Rajoy aprovechó ayer su intervención en la Junta Directiva Nacional de su partido, máximo órgano entre congresos, para lanzar, en distintos formatos, un mensaje muy nítido: las reformas no han parado, hay que “pisar el acelerador” de las mismas y las Comunidades tienen que esforzarse más. No es que fuera un discurso de grandes concreciones, pero la filosofía quedó muy clara. La verdad es que dio la sensación de que todavía nos encontramos a medio camino de un proceso que va en buena dirección pero del que todavía no conocemos el final ni están exorcizados todos los peligros, a pesar del tono optimista con que quiso terminar.
Como hiciera la semana pasada durante una intervención ante la Asamblea General de la CEOE, el jefe del Ejecutivo anunció que "todo lo que hace y hará el Gobierno en las próximas fechas es necesario e imprescindible para no desviarnos del camino de salida de la crisis". Y en ese empeño, están todos comprometidos, dijo, especialmente las Comunidades para que "hagan un mayor esfuerzo en los próximos meses”. De lo que depende del Gobierno éste tiene sobre la mesa la reforma de la administración local, de la Ley de Función Pública y de los órganos reguladores. Y baraja las "sugerencias" de Europa sobre el incremento de los tipos del IVA, la eliminación de la desgravación fiscal por vivienda o la rebaja del sueldo de los funcionarios, pero pistas, ni una.
Tras reclamar unidad de acción a su partido y pedir que todos remen en la misma dirección, señaló que ambas cosas son necesarias para que el PP haga llegar a los ciudadanos un mensaje nítido y claro, que el objetivo de su Gobierno es "volver a crecer económicamente y que haya trabajo para la gente". No ha avanzado más, pero sí dejado claro que las reformas y los ajustes no paran aquí. De hecho, ha sido muy gráfico al comentar que "son reformas que darán frutos en el futuro. Hemos hecho muchas cosas pero ahora toca pisar el acelerador, vamos a hacer mucho más y lo vamos a hacer bien para salir adelante", y, ya de paso, criticó al PSOE, sin citarlo expresamente, por protestar ante las reformas del Gobierno a pesar de que a esta situación "no hemos llegado ni por casualidad ni por mala suerte, sino porque no se han hecho las cosas bien".
"Esa es la gran labor de pedagogía que tenemos que hacer y ese el mejor apoyo que dar al Gobierno. Hemos vivido días de muchas tensiones y lo seguiremos viviendo, propios de momentos de incertidumbre en España y Europa. España tiene un itinerario claro y por mucho que arrecie el temporal nada nos alejará del rumbo ni arrebatar la confianza de llegar a buen puerto", sentenció.
Sin querer sacar pecho ni apuntarse ningún tanto que sí le otorgaba tanto la prensa española como europea, también aludió al último y "ambicioso" Consejo Europeo de la pasada semana, en el que se ha transmitido la "firme" voluntad de acabar en el plazo más corto posible con la inestabilidad financiera y se ha avanzado en todos los ámbitos de la integración europea. "Pero con eso no basta. El futuro del euro nos exige a todos no parar ahí. Hay que dar pasos mucho más decididos todavía". La única concesión al papel jugado por su Gobierno la dejó entrever al comentar que "España ha abierto un camino" hacia una mayor integración europea, pero ahora "toca no parar y ser ambicioso en los contenidos y en los plazos y España lo será". Y para ello, subrayó en uno de los mensajes reiterados de su discurso, se trata de abordar un "trabajo difícil e ingrato porque conlleva esfuerzos y reveses puntuales".
En este doble juego de mensajes tanto de consumo interno como internacional, ha reiterado la apuesta de España por la lucha contra el déficit, una "convicción" para el Gobierno que se ha plasmado tanto en los Presupuestos Generales del Estado para este año como lo hará en los del año que viene "a pesar de la caída de ingresos" que ha vaticinado, entre otros organismos, el Banco de España. Además, apeló, por otro lado, a la necesidad de abordar la reforma del sistema financiero con el objeto de desatascar los canales de crédito y "recuperar la confianza en las entidades "problemáticas". Para ello cree Rajoy que España "ha hecho un ejercicio de transparencia sin parangón", a pesar de que las necesidades de captación de fondos sólo afectan a una parte muy acotada del sector, matizó.
Nunca estuvo prevista una recepción en Moncloa de Rajoy con la Selección y, además, se valoró que el protagonismo ya le correspondía al Rey
Ya en clave partidaria y habida cuenta de que se encontraba en Sevilla junto a su vicesecretario Javier Arenas, salió en férrea defensa del éste al comentar que "todos te debemos mucho, yo el primero. Has marcado el camino a mucha gente, has logrado que el PP se haya convertido en la primera fuerza política de Andalucía, en los ayuntamientos, en las diputaciones, en las elecciones generales... Eres un activo muy valioso para este partido, una referencia para todos y por eso necesitamos que nos sigas aportando lo mejor de tu experiencia, ilusión, capacidad de trabajo, en beneficio de los andaluces y de los españoles", pero, como en la cuestión de los nuevos ajustes que nos esperan, tampoco ha especificado más.
La presencia de Rajoy en Sevilla impidió que pudiera recibir ayer a la Selección española de fútbol en Moncloa, recepción que, por otro lado, nunca estuvo prevista. Pero ya tuvo ocasión de felicitarles en la noche del domingo en Kiev tras su incontestable triunfo ante Italia y, además, se reunió con el equipo de la Roja antes del arranque de la Eurocopa y acudió a su debut en la ciudad polaca de Gdanks. Pero es que Moncloa valoró que el protagonismo de la jornada de ayer, le correspondía al Rey, que no ha acudido a ninguno de los partidos delegando la representación en Don Felipe.
El jefe del Ejecutivo también expresó su pesar por los incendios que asolan parte de las comunidades de Valencia y Castilla-La Mancha, en medio de críticas por no haber acudido al lugar de los acontecimientos, cosa que sí ha hecho, en cambio, María Dolores de Cospedal, que se desplazó ayer a la localidad de Hellín (Albacete) lo que le impidió ir a Sevilla.