Las relaciones entre la jefatura del Estado y la presidencia del Gobierno no pasan por su mejor momento. De hecho, esta última semana, tanto Zarzuela como Moncloa han aireado sus diferencias con respeto a la no representación del Estado en el funeral de Notre Dame o con la ausencia de cualquier ministro en la última etapa del viaje de Estado de los Reyes a Italia.
Pese a eso, y tras un cruce de reproches elevado a la plaza pública a lo largo de los últimos días, con más dardos de Moncloa a Zarzuela, el presidente Pedro Sánchez ha forzado hasta tres paseos con el Rey por los exteriores del Palacio de la Magdalena de Santander para forzar una imagen de normalidad que dista mucho de la realidad.
De hecho el saludo inicial de Felipe VI al presidente, que se ha producido puntualmente a las 9.35 de la mañana, la hora en la que estaba prevista la llegada del jefe del Estado, ha sido mucho más frío que el saludo que el monarca ha mantenido con los presidentes autonómicos antes de la tradicional foto de familia.
La zona del Palacio de la Magdalena, que se encuentra arriba de la península de la Magdalena, estaba restringida para las autoridades y para la prensa, por lo que el Rey, el Gobierno y los presidentes no han tenido visitantes alrededor que les alabasen o les abucheasen como ocurre habitualmente en los actos públicos. Cabe recordar que Felipe VI y Pedro Sánchez no coincidían públicamente desde la tensa visita a Paiporta.
El Rey, tras saludar a Sánchez a su llegada, ha ido haciendo una línea de saludo a las autoridades presentes, hablando un largo rato con el presidente valenciano, Carlos Mazón, y el castellanomanchego, Emiliano García-Page. A este último le ha propuesto visitar, en próximas fechas, la localidad de Mira, una de las afectadas por la DANA del 29 de octubre.
Tres paseos y largas charlas frente las cámaras
Fuera del protocolo establecido, antes de los actos marcados en la agenda, entre ellos la foto con todas las autoridades presentes y un breve desayuno en el que el Rey ha trasladado unas palabras en privado a los presidentes autonómicos, Sánchez ha forzado tres paseíllos con el Rey por los exteriores del Palacio de la Magdalena.
Tres paseos breves, en los que se le ha visto hablar y gesticular con el jefe del Estado, que Moncloa se ha encargado que fueran grabados por parte de los medios de comunicación presentes para intentar rebajar la tensión en las relaciones.