España

Decenas de puntos violetas, otro negocio familiar en el Gobierno: enchufismo y contratos a dedo

La directora del Instituto de las Mujeres se niega a dejar su cargo tras saberse que las empresas de su mujer han ganado hasta 250.000 euros con su gestión

  • Imagen de archivo de un Punto Violeta. -

El último de los escándalos que persiguen al PSOE tiene que ver con las siempre polémicas iniciativas del Ministerio de Igualdad. En este caso, con la concesión a dedo de varios Puntos Violeta a la esposa de la directora del Instituto de las Mujeres, la socialista Isabel García, por valor de 250.000 euros, según adelantó El Español. Las críticas a este "dedazo" no solo llegan desde la bancada popular, con Alberto Núñez Feijóo pidiendo que los cargos del PSOE "dejen de lucrarse" con la violencia de género, sino que ha vuelto a abrir heridas en la izquierda, con Sumar y Podemos exigiendo la destitución de García mientras que la ministra de Igualdad, Ana Redondo (PSOE), no acaba de destituirla.

Los Puntos Violeta son espacios creados en 2021 por el Ministerio que por aquel entonces dirigía Irene Montero (Podemos) que dependen en su mayoría de los ayuntamientos. Su función es “ser un lugar seguro para las víctimas de violencia machista”, según explica el citado ministerio, donde pueden ser “atendidas”, “acompañadas” y “apoyadas”. Sin embargo, en la actualidad no se llevan las estadísticas de cuántos son en España o a cuántas personas han ayudado en este tiempo.

La directora se niega a dejar el cargo

La actual directora del Instituto de las Mujeres (Ministerio de Igualdad) Isabel García, se niega a dimitir. Lleva en el cargo desde 2023 y parece que está a gusto. Anteriormente, ocupó cargos en el Partido Socialista del País Valenciano (PSPV) —coordinadora federal LGTB y secretaria LGTB en Valencia, entre otros— y fue asesora del Ministerio de Transportes de José Luis Ábalos entre 2019 y 2022. Ahora, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, tras la presión del resto de partidos de izquierda, le ha pedido que dé explicaciones, y de momento se ha quedado en el punto de "querer escucharla", como ella misma manifestó, por lo que García no ha cesado todavía en sus funciones.

El motivo de que la directora se agarre a la silla del Instituto lo ha explicado ella misma a través de un comunicado: desde que vendió en marzo la mayoría de sus participaciones de las empresas a las que se les concedió a dedo la gestión de estos Puntos Violeta, posee menos del 10% de la propiedad de las mismas. De este modo, la socialista valenciana cumpliría con la ley de altos cargos siempre que no tenga participación en las compañías "a través de personas interpuestas" —como podría ser su pareja— y que sus intereses personales "no influyan" en el ejercicio de sus funciones como directora del Instituto de las Mujeres.

La directora del Instituto de la mujer se ha defendido asegurando que sus empresas no entran en conflicto de intereses con su cargo, que cumple "escrupulosamente la ley" y que estudia acciones legales: "Tengo la conciencia tranquila, la certeza de haber hecho las cosas bien y me siento muy orgullosa del trabajo que estamos realizando", se puede leer en el comunicado emitido.

Al igual que la ministra de Igualdad, la directora del instituto ha sido siempre muy criticada por su discurso contra una parte del colectivo LTBI+. Desde allí son muchos los que tachan a Isabel García de "tránsfoba" por haberse referido a ellos como "lobby trans", "ideología de género" o "delirio trans".

¿Qué son y en qué consisten los puntos violeta?

Los Puntos Violeta se presentaron de la mano del Pacto contra la Violencia de Género de 2018 y se crearon en 2021 bajo el mandato de Irene Montero como titular del ministerio de Igualdad. Se encuentran en espacios públicos como centros comerciales, organismos públicos o empresas y las víctimas pueden acercarse a recibir ayuda, información y apoyo.

Las instituciones promueven la presencia de estas decenas de puntos especialmente durante eventos multitudinarios como conciertos o festivales, donde se pueden encontrar por su característico círculo morado en el que se lee: "La violencia machista la paramos unidas".

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