Buena parte de los dirigentes de Convergencia coinciden en que Artur Mas no hubiera llegado tan lejos en su cruzada soberanista sin tener como lugarteniente a Francesc Homs. De 46 años recién cumplidos, natural de Vich y economista de formación, Homs es considerado como un pata negra del independentismo. Pisa fuerte y le ha pedido al presidente de la Generalitat en funciones que le facilite ser cabeza de lista en las próximas elecciones generales para “desconectar” a Cataluña de España. Detrás de esta petición, según fuentes de Convergencia, se esconde el duro enfrentamiento que Homs mantiene con el actual consejero de Justicia catalán, Germà Gordó, a quien muchas voces de su partido colocan como sustituto del propio Mas a partir del congreso de refundación que se celebrará en marzo para pasar página a la era Pujol. Hace tiempo que Homs y Gordó no se dirigen la palabra, al no haber resuelto una disputa que tiene como origen la competencia que ambos mantienen por influir en la ruta soberanista con tiempos y agendas distintas.
Germá Gordó y Francesc Homs no se hablan, enfrentados por la influencia que quieren ejercer en la nueva etapa de Convergencia
La mayor parte de los dirigentes de Convergencia dan por sentado que Mas intentará hasta el final convencer a Oriol Junqueras de la conveniencia de concurrir en Juntos por el Sí a las elecciones del 20 de diciembre. Se trataría de repetir la misma coalición que el pasado 27 de septiembre ganó en Cataluña, aunque sin llegar a la mayoría absoluta, quedando prisionera de la Candidatura de Unidad Popular (CUP).
La apuesta de la mayoría de los dirigentes de Convergencia por esta opción ha sido el motivo de que Pere Macías, hasta ahora portavoz del grupo nacionalista en el Congreso, haya tirado finalmente la toalla y anunciado su retirada. Macías no comparte la deriva soberanista de Artur Mas y apostaba porque Convergencia no perdiera sus señas de identidad en el Congreso de los Diputados, para intentar resucitar lo que CiU fue hasta hace dos legislaturas, un partido bisagra acostumbrado a dar estabilidad a los gobiernos en minoría del PP y del PSOE.
Buenos conocedores de las entrañas nacionalistas apuntan a que quien gane las próximas elecciones, ya sea Mariano Rajoy, ya sea Pedro Sánchez, estará obligado a gobernar sin la muleta de Convergencia y, mucho menos de Esquerra Republicana, circunstancia que en nada ayudará a la estabilidad parlamentaria. La legislatura que se abrirá en enero, la número 11 desde el arranque de la Transición, encarará el problema catalán abierto en canal y, si las previsiones del sector duro de Convergencia se cumplen, con portavoces del independentismo cada vez más radicalizados. “Si Gordó se hace fuerte en Cataluña y Homs aprieta el interruptor soberanista en Madrid, es fácil deducir que ni siquiera una reforma constitucional como la que ahora se atisba será la solución, pues ambos la consideran como un parche provisional y a destiempo”, afirman las fuentes.
¿Será Durán cabeza de lista?
La voz más templada del nacionalismo catalán quedaría dentro de tres meses en el Congreso en boca de Unió Democrática, que este fin de semana debate si Josep Antoni Durán i Lleida debe ser o no cabeza de lista de la formación democristiana. Dentro de ella, una vez que se ha quedado sin representación en el Parlamento catalán, las opiniones están divididas, pues hay quien considera que es el momento de rejuvenecer el partido y también hay quien cree que sin Durán al frente de la candidatura, se repetiría en Madrid la triste experiencia catalana.
Homs comenta que quiere venir a Madrid para "desconectar" a Cataluña de España
El diputado democristiano Josep Sánchez Llibre participó el pasado miércoles en el Congreso en la presentación de la biografía del exparlamentario José Luis Ruiz-Navarro, escrita por su hijo, en la que narra el esfuerzo que hizo durante la Dictadura y en los primeros años de la Transición por defender la democracia e integrar a España en Europa. Sánchez Llibre aprovechó el acto, al que asistieron algunos de los principales protagonistas de la época, Fernando Álvarez de Miranda entre ellos, para reclamar una solución dialogada al problema catalán, “huir de posiciones inamovibles y enfrentadas, recuperar el sentido de Estado” y hacerlo con la vocación europea que ahora, desde las filas de Convergencia, se intenta enterrar en Cataluña.