Los obispos han hecho público este lunes un documento llamado "Iglesia, servidora de los pobres", aprobado en la última Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en el que expresan su preocupación por las consecuencias de la grave crisis económica, social y moral que vive el país. "Nos resulta especialmente dolorosa la situación de paro que afecta a los jóvenes: sin trabajo, sin posibilidad de independizarse, sin recursos para crear una familia y obligados muchos de ellos a emigrar para buscarse un futuro fuera de su tierra. Asimismo, resulta doloroso el paro que afecta a las personas mayores de 50 años, que apenas tienen esperanza de reincorporarse a la vida laboral", exponen.
En el mismo texto han denunciado los casos de corrupción en la esfera pública que suponen una "grave deformación del sistema político" y cuyo origen sitúan en la "codicia financiera" y la "avaricia personal" y han pedido que estos comportamientos sean atajados "lo antes posible", según recoge Efe.
Juan José Omella, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, ha sido el encargado de elaborar este documento, que señala la corrupción como "rasgo de la sociedad actual" y destaca que ésta supone una "grave afrenta" a la sociedad y que es una conducta éticamente reprobable y "un grave pecado". "Es una grave deformación del sistema político", ha asegurado Omella, quien ha urgido a "poner la transparencia y la honradez dentro del servidor de la sociedad y del servidor de la iglesia".
Los obispos -que aseguran que éste no es un documento político- piden recuperar la dimensión ética de la economía para que ésta sea más inclusiva y advierten de que la actividad económica no puede resolver todos los problemas sociales.