Mariano Rajoy se reunió ayer con sus diputados para reiterar que "es falso lo que se está diciendo estos días" en clara alusión a los papeles de Bárcenas y la supuesta contabilidad paralela del PP. Por supuesto no citó el nombre de su antiguo tesorero, pero reclamó a los suyos coraje y determinación ante unos tiempos que calificó de "difíciles" en los que no hay que "entrar en juegos ni enredos".
No ha quiso soslayar la cuestión de la regeneración democrática al afirmar que "no estoy dispuesto a aceptar que somos un partido que no quiere acabar con la corrupción". De hecho, y a pesar de estar acorralado por sospechas de corruptelas, agregó que "somos el único partido que hemos tomado medidas para dificultar la corrupción", en alusión a la reforma de la Ley de Fianciación de Partidos, que se aprobó el año pasado, o a la responsabilidad penal de las formaciones políticas.
A juicio del inquilino de la Moncloa "la actitud del PSOE es incomprensible" y se preguntó qué va a hacer el líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, hasta 2015, cuando tocan las próximas elecciones generales, que fue una forma sutil de responderle que no tiene ninguna intención de abandonar, tal y como le pidió por la mañana desde la tribuna del Congreso. Pero para llegar a ese 2015 Rajoy necesita que los suyos trabajen "con coraje y determinación para superar esto". Reclamó a su grupo parlamentario que siga haciendo de soporte a la acción del Gobierno, garantizando la existencia "de una mayoría decidida a mantener la estabilidad". "No voy a entrar en la dinámica de generar más tensión y este ambiente no es el mejor para el país", lamentó, pero "hemos pasado por tiempos difíciles y somos un partido fuerte".
Respecto a la situación económica, dio casi por exorcizado el riesgo del rescate, y dijo, muy fiel a su estilo, que "a veces la mejor decisión es no tomar una decisión y eso es también una decisión", juego de palabras que resume muy bien su filosofía y aue puee aplicarse a muchas cuestiones diferentes.
Por su parte, el portavoz del Grupo Popular, Alfonso Alonso, que tomó la palabra en la misma reunión, pidió a los parlamentarios que en este momento "es más importante que nunca que todos estéis a pie de calle hablando con la gente en un momento en que los ciudadanos tienen dudas sobre sus representantes".
Sí habló Alonso de Bárcenas, eso sí, a preguntas de los periodistas al término de la reunión. Interrogado sobre la información de "El País" que reveló ayer que el ex tesorero cobró su finiquito del PP en mensualidades hasta diciembre del año pasado incluyendo cotizaciones a la Seguridad Social. A diferencia de su jefe de filas, que nunca ha hablado mal de Bárcenas, el portavoz popular comentó lacónico que ese acuerdo "refleja que hubo un vínculo laboral, largo, por desgracia. Visto el resultado hubiera sido mejor no tenerlo".</p