Elsa Artadi se aleja del 'núcleo duro' de Carles Puigdemont. La mano derecha del expresidente se ha retirado de la primera línea mediática, se centra en sus labores de jefa de filas del grupo parlamentario de JxCat (el cargo lo ostenta orgánicamente Jordi Sánchez, en prisión) y evita interferirse en los debates sobre una futura investidura.
Artadi no aparece ya en las quinielas de los presidenciables que se manejan estos días en el bloque secesionista. De ser la favorita en todos los pronósticos, apenas ahora se le menciona. Jordi Sánchez, el exlíder de la ANC y ahora interno en Soto del Real, aparece como número uno en todas las listas. Hombre de confianza del expresidente, todavía este miércoles hablaba, en entrevista con 'El Nacional', de que "la legitimidad de Puigdemont está preservada", y despreciaba cualquier sortilegio sobre el futuro inquilino del Palacio de la plaza de San Jaime.
Puigdemont colgaba el miércoles un tuit en el que daba a entender que las conversaciones con los republicanos habían llegado a buen puerto. En diez días quedará superado el 'impasse', con una solución sin grandes sorpresas. El prófugo será presidente 'de honor', una especie de 'reina madre' del soberanismo, en tanto que posiblemente Sánchez asuma, de forma temporal, los entorchados del titular lugar de la Generalitat.
Choque en el Parlament
También se habla de Jordi Turull para ese cometido, quien renegó del expresidente fugado en su comparecencia ante el juez Llarena. Turull sería el relevo de Sánchez en el caso de que la Justicia no permita la investidura del postulante preso. Poco se habla ahora de Artadi, quien mantiene un férreo pulso con Roger Torrent, presidente del Parlament, para que se permita una investidura telemática del jefe de filas de JxCat.
Una labor que acarrea mucho desgaste, ya que, por ahora, las dos intentonas por sacar adelante tal iniciativa se ha dado de bruces con la firmeza del titular de la Cámara, que da largas a cualquier posibilidad de abrir la puerta a una sesión de investidura que pueda acarrear problemas con las Justicia.
Precisamente esta falta de resultados en el frente parlamentario parecen haber defraudado a Puigdemont, quien confiaba en que las presiones sobre Torrent y, en especial, las negociaciones con el grupo de ERC deberían haber discurrido en forma más eficaz. Se señala también en círculos secesionistas que el expresidente no estaría demasiado satisfecho con el afán de protagonismo de Artadi, quien , en tan sólo unos pocos meses pasó de ser una eficaz colaboradora a convertirse en 'futura presidente' de Cataluña.
Quinielas en el 'Govern'
Desde el denominado club de Puigdemont se emiten mensajes poco favorables a Artadi. Le reconocen su entrega y su valía pero ahora se la sitúa exclusivamente en el ámbito parlamentario y quizás en una futura consejería cuando se logre formar Gobierno. Artadi era un 'mirlo blanco' como candidata a la presidencia ya que, amen de su estrecha relación con Puigdemont, está libre de cualquier problema judicial.
La 'pubilla' del expresidente ha descartado siempre cualquier rumor que la situara en la cúspide del Gobierno catalán. No le disgustaría asumir la cartera de Economía, en la que en su momento colaboró cuando estaba al frente Mas-Culell, quien fue su profesor y su protector en sus primeros pasos en la Administración catalana.