“Oriol Junqueras seguirá inhabilitado aunque le indulten y ya nunca va a ser presidente de la Generalitat; lo de sentarse en la mesa de negociación viene a ser una especie de premio de consolación”. Esta reflexión la formula un ministro a lo largo de una larga conversación con Vozpópuli y resume el sentir del Gobierno ante el desafío que supone que uno de los reos del procés a indultar salga directamente de la cárcel a sentarse en la mesa de negociación con la Generalitat para abordar el futuro de Cataluña.
Tanto en La Moncloa como en la dirección del PSOE se ha instalado la idea de que, pese al ruido que hagan PP y Vox en los próximos meses y pese al rechazo al indulto en los sondeos, la sociedad española irá asimilando la idea de que ahora toca distensión en el conflicto político catalán, porque el judicial “va para largo”, reconoce otra fuente gubernamental; como lo demuestra, añade, que el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) haya devuelto al expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y a los otros dos huidos de la Justicia española, los exconsejeros Clara Ponsatí y Antoni Comín, la inmunidad como diputados en el Europarlamento. Los tres seguirán siendo inmunes hasta que la sala se pronuncie sobre su entrega a España.
En La Moncloa creen que, teniendo clara la hoja de ruta de lo que califica como el “reencuentro” de Cataluña con el resto de España -indultos en este mes de junio, primer encuentro institucional entre Pedro Sánchez y el actual president de la Generalitat, Pere Aragonès, y puesta en marcha más adelante de la mesa de diálogo entre los dos gobiernos-, “lo de Junqueras no deja de ser material para consumo interno de ellos (ERC)”, añade esta fuente.
¿Qué esperábamos, que nos dieran las gracias? Eso no va a ocurrir, ERC necesita hacer gestos de cara a la galería”, asegura un ministro del Gobierno
”Lo cierto es que ellos van a seguir pidiendo la amnistía, de ahí no se van a bajar, pero se van a tener qué conformar con el indulto y lo saben... ¿Qué esperábamos, que nos dieran las gracias? Eso no ocurre en el mundo real; ERC necesita hacer gestos de cara a la galería porque está muy presionado por Junts per Cat y por las CUP, que ya le han dicho que de mesa de negociación, nada”, señala el ministro consultado.
De momento, este viernes hubo una primera conversación telefónica de 40 minutos entre Sánchez y Aragonès y tanto en el Gobierno como en el PSOE se da mucha importancia a que en el comunicado emitido al unísono por La Moncloa y por la Generalitat, se hable del "objetivo de avanzar hacia la superación de los retos comunes mediante el diálogo".
Los dos se verían las caras en una cita oficial este mes de junio y después, con los políticos presos ya indultados, comenzarán las sesiones de trabajo de una mesa de diálogo a la cual ERC quiere sentar a Junqueras para dar más visibilidad a su demanda de un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Moncloa y el PSOE creen que el 'no' a esa consulta está blindada no solo por lo que hagan o digan los enviados del Ejecutivo sino porque van mandatados por el 'no' del Congreso en febrero pasado.
”Si el final de esto (el conflicto catalán) es un acuerdo sobre el dinero que recibimos unos y otros, algo tendremos que decir el resto”, avisa un dirigente territorial socialista
Pedro Sánchez no se va a salir en su diálogo con el actual presidente de la Generalitat de la agenda del reencuentro que ya ofreció en diciembre de 2019 a su antecesor, Quim Torra, en la cual la autodeterminación no estaba incluida aunque sí un nuevo sistema de financiación autonómica; aceptando así implícitamente que Cataluña resulta perjudicada por el vigente sistema, lo cual levanta suspicacias en territorios gobernados por los socialistas.
”Si el final de esto (el conflicto) es un acuerdo sobre el dinero que recibimos unos y otros, algo tendremos que decir el resto”, avisa un dirigente socialista consultado por este periódico, que se teme, como otros muchos, que su territorio acabe siendo el pagano de la paz en Cataluña. Comparte la idea de que el Gobierno está para resolver problemas, “pero no creando otros nuevos”.
La “pasada” de Ábalos
En este sentido, la fuente consultada -también algún miembro del gabinete de Pedro Sánchez- torció el gesto cuando escuchó este miércoles por la noche al ministro de Fomento y secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, comparar la situación de Junqueras y otros otros nueve encarcelados por el 1-O con el expresidente sudafricano represaliado por el Apartheid, Nelson Mandela, y con los presos del franquismo.
En palabras de este dirigente territorial, que entiende la necesidad del Ejecutivo de justificar la presencia de Junqueras en la mesa de negociación, esa comparación es una “pasada” innecesaria y entiende que muchos militantes socialistas ancianos que vivieron el franquismo o sus familiares pueden sentirse insultados al oír semejante comparación.