Jean-Luc Mélenchon, líder de la principal fuerza de izquierdas, la radical Francia Insumisa (LFI), ha dado por terminada su alianza con el Partido Socialista (PS) dentro del Nuevo Frente Popular (NFP), la coalición con la que los progresistas ganaron en escaños las elecciones legislativas de 2024.
"Tenemos que pasar página de una relación tóxica, no podemos tener como aliados unas personas que tienen como misión principal darnos puñaladas por la espalda", ha declarado recientemente Mélenchon, que también es fundador de su partido y ha sido candidato presidencial en 2012, 2017 y 2022.
La ruptura entre los dos principales socios del NFP, que era un secreto a voces, viene, según Mélenchon, de la negativa del PS a apoyar las mociones de censura contra el Gobierno del centrista François Bayrou.
"Se han negado a votar cinco mociones contra un Presupuesto en el que los aprendices y los emprendedores tienen una tasa impositiva superior a la de los millonarios", criticó.
Para el líder del LFI, la actitud del PS ha dado oxígeno político a Bayrou y al presidente francés, Emmanuel Macron, la principal diana de la izquierda insumisa, que desde hace meses pide su dimisión.
La fragilidad del emiciclo francés
El Nuevo Frente Popular (NFP), creado en junio de 2024 tras la decisión de Macron de convocar elecciones legislativas anticipadas, unió al LFI, a la socialdemocracia del PS, a los Ecologistas y a los Comunistas.
Gracias a esa unión electoral beneficiada por el peculiar sistema electoral francés a dos vueltas, esta alianza logró 192 escaños, lo que supuso una estrecha victoria frente a los 164 de los partidos centristas que apoyan a Macron y de los 141 de la ultraderecha de Marine Le Pen, tercera en número de diputados a pesar de haber ganador el voto popular.
Macron, el encargado constitucionalmente en designar un primer ministro, desechó a finales del verano la candidatura de izquierdas con Lucie Castets como primera ministra por considerar que iba a sufrir rápidamente una moción de censura del resto de grupos.
El presidente nombró entonces al conservador Michel Barnier, tumbado tras solo tres meses en el cargo por una moción que unió a la izquierda y la ultraderecha. A finales de 2024, optó por el centrista François Bayrou, que sigue en el cargo pendiente del frágil equilibrio del hemiciclo.