Francisco González (FG) ha comparecido este viernes en el caso Villarejo para defender, como ya hiciera en el año 2019, que él no tuvo nada que ver con la contratación al comisario jubilado. El expresidente del banco ha delegado los encargos que se gestaron durante 13 años en el que fuera jefe de seguridad, Julio Corrochano, y también al exconsejero delegado, Ángel Cano, y ha lanzado además un recado a la actual dirección del BBVA.
González, que ha comparecido durante más de tres horas a puerta cerrada, ha comenzado respondiendo a las preguntas de su defensa letrada, a la que ha explicado que el organigrama del banco que presidía hacía imposible que él tuviera capacidad de mando en la contratación de los proveedores. Así, ha especificado que esa tarea no compete al presidente, según confirman a Vozpópuli fuentes presentes en el interrogatorio.
Al respecto se le ha preguntado por los encargos que acometió BBVA entre 2004 y 2017 y ha dicho que no tenía ni idea del contenido de los mismos. Se ha referido, en concreto, al primero de todos los espionajes que el BBVA ordenó a Villarejo en 2004, conocido como 'operación Trampa'. El mismo consistió en investigar al entorno de Luis del Rivero, entonces presidente de Sacyr, así como a empresarios, banqueros y miembros del Gobierno en aras a frenar el intento de opa de la constructora al banco en aquel momento.
FG ha lanzado un dardo a la actual dirección del banco al decir que la investigación interna no se encargó a Garrigues en 2019 sino uno año antes y que la ordenó él
FG ha explicado que no tenía ningún sentido que él encargase un espionaje a ese nivel y que la persona que acometió los trabajos fue el entonces jefe de Seguridad, Julio Corrochano. Precisamente el exdirector de este área se ha convertido en la figura a la que tanto el BBVA como otros exdirectivos señalan en su condición de responsable de contratar con los proveedores y también por su relación de amistad entonces con Villarejo.
Del mismo modo ha cargado contra Antonio Béjar. FG sostiene que este exdirectivo de Riesgos mintió cuando dijo que le atribuyó la orden para contratar a Villarejo. Ni supo de las contrataciones con Kroll ni tampoco conoció de los encargos concretos, entre los que se encuentra un espionaje al presidente de Ausbanc, Luis Pineda.
La doctrina FG
Con todo, Francisco González no se ha quedado solo ahí. El banquero, que comparece a petición propia, ha desmentido a quienes defienden que Corrochano le reportaba directamente a él. Según sostiene, Corrochano respondía a Ángel Cano, entonces director de medios y que llegó a ser consejero delegado de la entidad. Se da la circunstancia de que Cano también fue señalado por José Ignacio Goirigolzarri cuando declaró en la causa como testigo el pasado mes de mayo.
Las fuentes presentes en el interrogatorio afirman que el expresidente del BBVA también ha hecho alusión a Goirigolzarri, teniendo en cuenta que fue consejero delegado del banco hasta su salida en el año 2009. Precisamente 'Goiri' dijo que nunca tuvo conocimiento de estos contratos ni supo quien era Villarejo, aunque sí se enfadó mucho con Cano cuando le dijo que se había contratado a una agencia de inteligencia a sus espaldas para gestionar el asunto de Sacyr.
Ya en la segunda parte del interrogatorio ha cogido las riendas la Fiscalía Anticorrupción. El fiscal encargado de esta pieza concreta del caso Villarejo le ha preguntado específicamente por los primeros escritos que presentó el BBVA tras la apertura de esta investigación en el año 2018. En los mismos la defensa legal de la entidad apuntaba que no había una política de organización jerárquica en BBVA, tesis que hoy ha desmentido su expresidente.
El informe de Garrigues
Preguntado por el código de conducta de la entidad, él ha dejado claro que durante su etapa al frente del banco siempre fue fiel a la 'Doctrina FG'. Además, ha matizado que la investigación interna por estas contrataciones no se ordenó bajo la etapa del actual presidente Carlos Torres, sino que fue él quien impulsó las pesquisas, las cuáles acabó encargando el departamento jurídico a Garrigues.
En concreto, dio instrucciones en 2018, momento en que se enteró de que el banco estaba entre la cartera de clientes VIP del comisario. González ha defendido ante el juez que en aquel momento se dirigió al entonces director de servicios legales, Eduardo Arbizu, y que durante los meses en que estuvo vigente esta investigación hasta su salida de la entidad, nadie le trasladó que se hubieran detectado irregularidades.
La declaración de Francisco González se produce en plena recta final de esta investigación. Se trata de una de las principales piezas del caso Villarejo tanto por su magnitud como por el volumen de encargos de espionaje que acometió el comisario jubilado y que a juicio de Anticorrupción son constitutivos de delito de cohecho y revelación de secretos por haberlos impulsado mientras ejercía como funcionario policial en activo.
Con todo, todavía tienen pendiente de desfilar policías imputados en el procedimiento que declararán la próxima semana, según ha podido saber este medio. La Fiscalía mantiene el foco puesto no solo en los encargos que se efectuaron hasta el año 2017 y por los que BBVA pagó 10,23 millones de euros, sino también en la etapa posterior a entonces, para cuando Villarejo estaba detenido.
Las contrataciones del banco a Anbycol, sociedad de un inspector jefe retirado y socio de Villarejo llevaron a los investigadores a volver a pedir la declaración del BBVA, imputada como persona jurídica. El representante legal del banco compareció en octubre. pero se acogió a su derecho a no declarar. La Sala de lo Penal tiene pendiente resolver su recurso sobre esta citación.
