Una de las medidas estrella de la pandemia de Covid-19 ha vuelto a implantarse: la mascarilla. El pasado miércoles volvió a ser obligatoria de nuevo en centros sanitarios -desde el pasado julio- después de que la gripe y otros virus respiratorios hayan puesto en jaque la Atención Primaria con la llegada del invierno.
Sin embargo, pocos días antes de que la ministra de Sanidad, Mónica García, decretase la mascarilla obligatoria en hospitales y otros centros con la mayoría de comunidades en contra, los ciudadanos ya la recuperaron por su propia cuenta. Los datos dicen que la venta de mascarillas aumentó un 44% más en la primera semana de enero, frente a la última de diciembre.
Según la consultora Iqvia, pese a este incremento, las ventas de este material de protección fueron un 2% menos si se comparan con la primera semana de enero del año pasado, cuando todavía estaba en vigor el uso de la mascarilla en hospitales, centros de salud y otros espacios sociosanitarios, una medida que se levantó el 5 de julio.
También aumentó la venta de test de antígenos
En cuanto a las ventas de test de antígenos en farmacias para la detección de gripe o covid-19, aumentaron en la primera semana de enero de este año un 46% más respecto a la misma de 2023, pero fueron un 22% menores respecto a la última semana de diciembre, cuando su venta se disparó en pleno pico de la onda endémica de gripe.
El récord de ventas de estos test en el mes de diciembre se produjo entre el 26 y el 31 de diciembre, un 61% más que en la semana previa, en coincidencia con las celebraciones masivas.
Durante la primera semana de este año la venta de la medicamentos para tratar las afecciones respiratorias bajó un 18% en comparación con la última de diciembre del año pasado.
Este descenso de ventas coincide con la ralentización de la gripe, cuyo pico, según datos dados a conocer esta semana por el Instituto de Salud Carlos III, ha comenzado a ralentizarse con el comienzo del año, al igual que la incidencia media del conjunto de las enfermedades respiratorias.