses antes de alcanzar la práctica recuperación. Y algunos de ellos insistían en que Su Majestad tenía no más de un 30 por ciento de posibilidades de volver a caminar sin ayuda de un bastón.
Apostar sobre seguro
Comentan en privado fuentes de la Zarzuela que esta vez no se ha querido arriesgar y se ha apostado sobre seguro. Se ha traído a uno de los mejores en el sector de traumatismos de cadera que no sólo controlará férreamente la rehabilitación de Don Juan Carlos (tan relajada en anteriores oportunidades) sino que a la vuelta de dos meses regresará por Madrid para ultimar la segunda intervención. "Si Su Majestad lo estima oportuno", deslizó con sutil inteligencia el doctor Cabanela, el "Bruce Springsteen de la cirugía de cadera", como se le conoce en los ambientes médicos de Estados Unidos.
Don Juan Carlos ya ha pasado a planta, según el parte médico hecho público a mediodía. Esta tarde, si le apetece, podrá ya caminar apoyado en un andador y en unos días incluso estar relativamente activo. Pero para caminar tendrá aún que esperar unas semanas después de la segunda intervención. El contagioso optimismo del sabio doctor Cabanela hace pensar ya en que el Rey pueda asistir al desfile de la Pascua Militar, en enero, prácticamente recuperado y sin necesidad de muletas.