La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha lanzado una alerta a todos los consumidores de España por la presencia de fragmentos metálicos en un helado con procedencia de Alemania. Es un producto que tiene sabor vainilla y es uno de los más vendidos en los supermercados de la cadena Lidl.
El organismo recibió la notificación de la Red de Alerta Alimentaria Europea (RASFF) que difundió este aviso que llegó de las autoridades sanitarias de Alemania. Fue este país el que consiguió detectar los fragmentos metálicos en los helados de vainilla.
El helado de Lidl retirado
Es un producto que se comercializa tras la marca Bon Gelati que en España se vende en Lidl. La alerta se refiere al helado de sabor "Bourbon Vainilla Flavour". Es decir, una tarrina de plástico. Más concretamente, están afectados los lotes L3 275 A01 y L3 276 A01, con fecha de caducidad de 21 y 22 de septiembre de 2025, respectivamente, y el formato de tarrina de plástico de 2.500 mililitros.
⚠️ Alerta por presencia de fragmentos metálicos en helados.
— AESAN (@AESAN_gob_es) November 17, 2023
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▶️ Nombre: Bon Gelati Bourbon Vainilla Flavour
▶️ Marca: Bon Gelati
▶️ Lote: L3 275 A01
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La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición explica que se ha trasladado la información a las autoridades de cada una de las comunidades autónomas a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI) y ellas son las encargadas de verificar "la retirada de los productos afectados de los canales de comercialización".
Algunas organizaciones como, por ejemplo, OCU o Facua se han hecho eco de lo que ha ocurrido con estos helados de Lidl. Según ha explicado la OCU, el gigante alemán había advertido de la presencia de contaminantes físicos en algunos controles internos que se habían realizados a los productos. Además, fue el propio fabricante el que mandó la alerta que después se ha difundido a través de las autoridades sanitarias de Alemania y al resto de países.
“La presencia de fragmentos metálicos en este tipo de productos pudiera ser accidental, pero es un riesgo real, que impide que se pueda consumir, pues esos fragmentos podrían causar lesiones”, dice la OCU.
