Los obispos de Cataluña, ante la situación política actual creada por el proceso soberanista, han exhortado este viernes "al diálogo, a la prudencia y a tener los principios fundamentales, que son los del bien común y el respeto a las personas. En un comunicado conjunto, el episcopado catalán recuerda "en este momento histórico, la importancia de los derechos de todas las personas y de los pueblos, la libertad de conciencia y el derecho a creer y practicar la propia fe" y han pedido a la Virgen de Montserrat que "aparte de Cataluña el espíritu de discordia".
"Estas libertades son tan importantes como frágiles, tal como se ha demostrado con demasiada frecuencia a lo largo de la historia, y son absolutamente esenciales para una sociedad democrática moderna y hay que velar para que no sean limitadas ni en Cataluña, ni en España, ni en el contexto europeo", añaden. "Como nos ha recordado recientemente el papa Francisco, nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin ninguna influencia en la vida social y nacional, sin preocuparnos por la salud de las instituciones de la sociedad civil, sin opinar sobre los acontecimientos que afectan a los ciudadanos", argumentan los obispos.
Tras recordar que deben "amar a todas las personas y también las realidades sociales", los obispos afirman que los cristianos "del país" se reconocen y reafirman en la "tradición ininterrumpida de fidelidad a la lengua, a la cultura, y a las instituciones propias de Cataluña". "Estamos llamados -agregan- a promover la paz, el respeto a las personas, al desarrollo humano integral y a los derechos humanos, así como tener un cuidado especial por los más pobres y los más débiles de la sociedad".
Los obispos catalanes publicaron en 1985 un documento en el que destacaban "la realidad nacional de Cataluña con más de mil años de historia"
Los obispos de Cataluña ya publicaron en 1985 el documento Raíces cristianas de Cataluña en el que destacaban "la realidad nacional de Cataluña con más de mil años de historia", y pedían que se le aplicara la doctrina del magisterio eclesial sobre nacionalidades y minorías nacionales. En el año 2011, suscribieron otro documento, en el que reconocían "los nuevos retos y aspiraciones, que afectan a la forma política concreta cómo el pueblo de Cataluña debe articularse y cómo se quiere relacionar con los otros pueblos hermanos de España en el contexto europeo actual".
Integrar la diversidad
"No nos corresponde a nosotros optar por una determinada propuesta a estos nuevos retos, pero defendemos la legitimidad moral de todas las opciones políticas"
"Como pastores de la Iglesia, no nos corresponde a nosotros optar por una determinada propuesta a estos nuevos retos, pero defendemos la legitimidad moral de todas las opciones políticas que se basen en el respeto de la dignidad inalienable de las personas y de los pueblos, y que promuevan con paciencia la paz y la justicia", escribieron entonces y han ratificado este viernes. "Y animamos el camino del diálogo y el entendimiento entre todas las partes interesadas a fin de lograr soluciones justas y estables, que fomenten la solidaridad y la fraternidad", han reiterado los obispos, que han recordado, como lo hicieron en 2011, que "el futuro de la sociedad catalana está íntimamente vinculado a su capacidad para integrar la diversidad que la configura".
En su comunicado, el episcopado anima a los laicos cristianos a "estar muy presentes en la sociedad, comprometiéndose en el campo de la política, la cultura y la economía", sobre todo en unos momentos en los que "todavía vivimos las graves consecuencias de una crisis económica que afecta duramente a gran parte de nuestra sociedad".
Los obispos exhortan a "rezar por la patria, para que Dios nos conceda -subrayan- que la sabiduría de sus autoridades y la honestidad de sus ciudadanos robustezcan la concordia y la justicia, y podamos vivir en la paz y el progreso constante" y reconocen que han pedido a la Virgen de Montserrat que "aparte de Cataluña el espíritu de discordia y una a todos sus hijos con un corazón de hermanos".