Política

El Gobierno redobla su ofensiva contra los jueces en plena escalada de los casos que le asedian

El ministro Óscar López acusó a Juan Carlos Peinado de prevaricar. Sánchez intentó no echar más leña al fuego esta semana, pero Moncloa no baja la presión

  • Pedro Sánchez, en el Congreso. -

El Gobierno cerró la semana redoblando su ofensiva contra los jueces en plena escalada de los casos que le asedian. El ministro Óscar López acusó este viernes a Juan Carlos Peinado, el juez que instruye la causa que afecta a Begoña Gómez, de prevaricar. Y eso que Pedro Sánchez intentó no echar más leña al fuego el pasado miércoles durante la sesión de control, el día que precismaente declaró su mujer. Después de semanas en las que el PSOE y la Moncloa han colocado al poder judicial, al menos a determinado sector, como una parte más de lo que denominan la "máquina del fango" y de que el propio presidente, en conversaciones informales con periodistas, sostuviera que el PP actúa "en connivencia" con algunos magistrados, el Ejecutivo vuelve a criticar decisiones judiciales.

Cabe recordar que aquel comentario del líder socialista durante la copa de Navidad en Moncloa no sentó nada bien en el órgano de gobierno de los jueces, cuya presidenta, Isabel Perelló, tuvo que defender a los jueces de las acusaciones de 'lawfare' de Sánchez. El presidente lleva meses repitiéndolas desde que trascendieron la trama Koldo y las actividades profesionales de su mujer. El Consejo General del Poder Judicial criticó que desde el Ejecutivo se cuestione "de forma generalizada" a los jueces y se les acuse de tener "sesgos políticos". Pero el equipo del presidente en Moncloa, lejos de rebajar la confrontación, argumenta: "El Ejecutivo puede criticar a los jueces, igual que los jueces critican al Gobierno". 

Sánchez, que el miércoles en el Congreso intentó rebajar el tono y dijo estar convencido de que una gran mayoría de jueces cumple su labor con absoluto rigor, es consciente de que no puede permitirse más interferencias sobre la acción de la judicatura, pero Moncloa no baja la presión y resucita el 'lawfare' para salir al paso de los movimientos de los togados que investigan las causas que asedian al Gobierno. En la planta noble de Ferraz la sensación que atraviesa es que existe todo un enjambre de togas dispuesto a derrumbar al Ejecutivo casi a cualquier precio. Y que, además, actúa de la mano de la derecha política y mediática. Mientras, el fiscal general, Álvaro García Ortoz, que está imputado por una filtración en el caso de fraude fiscal contra la pareja de Isabel Díaz Ayuso, aviva la idea de que un sector de los jueces le tiene ganas a Sánchez. El plan del Gobierno es mantenerle pese a que pudiera trasladar su deseo de dimitir y dar un paso al lado. 

Moncloa quiere que García Ortiz, si llega el caso de ser inhabilitado, sea un mártir que enseñar en la plaza pública. El Gobierno está abonado a la tesis del golpe judicial desde que estalló el caso que afecta a Begoña Gómez, investigada por la comisión de los supuestos delitos de corrupción en los negocios, tráfico de influencias, apropiación indebida e intrusismo. No cabe crítica pública alguna por parte del Gobierno a la forma de actuar de la mujer del presidente, así como de los efectos de las relaciones empresariales que ha desarrollado en la sede de la Presidencia del Gobierno, haciéndose valer del cargo que ostenta su marido. Para Moncloa todo forma parte de una cacería política. 

En culquier caso, Moncloa ya tiene un muro. La vía de los recursos está agotada. Ahora solo esperan, aunque temen que no será lo que ocurra, que el caso Begoña Gómez, que ha desgastado al Gobierno y le ha sumido en su peor crisis, quede en nada. Esas tres palabras son el nuevo mantra del Ejecutivo. Todo lo que salpica al líder del PSOE "quedará en nada". La imputación de García Ortiz, el proceso judicial de la mujer del presidente... Las fuentes consultadas solo contienen el aliento con el devenir de la causa que apunta directamente a José Luis Ábalos. El exministro de Transportes no es cualquiera. Fue el número dos de Pedro Sánchez, quien le aupó cuando estaba en suelo y quien le puede derribar. 

La Justicia tiene mucho que decir sobre la partida de ajedrez que el núcleo duro de Moncloa está jugando para que el presidente permanezca al frente del Ejecutivo sin sobresaltos. Y sus movimientos pueden poner en jaque al líder del PSOE. Sánchez afronta el avance de más de una decena de procedimientos en los tribunales que amenazan con poner contra las cuerdas su mandato. Sin olvidar la crisis abierta con el Poder Judicial, al que desde su Ejecutivo se ha señalado y acusado a lo largo de sus mandatos.

Pese a que Sánchez mostró públicamente su voluntad de colaborar con la Justicia en la investigación abierta a su mujer, lo cierto es que sus hechos evidencian lo contrario. Para muestra, la actitud del matrimonio que habita en Moncloa. Ambos, tanto Begoña Gómez como Pedro Sánchez, se querellaron contra Juan Carlos Peinado por prevaricación. Pero las dos querellas fueron rechazadas. De manera que la estrategia que siguen ahora es intentar desprestigiar la causa con gestos nada conciliadores.

Las fuentes consultadas en el núcleo duro de Moncloa se preguntan "si es normal" que los cargos públicos tengan un régimen de incompatibilidades tan estricto mientras que la hija del juez Peinado hace carrera en el PP. Y es que Patricia Peinado milita en las filas de Génova y es concejala de Deportes y Fiestas en el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón. Este vínculo genera controversia y ha derivado en acusaciones de parcialidad por parte del Gobierno, mientras el PP denuncia un supuesto acoso hacia la edil por esta relación familiar.

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