El conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, y el director de los Mossos d'Esquadra, Pere Ferrer, han acordado "la aplicación inmediata de una medida cautelar de cambio de destinación" a los seis agentes investigados judicialmente por los presuntos delitos de lesiones y contra la integridad moral en Manresa (Barcelona), un caso que SOS Racisme ha hecho público este lunes.
La Conselleria de Interior ha explicado en un comunicado que la medida se adoptará para los agentes presuntamente implicados en la agresión a la espera de la resolución de la investigación abierta en el Juzgado de Instrucción 5 de Manresa (Barcelona).
El departamento también ha anunciado que Buch y Ferrer comparecerán a petición propia ante el Parlament "para informar sobre las actuaciones y las políticas de no discriminación impulsadas" por los Mossos.
La Conselleria de Interior ha expresado a raíz de los hechos su "rechazo absoluto a cualquier actuación basada en criterios discriminatorios", y ha recalcado que los mossos reciben formación para garantizar los derechos de las personas más vulnerables y defender una sociedad libre de racismo.
El cuerpo abrió una investigación a través de la División de Asuntos Internos (DAI) tras los hechos de enero de 2019, que quedó paralizada de forma automática al abrirse un procedimiento judicial, y el 5 de febrero de ese año la Comisaría General de Relaciones Institucionales se reunió con la familia del denunciante.
Insultos
El joven, de 20 años, presentó la demanda junto a una abogada de SOS Racisme, tras grabar con el móvil la actuación en que agentes le llamaron 'mono', 'negro de mierda', le amenazaron con gritos de 'te hundo la cara aquí' y le detuvieron.
A raíz de la publicación de la grabación del momento, la Conselleria ha anunciado el cambio de destino de los mossos implicados y ha reiterado su compromiso y obligación de garantizar la libertad y los derechos de todos los ciudadanos.
