El tren que descarriló el pasado viernes en la localidad pontevedresa de O Porriño circulaba a a 118 kilómetros en una vía secundaria por la que estaba limitado ir a 30 kilómetros por hora, han confirmado este martes técnicos presentes en el acto celebrado en sede judicial. Así se desprende del análisis de una 'caja negra' del convoy cuyos resultados han sido aportados por técnicos en el Juzgado de O Porriño, que investiga las causas del accidente en el que murieron cuatro personas y resultaron heridas otro medio centenar.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Galicia indicaron que el maquinista, de nacionalidad portuguesa, que figura entre los fallecidos, "recibió y cursó recibo de haber recibido (pulsando un botón) dos avisos L1, que significan necesidad de moderar la velocidad". Peritos designados por la Xunta, la firma de gestión ferroviaria Adif, y las empresas Renfe y Comboios de Portugal, que operaban la línea entre Vigo y Oporto, han acudido al Juzgado para explicar los datos recogidos de los análisis de una de las dos cajas, así como técnicos de la comisión de investigación de accidentes ferroviarios, dependiente del Ministerio de Fomento.
El tren Celta, que realiza el recorrido Vigo-Oporto, descarriló cerca de la estación de O Porriño hasta llevarse por delante varios postes
El perito designado por la Xunta Juan Carlos Carballeira ha hecho hincapié en que de las cajas negras del tren Celta siniestrado el viernes, una instalada por Renfe y otra por Comboios de Portugal, se han podido extraer "datos relevantes". Estas registran las velocidades del convoy, las distancias y las señales, así como las comunicaciones a través del tren tierra con el puesto de mando de Ourense. Fuentes técnicas han precisado que del volcado no se infiere que hubiera fallo técnico ni de señalización.
El tren Celta, que realiza el recorrido Vigo-Oporto, descarriló cerca de la estación de O Porriño, en un tramo recto, hasta llevarse por delante varios postes y provocar la muerte de tres personas y 27 heridos.