Pedro Sánchez no tira la toalla, a pesar de que los puentes con Unidas Podemos están hoy aparentemente rotos. En la ronda con partidos a finales de agosto -incluidos los independentistas de ERC y Junts per Cat- para exponerles su "programa abierto", el presidente en funciones baraja una última oferta a Pablo Iglesias que pueda desbloquear la investidura: los dos primeros años sus 42 diputados se limitarían a dar al PSOE apoyo parlamentario, el llamado gobierno a la portuguesa, y si la cosa cuaja, a mitad de legislatura estaría dispuesto a admitir ministros morados en el gabinete.
Porque, aunque ahora acepte lo que hace solo unos días rechazaba, esto es, el apoyo del independentismo catalán para seguir en La Moncloa, fuentes socialistas admiten a Vozpópuli que con los 17 diputados de ERC y los 7 de Junts per Cat no bastan ni para la investidura ni para gobernar cuatro años con sus cuatro presupuestos incluidos.
Y, además, es inminente la sentencia de la Sala Segunda del Tribunal Supremo contra los políticos implicados en el referéndum ilegal del 1-O, con lo que "no podemos fiar la gobernabilidad" al independentismo, reconocen las fuentes consultadas.
Combatir la "desconfianza"
Iglesias y los suyos siguen siendo, por tanto, con apoyo parlamentario o con coalición, socios indispensables si el PSOE se quiere repetir elecciones el 10 de noviembre. Así que esta nueva finta presidencial, intentando sumar a Gabriel Rufián y a los parlamentarios de Carles Puigdemont en el Congreso a la mayoría de gobierno, se antoja la enésima envolvente para que Podemos cambie su abstención en la fracasada investidura de julio por un sí en septiembre.
El clima entre los dos partidos de izquierda, que ya venía muy deteriorado desde un debate en el que Rufián ejerció a gusto el papel de mediador, ha empeorado exponencialmente esta semana con las alusiones del presidente el martes a la "desconfianza" personal mutua que hay y con la dura carga de la vicepresidenta, Carmen Calvo, contra los "exabruptos" que vierte Pablo Echenique en Twitter, dice. Éste no tardó en responderla:
https://twitter.com/pnique/status/1159549860900671491?ref_src=twsrc%5Etfw
Unidas Podemos va a insistir en las próximas semanas en la necesidad de un gobierno de coalición y en que se retome la negociación donde quedó antes de que Sánchez retirara de la mesa su oferta del 25 de julio: una vicepresidencia social para Irene Montero, bajo la cual quedarían cuatro ministerios también morados: Trabajo -sin Seguridad Social, que quedaría bajo el control de Hacienda-, Sanidad y Consumo, Igualdad, y Vivienda y Economía Social.
La propuesta que baraja La Moncloa, dos años de prueba en solitario y otros dos en coalición, supone una solución intermedia entre la oferta fallida del 25 de julio -vicepresidencia y cuatro ministerios- y a Podemos le resultaría muy difícil decir que no; entre otras razones porque internamente no hay unanimidad.
Izquierda Unida, igual que Equo y el sector Anticapitalista, ya estuvieron dispuestos a votar sí a Sánchez sin gobierno de coalición con tal de que no haya repetición electoral, para pasar acto seguido a la oposición, y así se lo reiterará al presidente del Gobierno en funciones su coordinador general, Alberto Garzón, si finalmente se reúne con él.