Política

La guerra del Congreso para anular al Senado se recrudece con el veto de enmiendas por primera vez en 45 años

El PP recurrirá en el Tribunal Constitucional la decisión de Armengol de suprimir las modificaciones que la Cámara Alta introdujo a la reforma alimentaria

Por primera vez en Democracia, el Congreso de los Diputados ha sorteado unas enmiendas procedentes del Senado, impidiendo su debate y posterior votación. "Una decisión en contra de la doctrina del Tribunal Constitucional y del criterio del secretario general de la Cámara y que nunca se había producido en casi 50 años", resume el Partido Popular. 

El embrollo se empezó a fraguar el martes, cuando la Mesa presidida por Francina Armengol -a petición del Gobierno- suprimió algunas de las modificaciones que PP, ERC y Junts habían introducido en la Cámara Alta al Proyecto de Ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, que este jueves concluyó el trámite parlamentario para su publicación en el BOE.  

Según fuentes próximas a la presidenta, había margen de sobra para retirar las enmiendas porque afectan a Presupuesto: "El Gobierno apeló a su derecho constitucional a vetar aquello que afecta al presupuesto. De hecho, ni el Senado ni el PP rechazan que afecte a presupuesto (lógicamente), lo que al parecer dicen es que, al ser un presupuesto prorrogado, no cuenta. Esto, obviamente, sí que es absurdo. El artículo 134.6 es claro". 

En el Senado, el grupo popular consiguió incorporar en el texto una enmienda para bajar el IVA de los alimentos de primera necesidad, medida que Alberto Núñez Feijóo viene reclamando prácticamente desde que comenzó la crisis inflacionaria en nuestro país. De haber entrado en vigor, su efecto hubiese sido letal para Hacienda, porque acarreaba una merma en los ingresos tributarios del Estado.

De ahí el empeño que el Gobierno ha puesto en frenar su aprobación con una maniobra que, a ojos del mismo secretario general del Congreso, Fernando Galindo -en su día promocionado por Armengol-, es inconstitucional. De hecho, las críticas al golpe de mano de Armengol también provienen de filas socialistas. En conversación con Vozpópuli, un senador destacado del PSOE reconoce que se trata de una cacicada: "Lo que se ha hecho es ilegal". 

 

Hasta el último momento, el PP ha tratado de frenar a Armengol. Con poco éxito. Ayer, a primerísima hora, después de registrar un escrito de reconsideración, forzó una reunión extraordinaria de la Junta de Portavoces para retirar del orden del día la votación de la reforma alimentaria, a fin de ganar tiempo. Pero el vicepresidente Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que sustituía a Armengol, optó por seguir adelante con la sesión. "La Presidencia del Congreso vuelve a evidenciar una vez más que está al servicio del Gobierno de Sánchez", se queja el principal partido de la oposición. 

La bronca en el Congreso

Nada más arrancar el Pleno, el portavoz Miguel Tellado lo intentó una vez más y, con el Reglamento en la mano, pidió la palabra. A regañadientes, el número dos del Congreso, se la concedió. "En base a una cuestión de orden, en base al artículo 72.2 y en base al artículo 68.1, usted sabe que desde el grupo parlamentario popular hemos presentado un escrito en la tarde de ayer y hemos elevado una solicitud de alternación del orden del día...", pero no pudo completar su exposición porque Gómez de Celis le cortó el micrófono. "Muy bien, señoría, le he entendido". 

Acto seguido, se desató una tremenda bronca en la bancada popular, con todos los diputados dando golpes en sus escaños y coreando a puro grito: "¡Reglamento! ¡Reglamento! ¡Reglamento!". El vicepresidente respondió con amenazas y llamó al orden hasta en dos ocasiones a Tellado. La tercera, implicaba la expulsión. En el Hemiciclo se llegó a escuchar: "¡Dictadura!". 

 

 

Según el grupo popular, esta vez Armengol ha traspado todos los límites: "Es el enésimo atropello democrático por parte de la Presidencia de la Cámara, que trabaja a las órdenes del Gobierno. Se trata de una situación inédita y de especial gravedad en casi 50 años de democracia de la que no existe precedente alguno". Fuentes populares avanzan que acudirán al Tribunal Constitucional, aunque las expectativas de que Conde-Pumpido les dé la razón son escasas. 

 

En Génova lamentan que "desde el inicio de la legislatura y con la colaboración necesaria de Armengol, el Gobierno no ha dejado retorcer, vulnerar e incumplir el trámite parlamentario y los procedimientos establecidos en el Reglamento, así como de menoscabar la función legislativa del Senado". Un desprecio que consideran "obsceno" y que demuestra que Sánchez "está decidido a gobernar de espaldas a las Cortes Generales para intentar camuflar su evidente debilidad parlamentaria y su manifiesta incapacidad para aglutinar mayorías que le permitan sacar leyes adelante". 

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